"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

domingo, 2 de octubre de 2011

EMPRESAS FAMILIARES - ¡CERDOS Y GALLINAS...!

Por el Dr. Jorge B. Lobo Aragón (*)


Nuestra mirada como parte interesada en la- Empresa de familia - se parecía mucho al viejo cuento anglosajón del cerdo y la gallina que huyen de la granja y pretenden abrir un restaurante para ganarse la vida. Cuando discuten qué menú servirán la gallina propone servir desayunos con huevos y panceta.
El cerdo entonces responde que no pueden ir a partes iguales, él está comprometido mientras la gallina sólo está involucrada.

Cuando una plantilla se contrata atendiendo solamente al interés del mayorazgo insostenible o al príncipe heredero, (por una  avaricia y egoísmo incomprensible en nuestros tiempos, abolida allá lejos en la asamblea del siglo XIII, las habilidades o idoneidades  demostradas por cada cual, - minorías y especialmente mujeres- de ningún modo serán  exaltadas, enaltecidas ni siquiera agradecidas)

Como apasionarse por una Empresa con el nombre de Familiar en donde ni siquiera se comunica las ideas, los proyectos en suma el futuro.

Los que se dicen accionistas y aspiran a la tradición familiar con apariencia de corderos, no trabajaran más horas que las estipuladas.
Curiosamente en una sociedad anónima constituida por hermanos – de un mismo padre y madre o políticos- se está vendiendo horas de trabajo a cambio de salario y condiciones.

No está asumiendo, comprometiéndose en un proyecto.

Pretender otra cosa, sería poco menos que inaudito, accidental, , por parte de quienes dicen mantener la propiedad y por tanto deciden el reparto del excedente en una particular visión de justicia.

Hay siempre, además de los míseros que pretenden inculcarse  el génesis del proyecto y su sucesión, bajo el lema de familia tradicional y sempiterna, e imperecedera quien toma su trabajo como una causa).

Incluso no obstante toda despropósito, contradicción y arbitrariedad los gallinas – con apariencias de mujeres golpeadas - resignar la piel en conseguir sacar adelante la producción y las ventas, para el futuro  del heredero y su príncipe

Pero es innegable, como incuestionable la codicia que inculcaron los amparados en una quimera  o fábula como una impronta o marca de simulada, de  falsa fantasía y usanza perdida en la historia.

Pero  en esta encubierta y falseada argumentación.

No se puede coherentemente  discutir que lo blanco es negro.

Sólo los cerdos estarían en disposición de convertirse en los agraciados, favorecidos y remunerados con prosperas y progresivas ganancias, dividendos, negocios y utilidades conocidas por el circulo lauréola.

Las gallinas simplemente consentirían (se conformarían) en un sostenido incesante, continuo y perpetuo lavado de cerebro.

De hecho, ante tanta ficción de que debe continuar la tradición, ni concebirían que es un derecho, justicia y equidad  valida. (lo contrario es una ilegalidad manifiesta e indignidad)

La empresa se ha convertido en el tiempo en una heredad y posesión para los cerdos.

¿ARTESANOS Y MERCADERES?

Pero hay otra forma de mirar a las empresas tradicionales.
Es cierto que hay gente comprometida y gente involucrada.
Gente que lo vive y gente que hace lo suyo y se va.
Pero si miramos un poco más en detalle a lo mejor la división no es exactamente esa.

Seguramente los cerdos que no fueron directamente fundadores, son los que más relación tienen con el cliente o con el mercado, los que sienten el proceso de desarrollo de productos como un hacker sentiría el trabajo, como un reto que les vincula a un espacio de reconocimiento.
Para ellos ser únicos y señeros es también una motivación.
Son mercaderes y tarde o temprano acabarán volcados en el mercado, gestionando proyectos para clientes, llevando implantaciones de productos, pero sin casta, sólo un linaje que pertenece a otros de igual manera y derecho

¿Pero y las gallinas?

Demos por hecho que las gallinas disfrutan de su trabajo, que disfrutan, como casi todo el mundo que no “tiene un problema en el trabajo“, de trabajar con un equipo estable de personas (compañeros) a pesar de ser dueños, con los que desarrollan proyectos de medio y largo plazo que le resulta interesantes para el circulo y nada más.
(Se conforman con la migaja) y eso seguramente es ser católico porque la cabeza de alguna manera agarrapada y tacaña le implantaron como algo aristocrático, distinguido y además eficaz

¿Qué es lo que piden las llamadas gallinas?

Normalmente tiempo, comunicación  y  algún recurso, sobras o despojos para hacer bien lo que tienen que hacer.

Muchas veces mayor comprensión de los problemas concretos por parte de equipos directivos que no conocen -a veces incluso desprecian- los aspectos técnicos de la producción y por tanto no pueden valorar los aspectos creativos, el ingenio que aplican a las dificultades que enfrentan.

NO, no son gallinas que simplemente ponen un huevo y se van.
Son artesanos a los que el mercado no les interesa porque el reconocimiento que presta no les hace un especial sentido.
Ellos saben de esfuerzo.
Su ética es una ética del esfuerzo y beneficio para el noble y príncipe, y no de los resultados mercantiles y el reconocimiento externo.

No les gusta vender ni pueden.
Tienen mucha menos prisa y mucho más amor por los detalles que son invisibles, ocultos, disimulados, secretos.
¿Pero eso les invalida para ser registrados y escuchados?
¿No es precisamente autonomía lo que  se propone en la actualidad para demostrar eficacia y habilidad de manera más elocuente?

¿No tiene este sistema algo que cambiar para aportar en su estructura a las necesidades propias de una empresa tradicional en transición hacia la democracia económica?
¿Sólo nosotros, los indianos y algunos hipócritas, (llamados chupa sangre y traga cirios  pueden encontrarle utilidad?

Desde la lógica Cerdos vs Gallinas nunca pueden pensar en erigirse ni en  mentores e inspiradores de sueños.

Los cerdos solamente mantendrán  asalariadas a las gallinas con una mínima parte en negro de sus ganancias.
Afortunadamente en la práctica y con la verdad y las pruebas, esto es prácticamente imposible.

Las Gallinas a veces se soliviantan o sublevan -
No se inventaron las Empresas de familias para subyugar, oprimir y dominar con prácticas acabadas y canceladas.

No existe en la actualidad ni puede perdurar la  aplicación de  la autocracia censitaria en una empresa.

Sin embargo hay una serie de problemas que son bastante específicos de estas empresas.

SIETE PECADOS CAPITALES

(Los equivalentes empresariales de la gula, la lujuria, la avaricia, el orgullo, la pereza, la envidia y la ira) están causando la desaparición de innumerables empresas familiares.

NEPOTISMO
DESCAPITALIZACIÓN
DESEQUILIBRIOS RETRIBUTIVOS
CONFLICTOS NO RESUELTOS
RETRASO INNECESARIO DE LA SUCESIÓN
FALTA DE PLANIFICACIÓN PATRIMONIAL
Sin embargo, también es cierto que estas debilidades que pueden ser la causa de la decadencia y la desaparición de una empresa familiar, tienen su contrapeso en unas importantes fortalezas.

Las empresas familiares se levantan, fortalecen, reaccionan y se regeneran (si proceden  y conducen de buena Fe) al  exhibir y hacer nacer nuevas  virtudes muy importantes y que son en buena medida consustanciales a este tipo de empresas.
Dios ha venido a santificar y redimir a los pecadores y arrepentidos

Esas virtuosas medidas son las llamadas

VIRTUDES CARDINALES
ORIENTACIÓN A LARGO PLAZO
UNIDAD
COMUNICACIÓN
FLEXIBILIDAD
Estas son las principales debilidades y fortalezas propias de la empresa familiar.
Este enfoque puede permitir a los empresarios familiares tener un marco de referencia para evaluar la situación de su empresa y crear un plan de acción para incrementar sus posibilidades de supervivencia y de éxito.

El purgatorio competitivo es el estado actual de muchas empresas familiares anteriormente exitosas.

Los siete pecados capitales que acabamos de revisar son casi siempre la causa.

El desafío del empresario familiar es ser capaz de utilizar las virtudes propias de la empresa familiar para alcanzar su particular camino de salvación y éxito empresarial.

(*) Crónica y Análisis publica el presente artículo del Dr. Jorge B. Lobo Aragón por gentileza de su autor.

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