"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

jueves, 21 de julio de 2011

Hacer la vida

La vida es la fuerza interna mediante la cual obra el ser que la posee y el estado de actividad de los seres orgánicos.

La vida es un continua hacer, y el tiempo del hombre se consume en este hacer, de una forma u otra, físico, material, espiritual, moral o volitivo que lo acompaña como soplo vital mientras dura el tiempo que define su existir, es decir el intervalo entre su nacimiento y su muerte.

La manera como uno la construye define a la vida, y será una buena vida, o una mala vida, una vida insípida, una vida regular o irregular, una vida disipada o una vida ejemplar.

Es de esperar una vida normal, regular, pero ¿Qué significa vivir una vida normal o regular?

En el transcurso de los tiempos, las diversas culturas han establecido un modelo de vida estándar, que es tomado como ejemplo y señala la normalidad dentro de un tiempo y un lugar determinado.

Aunque es difícil de comparar puesto que hay muchas diferencias, aún sustanciales entre culturas diversas y en tiempos distintos.

Es suficiente considerar la esclavitud, la dependencia de las mujeres y las diferencias que todavía se siguen haciendo con las minorías.

El acento debe ponerse en una buena vida, en los sentidos que ella tiene, darse la buena vida, tener una buena vida, constituir una buena vida y promover y realizar una buena vida.

Porque es el modo de vivir de una persona, en el hábitat que le tocó vivir, con las condiciones que ha heredado y con el esfuerzo diario que hace por construirla de acuerdo a sus convicciones y conveniencias, que constituye el conjunto de acciones que realiza una persona mientras dura su vida.

La buena vida produce complacencia y contribuye a la conservación del propio ser y de los otros.

Desde la biología la vida constituye un conjunto de procesos producidos dentro de un ser animado, encaminado a su mantenimiento y a su procreación.

El desarrollo normal de los acontecimientos hace al proceso vital y mantiene al ser dentro de los parámetros de su especie, cumpliendo con las expectativas referidas a su rango.

Lo bueno se confunde con lo normal y lo útil para el desarrollo del individuo y su progreso existencial.

Genera vida, la mantiene, la  recrea  y la hace  mejor.

Lo bueno es la natural inclinación a hacer el bien dentro de su género, entendido como lo adecuado, hecho a propósito de lo que se hace. Que presta un servicio y es de utilidad a aquello que se aplica.

Aplicado a las personas hace al carácter de las mismas y se determina por el comportamiento.

Un hombre bueno será solidario, útil, compañero, amigo y sostén y compartirá con los otros tanto las situaciones agradables como las desagradables.

Hacer la vida es un acto de la voluntad, es poner en acto lo que nosotros somos, sentimos, queremos para hacerlo de acuerdo a nuestras convicciones personales.

Tener una buena vida significa entonces que uno ha elegido bien, que ha expresado desde el fondo de su corazón sentimientos, afectos, virtudes y esmeros adecuados y válidos para sí y para todos los hombres.

Significa que sus actos son actos de buena voluntad y que su comportamiento es el adecuado para el crecimiento y el progreso de la especie y para lograr la mayor felicidad de los hombres.

Significa que no ha puesto el acento en su persona, ni en sus apetencias, sino en el camino y el destino de la humanidad.

Significa que ha creído en el hombre y que vale la pena vivir.


HACER LA VIDA

Escapa a tus manos el destino,
si bien tu lo construyes con pasión
la vida tiene reglas, y el camino
se conjuga con el sino y con tu amor.


Pensar de otra manera es desatino,
alguien en tu origen dio el envión
te otorgó el sayo peregrino
para que construyas con tu acción,
un lugar donde querer y ser querido
que permita imaginar la visión
de un mundo pacífico y sentido
a quien diste sensatez y corrección
aportando valores ya perdidos
como legado de tu generación.

Elias D. Galati

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