Por Jorge Omar Alonso (*)
A dos días de su desaparición, Tomás Dameno
Santillán apareció muerto.
El niño de 9 años tenía un "palazo" en la
cabeza.
Lo habría ultimado su padrastro.
En la localidad santafesina de General Obligado una
nena de tres años fue violada y asesinada a golpes por su padrastro-
En Miramar un chico de 12 años murió asesinado
durante un asalto en una vivienda ubicada en el barrio Las Palmas.
Tras disturbios en una cancha de futbol asesinan a
balazos a un hincha.
En La Plata recientemente tuvo lugar la masacre de
tres mujeres y una nena en un departamento.
No nos olvidamos de Candela Rodríguez y tantos otros
más que quedan como un número para las estadísticas.
Aquellas dicen que en la provincia de Buenos Aires se
producen alrededor de 1700 delitos por día, lo que equivale a más de 70 por
hora y dos por minuto.
En las estadísticas incluyen los ilícitos
registrados tanto en el fuero penal de mayores como de menores.
Con respecto a los homicidios dolosos, los índices
treparon a 294 y la mayor parte recayó sobre víctimas de entre 19 y 40 años.
Asimismo, el 45 % de los homicidios dolosos tuvo que
ver con conflictos interpersonales, mientras que el 24 % estuvo vinculado con
otros delitos.
Son la muestra de que el Mal se ha adueñado de esta
sociedad y reina en toda su intensidad. Denis
Rosenfield, profesor de filosofía de la Universidad Federal de Rio Grande
do Sur aborda el problema que puede considerarse clásico en la Filosofía moral
y que ha sido tratado por los Padres de la Iglesia desde San Agustin: “La cuestión del Mal”
La tesis central que desarrolla dicho catedrático es
que el mal es inherente a la naturaleza humana y a la libertad constitutiva,
pero no como una mera carencia o ausencia de ser o de libertad (y de racionalidad
y de "humanidad") sino como negatividad positiva.
Analiza a uno de los tres grandes filósofos del
idealismo y defensor de la condición o naturaleza libre del hombre: Kant.
En este caso
Rosenfield comienza por reconocer el indiscutible empeño por mostrar que
la naturaleza humana es racional y libre en su propia racionalidad.
Destaca cómo para Kant, el hombre no es un ser
racional: puede serlo y debe serlo pero no lo es.
El deber - ser forma parte de lo que es.
Pero tampoco para Kant el mal está en la naturaleza sensible del
hombre.
El mal no es propiamente natural.
La naturaleza sensible del hombre es neutral,
moralmente neutra.
El mal entonces es moral: “Depende de la naturaleza
libre e inteligible del hombre”
El mal puede ser concebido como ausencia o privación
-dice Rosenfield.
La voluntad que quiere el mal, quiere la transgresión y la
perversión de la ley moral:…
Quiere la violación del propio principio de
humanidad.
La violencia en especial, es vista por Kant
"como un abismo que engulle todo sin retorno"
Un abismo de donde emergen
los rostros oscuros de la humanidad.
La malignidad remite a un concepto de naturaleza
humana que es en sí indeterminado.
Kant estaría entreviendo un fondo demoníaco: una
muerte racional de la razón misma.
En lo que respecta a Hegel, Resenfield advierte que
el en filósofo:
"El concepto de la libertad humana muestra en sus
trasfondos la fragilidad de la naturaleza humana"
No habla propiamente de una mala voluntad.
No la admite ni acepta la idea del mal por el mal.
En conclusión:
El
concepto del mal remite a la idea de naturaleza humana.
(*) Crónica y Análisis publica el presente artículo
de Jorge Omar Alonso por gentileza de su autor.
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