Marek Magierowski
Las cosas en Grecia y en cualquier otra parte de la UE son de todo menos graciosas, pero parece que algunos políticos nunca pierden su sentido del humor.
“Espero que la gente en Grecia se dé cuenta de que al votar en este referéndum cargan con la responsabilidad no solo de su propio país, sino también de toda Europa”, dijo el exministro de Asuntos Exteriores alemán y líder del SPD, Frank-Walter Steinmeier.
Finalmente se desconvocó el referéndum, lo que no quita para que el análisis de Steinmeier sea extremadamente divertido. Hoy en día, el “futuro de Europa” es la última preocupación de los griegos. ¿Se imagina a un parado de 25 años votando a favor de reformas radicales porque el ‘futuro de Europa’ así lo requiere? ¿Y a un funcionario que acepte reducir en una quinta parte su salario porque “Berlín así lo espera”?
Una estructura que poco tiene que ver con la democracia
Hubiese pasado lo mismo si el referéndum se celebrase en Alemania – cosa que ya están solicitando varios políticos. Seguramente el Bild les dijese a sus lectores si votar a favor de mantener los subsidios a los “holgazanes ladrones de Atenas” o si de expulsar a los griegos de la eurozona.
Amenazarse con referendos no lleva a ninguna parte. Desafortunadamente, en este caso los culpables son esos líderes de la UE que engatusaron a los europeos con la idea de una Europa cada vez más democrática, una en la que los ciudadanos tuviesen cada vez más voz.
En lugar de eso, han creado una estructura que poco tiene que ver con la democracia. Por un lado, han hecho que varias leyes se aprobasen por la fuerza, sin tener en cuenta la vox populi, mientras, por otro lado, al estar obsesionados con la idea de una federación política y económica, se han jugado el futuro de todo el continente en decisiones tomadas por líderes no muy sabios en países no muy grandes.
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