"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

domingo, 14 de agosto de 2011

Cristina Kirchner mide fuerzas



Argentina celebra hoy, por primera vez en su historia, elecciones primarias para decidir quiénes se presentan a las generales de octubre

Fuente: lne.es

IGNACIO REGGIANI
Argentina está llamada hoy a celebrar unas elecciones primarias cuya idea original se ha ido desvirtuando con el correr de los días hasta que, finalmente se han convertido prácticamente en una gran encuesta nacional.
Todos los partidos, habituados a elegir a sus candidatos de otra forma, llegan, en efecto, al día decisivo con una sola propuesta cada uno, al menos en lo que se refiere a la candidatura presidencial.
De modo que ninguna fuerza política tendrá que esperar los resultados de hoy para saber quién encabezará la fórmula presidencial.
Se juegan algo más los partidos pequeños, ya que están obligados a lograr el 1,5% de los votos para poder presentarse en octubre.

¿Para qué sirven, entonces, estas elecciones primarias?
Para saber cuál de los candidatos opositores tiene más apoyo ciudadano y se convierte en el elegido para salir a dar la pelea final contra la presidente, Cristina Fernández de Kirchner.
Todos los analistas y encuestadores dan por descontado que Cristina ganará las primarias y la primera vuelta de las generales.
Curiosamente, los otros candidatos pelean por quedar segundos.
Ninguno ha tenido la osadía de suponer que podría alzarse con el primer lugar.
Quien quede segundo en las primarias aglutinará tras de sí a gran parte del espectro político antikirchnerista, única opción para salir a pelear con alguna posibilidad el 23 de octubre.

El clima de estas elecciones tiene dos componentes sobresalientes.
Por una parte, los ánimos se fueron recalentando a medida que pasaban las contiendas electorales en varias provincias.
El año electoral lo inauguró Catamarca, el 13 de marzo, y durante el primer semestre se realizaron otras cinco elecciones a gobernador: Chubut, Salta, La Rioja, Tierra del Fuego y Misiones.
Salvo en Chubut, donde el oficialismo quedó segundo muy cerca y con escándalo, en todas las otras provincias ganaron los candidatos de Cristina Kirchner.
Los asesores de comunicación y los medios complacientes con la Casa Rosada instalaron entonces la idea de que Cristina ya había ganado.
El huracán «Cristina» arrasaba con todo y ya casi no tenía sentido intentar detenerlo en las urnas del 23 de octubre.

Pero el segundo semestre también tenía reservadas otras elecciones que, de cara a las presidenciales, son mucho más importantes, por la cantidad de votantes y su influencia en el porcentaje a nivel nacional.
Tres de los principales distritos electorales (sólo faltaría la provincia de Buenos Aires, el más decisivo) eligieron autoridades locales.
En los tres, el kirchnerismo recibió una bofetada.

El ex presidente del Boca Juniors, Mauricio Macri, en la Ciudad de Buenos Aires; el socialista Antonio Bonfatti, en Santa Fe, y el peronista no kirchnerista José Manuel de la Sota, en Córdoba, se quedaron con el triunfo.

De pronto, el huracán «Cristina» perdió velocidad.
Los opositores empezaron a mirarse entre ellos con la nueva convicción de que podían, unidos, derrotar a la presidenta.
Los oficialistas también cruzaron miradas sorprendidos, no por las derrotas, todas ellas esperables, sino por los resultados paupérrimos obtenidos.

Macri arrasó en segunda vuelta con más del 64%.
Bonfatti ni siquiera tuvo que pelear con el candidato kirchnerista, porque Miguel del Sel, candidato de Macri, quedó segundo, muy lejos del tercer lugar que ocupó el candidato oficialista, Agustín Rossi.
Cabe aclarar que hasta hace unas semanas Del Sel se dedicaba a su exitosa carrera de humorista.
Con unos meses de campaña le sacó 13 puntos de ventaja a Rossi, jefe del bloque oficialista en la Cámara de Diputados.
Y en Córdoba, Cristina Kirchner ni siquiera tenía candidato.

El otro componente que condiciona estos comicios está relacionado con los escándalos que estallaron en las últimas semanas.
A las denuncias contra Mauricio Schoklender por el manejo fraudulento de fondos públicos desde la Fundación Madres de Plaza de Mayo que controla Hebe de Bonafini, aliada muy cercana de Cristina Kirchner, y las tomas de tierras y sus posteriores desalojos violentos en Jujuy, provincia gobernada por el kirchnerista Frente para la Victoria, se sumó el último viernes la decisión del Indec (Instituto Nacional de Estadística y Censos) de no publicar el índice de inflación hasta después de las elecciones, a pesar de que el día establecido en la agenda era el viernes previo a las mismas.

En definitiva, con los candidatos ya decididos, las primarias se convertirán en una gran encuesta obligatoria (en Argentina el voto es obligatorio) para saber cómo están posicionados los presidenciables y en qué tendrán que trabajar los partidos de cara a octubre.

La presidenta Cristina Kirchner probará si es capaz de alcanzar el 40% que, si se traslada a las generales, prácticamente le aseguraría un nuevo mandato de cuatro años.
El ex presidente Eduardo Duhalde (peronista no kirchnerista), Ricardo Alfonsín (el hijo del ex presidente y premio «Príncipe de Asturias» Raúl Alfonsín), radical, y el gobernador de la provincia de Santa Fe, Hermes Binner, socialista, se ubican como los mejor posicionados para disputar el segundo lugar y liderar el gran frente opositor para los comicios de octubre.
No parece que haya mucho espacio para las sorpresas.

Más allá del porcentaje que pueda alcanzar Elisa Carrió, que fue segunda en las generales de 2007, no parece que haya mucho lugar para las sorpresas.

No hay comentarios: