"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

viernes, 2 de diciembre de 2011

La presencia del mal



Por Jorge Omar Alonso (*)
A dos días de su desaparición, Tomás Dameno Santillán apareció muerto. 
El niño de 9 años tenía un "palazo" en la cabeza. 
Lo habría ultimado su padrastro.
En la localidad santafesina de General Obligado una nena de tres años fue violada y asesinada a golpes por su padrastro-
En Miramar un chico de 12 años murió asesinado durante un asalto en una vivienda ubicada en el barrio Las Palmas.
Tras disturbios en una cancha de futbol asesinan a balazos a un hincha.
En La Plata recientemente tuvo lugar la masacre de tres mujeres y una nena en un departamento.
No nos olvidamos de Candela Rodríguez y tantos otros más que quedan como un número para las estadísticas.

Aquellas dicen que en la provincia de Buenos Aires se producen alrededor de 1700 delitos por día, lo que equivale a más de 70 por hora y dos por minuto. 
En las estadísticas incluyen los ilícitos registrados tanto en el fuero penal de mayores como de menores.
Con respecto a los homicidios dolosos, los índices treparon a 294 y la mayor parte recayó sobre víctimas de entre 19 y 40 años.
Asimismo, el 45 % de los homicidios dolosos tuvo que ver con conflictos interpersonales, mientras que el 24 % estuvo vinculado con otros delitos.
Son la muestra de que el Mal se ha adueñado de esta sociedad y reina en toda su intensidad. Denis 

Rosenfield, profesor de filosofía de la Universidad Federal de Rio Grande do Sur aborda el problema que puede considerarse clásico en la Filosofía moral y que ha sido tratado por los Padres de la Iglesia desde San Agustin: “La cuestión del Mal”
La tesis central que desarrolla dicho catedrático es que el mal es inherente a la naturaleza humana y a la libertad constitutiva, pero no como una mera carencia o ausencia de ser o de libertad (y de racionalidad y de "humanidad") sino como negatividad positiva.
Analiza a uno de los tres grandes filósofos del idealismo y defensor de la condición o naturaleza libre del hombre: Kant. 
En este caso  Rosenfield comienza por reconocer el indiscutible empeño por mostrar que la naturaleza humana es racional y libre en su propia racionalidad.
Destaca cómo para Kant, el hombre no es un ser racional: puede serlo y debe serlo pero no lo es.
El deber - ser forma parte de lo que es.
Pero tampoco para Kant el  mal está en la naturaleza sensible del hombre.
El mal no es propiamente natural.
La naturaleza sensible del hombre es neutral, moralmente neutra.
El mal entonces es moral: “Depende de la naturaleza libre e inteligible del hombre”
El mal puede ser concebido como ausencia o privación -dice Rosenfield.
La voluntad que quiere el mal, quiere la transgresión y la perversión de la ley moral:…
Quiere la violación del propio principio de humanidad.
La violencia en especial, es vista por Kant "como un abismo que engulle todo sin retorno"
Un abismo de donde emergen los rostros oscuros de la humanidad.
La malignidad remite a un concepto de naturaleza humana que es en sí indeterminado.
Kant estaría entreviendo un fondo demoníaco: una muerte racional de la razón misma.

En lo que respecta a Hegel, Resenfield advierte que el en filósofo:
"El concepto de la libertad humana muestra en sus trasfondos la fragilidad de la naturaleza humana"
No habla propiamente de una mala voluntad.
No la admite ni acepta la idea del mal por el mal.

En conclusión:
El concepto del mal remite a la idea de naturaleza humana.

(*) Crónica y Análisis publica el presente artículo de Jorge Omar Alonso por gentileza de su autor.

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