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Caricatura de Alfredo Sabat
Dilma Rousseff quiere poner límite a los 'supersalarios' públicos
Rousseff pasa revista a las tropas de Bulgaria (la tierra natal de sus padres) junto al presidente Georgi Parvanov, ayer en Sofía. / DIMITAR DILKOFF (AFP)
La presidenta de Brasil pretende reglas claras para evitar las retribuciones desproporcionadas en los tres poderes del Estado
Tras un gran limpieza en varios ministerios por sospechas de corrupción, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, se ha embarcado en una nueva cruzada para poner un límite a los "supersalarios", como les gusta decir en Brasil, de muchos altos funcionarios.
La primera batalla la está librando contra el Tribunal Supremo Federal, cuyos miembros quieren incrementarse los sueldos y Rousseff se niega a que lo hagan.
Para zanjar el tema, la presidenta está decidida a dar un vuelco en el sistema de retribuciones de políticos y altos funcionarios del Estado que permite, por ejemplo, que un senador o ex gobernador de un Estado pueda llegar a facturar hasta 60.000 reales al mes (unos 26.000 euros) entre el sueldo, asesorías, acumulación de varias pensiones, viáticos y otros ingresos.
El sueldo base en Brasil para el trabajador corriente ronda los 300 euros.
Las lagunas legales han permitido que los políticos y funcionarios públicos hayan acumulando toda una serie de compensaciones que les han permitido ganar los llamados “supersueldos”, por lo que el Gobierno pretende por ley imponer un techo a los salarios públicos según su categoría.
El plan oficial lo ha revelado el diario Folha de Sâo Paulo.
La Constitución brasileña habilita a la presidenta para decidir sobre las retribuciones de los funcionarios y todo apunta a que Rousseff utilizará este poder para acabar con una práctica que escandaliza a la opinión pública.
Aunque actualmente hay un techo de unos 12.000 euros mensuales para los salarios de los máximos cargos de los tres poderes del Estado, la falta de regulación fácilmente les permite triplicar esa cifra.
La presidenta, por ejemplo, quiere impedir que el alto funcionario retirado que percibe la jubilación más cuantiosa reciba también un salario si es llamado a formar parte del Consejo de Administración de una empresa pública.
La iniciativa de Rousseff ya tiene el respaldo del grueso de su propio bloque y de la oposición socialdemócrata.
"Queremos conocer de cerca el proyecto, pero en principio estamos de acuerdo en que es importante limitar los salarios y los gastos de los servidores públicos. Y, sobre todo, que los propios funcionarios tengan la potestad se subirse sus sueldos", declaró el diputado Duarte Nogueira, líder del oposito Partido Social Demócrata de Brasil (PSDB) en la Cámara.
En el mismo sentido se expresó el diputado Cándido Vaccarezza, del Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff y líder del bloque gubernamental:
"No conozco los detalles, pero toda la Cámara respaldará una mayor transparencia y control de los altos salarios púbicos"
Fuente: El País
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