"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

lunes, 3 de octubre de 2011

Aniversario con precios altos en China

Editorial / La Vanguardia

CUANDO a la salida del sol se izaba este primero de octubre en la plaza Tiananmen la bandera nacional para conmemorar la celebración del 62.º aniversario de la fundación de la República Popular China, no era –como decía la propaganda oficial– el lanzamiento del laboratorio espacial Tiangong 1 lo que ocupaba la mente del presidente Hu Jintao y del primer ministro Wen Jiabao, sino la pregunta de si la semana de vacaciones que se presenta ayudará a rebajar el malestar creciente en la población pese a los buenos datos de su economía.

En su discurso, Wen Jiabao afirmó la voluntad del régimen de hacer frente a los grandes problemas a los que se enfrenta China, citando, entre otros, la inflación creciente, la corrupción y la injusticia social, y prometiendo, sin concretar, más democracia.

El socialismo a la china está siendo contestado pese a un crecimiento anual de casi dos dígitos.
Según cifras extraoficiales, el año pasado se registraron 180.000 protestas, cuatro veces más que hace diez años.
La mayoría de ellas estaban asociadas a expropiaciones de tierras o a salarios impagados en la construcción.

La inflación es el nuevo frente de la lucha de clases en el seno del pueblo, que diría Mao.
El precio del cerdo (cuyo símbolo, junto al de una casa, representa en el lenguaje chino la felicidad) subió hasta agosto el 52,3%.
Y con el alza de precios, las formas de protesta están cambiando.

Algo de esto están experimentando los bancos chinos, que sufren retiradas masivas de fondos.
Así, los cuatro grandes bancos comerciales del país, el Industrial and Commercial, el China Construction, el Bank of China y el Agricultural Bank, han sufrido retiradas de fondos de 420.000 millones de yuanes (48.600 millones de euros) en los primeros 15 días de septiembre, según el Zhongguo Zhengjuan Bao (Diario de Valores Mobiliarios de China).
La razón es que la inflación llegó al 6,2% en agosto, mientras que la remuneración de los depósitos es tan sólo del 3,5%.

Esta acción, que algunos situarían hoy quizá en algún país de Europa, es una auténtica contestación a los fundamentos del crecimiento chino, basado, como ha explicado el profesor de la Universidad de Pekín Michael Pettis, en la transferencia de los ingresos de los hogares al sector empresarial, principalmente en forma de tipos de interés artificialmente bajos.
Ese recurso ha permitido a los bancos, además, compensar en sus balances los malos préstamos (especialmente a un sector inmobiliario sobredimensionado) con facilidad.
Las retiradas de fondos se han producido, por otra parte, en un momento delicado.
El crecimiento chino está basado en las exportaciones, pero la economía global podría sufrir una dilatada fase de estancamiento.
Esa es la gran preocupación hoy.
De manera que China podría tener que reconducir el crecimiento hacia el mercado interno, pero ahí se encuentra con problemas en el consumo, ya que los bajos rendimientos de los depósitos obligan a los chinos a tener que sacrificarlo, al ahorrar más.

El Partido Comunista sigue optando a favor de las empresas, como muestra el ingreso como miembro de su comité central del hombre más rico del país, el empresario Liang Wengen, que ha hecho su fortuna en la construcción.
De momento, las cosas van bien.
Estas vacaciones viajarán en China un 10% más de personas que el año pasado.
Pero como el cerdo siga subiendo no será el Tiangong 1 lo que verán los chinos cuando traten de divisar su futuro a través del cielo.

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