SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ - Buenos Aires 10 DIC 2011 - El País.es
Florencia Kirchner, hija de la presidenta argentina
Cristina Fernández, acomoda la banda presidencial de su madre. / Natacha
Pisarenko (AP)
La presidenta argentina, Cristina Fernández de
Kirchner, de 58 años, ha jurado hoy su segundo mandato, aclamada por un
Parlamento en el que ha recuperado la mayoría y por varios miles de seguidores
que la vitorearon en su paseo desde el palacio del Congreso, donde tuvo lugar
la ceremonia, hasta la Casa Rosada, sede de la presidencia, ante la que se
desarrolló una fiesta rockera y popular.
En su discurso ante las Cámaras anunció una
“sintonía fina” del proyecto kirchnerista, un programa “nacional, popular y
democrático”, aseguró, que seguirá implementando y advirtió a los dirigentes
sindicales que una cosa es el derecho de huelga, garantizado, y otra, “el
chantaje y la extorsión”, una mención directa al enfrentamiento con el
actual secretario general de la CGT, Hugo Moyano, que exige mayores subidas
salariales y reparto de beneficios empresariales.
Cristina Fernández cambió la fórmula tradicional de
juramento para incluir una alusión a su marido, el ex presidente Néstor
Kirchner, fallecido hace un año:
“Si
así no lo hiciera, que Dios, la Patria y él me lo demanden…”
Sin embargo, aceptó, en contra de la opinión de
muchos kirchneristas, que el vicepresidente saliente, Julio Cobos, con quien
mantiene una acérrima enemistad y con quien no se habla desde hace más de tres
años, ejerciera el papel institucional que requería la ocasión y que diera paso
a su sucesor, Amado Boudou, ex ministro de Economía y nuevo vicepresidente. La
banda presidencial le fue entregada por su hija, Florencia Kirchner, que
asistió al acto junto con su hermano, Máximo.
En el hemiciclo del Congreso se encontraban
presentes, entre otros, el príncipe Felipe de Borbón y los presidentes de
Brasil, Dilma Rousseff; Chile, Sebastián Piñera; Uruguay, José Mujica; Bolivia,
Evo Morales, y Paraguay, Fernando Lugo.
No pudieron asistir los presidentes de Venezuela,
Hugo Chávez, a quien Cristina Fernández envió un cariñoso saludo, ni de
Colombia, Juan Manuel Santos.
La primera parte del discurso de la presidenta, de
más de una hora de duración y frecuentes giros coloquiales, contuvo numerosas
menciones al trabajo iniciado por su marido, ocho años atrás, y un exhaustivo
repaso a las mejoras experimentadas por Argentina en este periodo, “el tramo de mayor crecimiento económico del
país en sus 200 años de historia”, precisó.
La presidenta anunció la creación de una Secretaría
de Comercio Exterior que actuará de forma articulada, “como dos caras de la
misma moneda” (y quizás con la misma dirección) con la Secretaria de Comercio
Interior, cuyo titular es el muy polémico Guillermo Moreno, presente en palco
del público.
Cristina Fernández, que sigue vistiendo de riguroso
luto, en contraste con el inmaculado blanco con el que tomó posesión en su
primer mandato, en 2007, aseguró que la situación económica del país es buena y
criticó las “cinco corridas monetarias” (salida masiva de dólares) que había
tenido que sufrir su gobierno por culpa de grupos que quieren obligar a
devaluar el peso.
- “Yo
no soy la presidenta de las corporaciones, sino de 40 millones de argentinos y
defiendo los intereses del país entero”, espetó.
Pidió a “todos los sectores” económicos que “no escupan
contra el cielo” y que valoren las buenas condiciones en las que se desarrollan
sus respectivas actividades, con notables beneficios.
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