Argentina
en la ruta del error.
El
espejo centroamericano, las traiciones de Maras y Zetas y la violencia de
género.
Lejos de haber avanzado en las políticas de
seguridad a nivel Nacional, observamos, en lo cotidiano, la reproducción de
hechos desgraciados.
Secuencias de delitos dolosos (con intención de
producir el daño) que transportan a la sociedad a un estado de espera de lo
peor. De desasosiego confundido, por los gobiernos, como paranoia social.
Se trata, a la población en riesgo, de paranoica. De
exagerada. De sensacionalista. De excesiva demandante de derechos. De
arengadora de un estado que en realidad, para muchos, es una sensación ya
patológica que clama por seguridad.
Así es como nos encontramos en el centro de la
sordera voluntaria. De pedidos que no se escuchan y de un estado de situación
que se evidencia en lo concreto de los hechos, al tiempo que se rechaza desde
el discurso de quienes, supuestamente, tendrían que salvaguardar la calma
social.
Nos adentramos en un submundo gris que ya no es
ajeno.
Que dejó de ser lejano para formar parte de una totalidad que nos
muestra, colectivamente, las miserias. Sin distinción de clases.
Sin la
selección barrial, las organizaciones criminales en mayor y menor escala están
a la vista de los ciudadanos.
La distancia con las noticias es menor.
Somos todos
protagonistas de la barbarie.
En más y en menos, estamos envueltos por el
delito que crece vorazmente. Que se expande. Y en esa expansión se nos consumen
las creencias.
Cuesta mirar hacia el futuro cuando tenemos,
mundialmente, una niñez en riesgo. En peligro. Sujeta a las barbaridades y a
los latrocinios más insospechados. Irreverentes imágenes que sublevan,
mostrándonos el porvenir mancillado.
Desplazados
por el terror
No es una expresión de deseo ni una comparación
forzada.
Es, simplemente, la constatación de cómo el Narco Terrorismo se fue
expandiendo y asentando en toda la región.
Como fue importando características
por sectores y adquiriendo nuevas en los países casi vírgenes de mafias
organizadas.
Hasta hace poco menos de una década, el Triángulo
Mara Norte (Honduras, Guatemala, El Salvador) era conocido por los
especialistas en problemas de seguridad.
Por estudiosos de Las Pandillas que se
formaron en Estados Unidos durante las Guerras Civiles en América Central para
luego volver a sus países de origen y hacer estragos, y por quienes los
padecían.
Hoy, hablar de Las Pandillas y de su estadio
superior, Las Maras, no es selectivo de una profesión.
A través de los medios de comunicación, en
especial de la televisión y los
periódicos.
Las Maras fueron ingresando en los hogares como un
fenómeno llamativo de personas tatuadas.
Actualmente, en cambio, forman parte del terror.
De una ruta de miedos y sinsabores que condena a
familias enteras a lo peor de la convivencia y a otras más osadas, a comenzar
el proceso de huida.
La búsqueda del desplazamiento.
Alejarse de Las
Maras.
Salir de ese universo involuntario al
que dichas mafias, unidas al Narco, arrastraron a los centroamericanos
fatigados.
Maras
VS Zetas
En Guatemala, Los Zetas, le quitaron a Las Maras el
dominio de la frontera.
Allí, la alianza, se quebró.
Y Las Maras bajan a América Latina porque ya tienen
células locales que las esperan.
Células o clicas con las que hicieron, vía Tráfico
Informativo, alianzas estratégicas de aportes instrumentales, físicos y financieros.
Veamos.
En su formato de Narco Maras o Zeta Maras, el crimen
organizado se fracciona en la región, cobrando Los Zetas mayor relevancia en
Guatemala.
Las fronteras arden y la lucha armada entre Maras y
Zetas cambia el panorama regional, agudizando la cadena de traiciones y
fracciones.
Así es como en triángulo antes mencionado se busca
Monopolizar el Crimen.
Por adiestramiento militar, los Zetas llevan ventaja
por sobre Narcos y Maras.
Todos
divididos.
No obstante, al unirse los Narcos con las Maras en
contra de Los Zetas, el caos armado fronterizo se hace sentir hasta en las
ciudades.
Cuando bajan, con furia, para devastar en nombre del
Poder.
Y la disputa por Monopolio del Crimen se vuelve más
cruda, ya que Las Maras son buenas discípulas de Los Zetas.
Mentores de su ascenso regional y “víctimas” de la
cadena de traiciones.
El
espejo de Centroamérica/ Las Maras en Argentina
Instaladas en Argentina y también organizadas
localmente, Las Maras, ya dejaron su estado embrionario y se fusionan localmente
con el Narco dentro de las Villas y los suburbios.
En la Banlieue Argentina.
De las fronteras, a las villas y los suburbios.
Y desde ahí, las ramificaciones de Las Maras por
todo el territorio Nacional rifado bajo desesperante y redituable estado de anomia.
Bajo estas características que van más allá de un
relato, sino que son visibles sostenidamente, La Guerra Anti Narco es una
utopía si no se diferencian grupos y alianzas en todo el Continente Americano.
Maras, Narcos, Zetas.
Ante esa falta de distinción fracasan pues, los
planes contra Las Maras.
Es que aún, algunos países creen que las mismas son
pandillas emergentes de la pobreza. Y no MAFIAS.
Argentina ya comenzó su carrera hacia el error.
Al concebir a las bandas organizadas como productos
del pauperismo sin arribar, aunque sea, a la hipótesis ya constatada del
respaldo de grupos económicos que solventan la movilidad interna y externa, así
como el aprovisionamiento de armas de guerra.
Ocurre y ocurrió en Centroamérica y ahora,
Argentina, se presenta como su espejo.
Lo mismo que Chile, Uruguay.
Crece el fenómeno Narco Maras Latino e importantes
contingentes de peruanos y paraguayos clandestinos hacen su semillero en La
Villa 31, en la 1-11-14 y en La Villa Fraga.
Una combinación de nacionalidades ligadas al Crimen
Organizado cuyo campo de acción tiene como fin el control de la zona habitada.
El dominio de los puntos en disputa por las
distintas agrupaciones delictivas que empujan, entre otras cosas, a la
profundización de la violencia de género.
Mujeres utilizadas como mulas o instrumentos de
seducción para ingresar en operativos narco económicos que terminan con la vida
de ellas.
Son, en el pensamiento criminal, bienes de uso
descartables.
Argentina, en sus antecedentes y última masacre como
la de las cuatro mujeres en La Plata, inicia, patéticamente, la ruta
reproductiva de Ciudad Juárez. México.
Se inserta, en lo que ya es una “Pandemia”
La
violencia de género y el epílogo de la fatalidad...
No hay comentarios:
Publicar un comentario