Ningún modelo democrático lo es sin libertad y bien sabemos que la mía tiene el límite de la libertad del otro, ese otro hoy discutido que, existiendo dentro de un modelo sistémico, confía ciegamente y sin conocer de libertades ni derechos, en las decisiones de quien depende.
Impulsar la opción legalizada del “homicidio –aborto”, ya globalizada, es fomentar la destrucción de la primera relación humana por excelencia: la díada madre-hijo que, más allá de ser el más auténtico privilegio de género, es origen y afirmación de identidad.
Esta dignidad, implícita, es absoluta en la persona por nacer, impronta irrepetible de otros dos externos, pero a la vez ya parte suya, interna.
Y en este grupo de tres ¿qué derecho otorga la facultad de reducir a uno de ellos a objeto?
Entiendo entonces que el desconocimiento de la vida “discutida” de ese otro no nacido, ya presente, nos empuja al abismo de la sacralización del beneficio de unos a cambio de la destrucción de otros, olvidando hasta en definición la humanidad, la ética y el sentido de la existencia.
La persona “es” desde el irrepetible instante de la concepción.
Ese momento preciso de un único comienzo de existencia portadora, por sí misma y como principio inalienable del derecho a la vida.
“Hasta que el aborto no se legalice las mujeres no tienen una real decisión sobre sus cuerpos”… recitan quienes son imagen de abuso y sometimiento, movidas por el irrespeto a la libertad.
La auténtica libertad del hombre depende de un orden natural que no puede obviarse: la vinculación con lo que hoy quiere reducirse a simples “demás”.
El objetivo del aborto es la degradación de la ética reducida a una medida exclusivamente personal de los deseos.
Reconocer con coraje moral esta verdad garantizará la tutela de la dignidad humana en todas y cada una de las etapas.
Y de manera similar a la culpa que se instala en un ser humano que acabó con la vida de otro, la mujer también a futuro la padecerá, aunque la sociedad contará con leyes producto del consenso, la aprobación y la dis-culpa de acciones.
Y el tiempo nos dirá entre innumerables ausencias, si se ha podido aprehender para proceder.
¿Derechos si no son humanos?
El aborto no es una cuestión de derechos humanos...
"Es una incitación a destruirlos"
Imagínate dentro del vientre materno ¿estarías de acuerdo que otro decidiera si vas a seguir viviendo o no?
Aclaración necesaria:
MI hija es el resultado del NO al aborto sugerido por los médicos.
Hoy, ella médico, podría salvar tu vida…
Mara Martinoli
Boletín Info-RIES nº 1102
-
*Ya pueden disponer del último boletín de la **Red Iberoamericana de
Estudio de las Sectas (RIES), Info-RIES**. En este caso les ofrecemos un
monográfico ...
Hace 3 meses
No hay comentarios:
Publicar un comentario