Fuente: Pensar en Nación
Si el
dinero debe servir a una Nación, éste debe ser visto dentro de una visión
correctamente equilibrada con la legítima actividad económica y el trabajo
generado por el esfuerzo productivo de las personas.
Pero la
fuente de Dinero no puede existir después de los hechos sino antes; la visión
retrospectiva es siempre más clara ya que uno sabe exactamente la cantidad que
se hubiera requerido para financiar un determinado proyecto de utilidad social.
En rigor
de verdad, necesita estar disponible antes de que ocurra la actividad económica
o simplemente la misma no se va a realizar.
En este sentido, el dinero es como
el viejo cuento del huevo y la gallina: ¿cuál vino primero? En nuestro sentido es el “huevo”, o sea, el
proceso financiero.
El
presente documento está basado en el principio de que la mayor obligación moral
de los gobiernos, cual es generar un clima de confianza y responsabilidad
fiscal, al alistar a las personas para crear estadísticas que el gobierno
después use para controlar el proceso de emisión monetaria en la cantidad justa
y suficiente que permita a la Nación vivir y prosperar.
Esta
mutualidad entre las personas y el gobierno permite el intercambio de bienes y
servicios, el uso de recursos naturales incluyendo la agricultura, la
construcción de infraestructura necesaria, así como el proveer todos los
servicios públicos que razonablemente no puedan ser generados por la iniciativa
de la empresa privada.
El
resultado es un respeto mutuo y equilibrio constructivo entre el gobierno y las
personas/empresas privadas, y también entre todas las naciones que se refundan
en base a los ideales del modelo de la Segunda República, que utilicen el mismo
Método de Proyección Estadística de emisión y control de sus fuentes de Dinero
Público.
Para
cumplir con esto, el gobierno primero debe promover el desarrollo del arte de
la Proyección de Negocios en todas las áreas de la economía, como así también
adoptar las Estadísticas de Disciplina requeridas para recolectar los datos
necesarios para justificar el volumen del dinero necesario en la economía para el próximo periodo
fiscal.
Sin la cooperación de todos los sectores de la economía, la fuente de
dinero puede ser incierta – insuficiente para el trabajo de la nación
(generando así recesión), o demasiado para justificarlo (generando así
inflación)
Las
curvas pasadas inhiben legitimar las ambiciones financieras de las personas, y
lo anterior tiende a la inestabilidad y escepticismo de las naciones con las
que hacemos negocios.
Esto es rápidamente evidenciado en los mercados de
capitales donde demasiada circulación de dinero causa que otras naciones
devalúen nuestra moneda en relación con la de ellos, mientras que en la nación,
esto conlleva altos precios o inflación.
Todos desequilibrios absolutamente destructivos y evitables.
El
asunto clave radica en la confianza, porque la sangre de una nación es el
dinero que usa para sostener su modus vivendi.
Una
nación no puede funcionar financiera o socialmente si no puede confiar en su
dinero y en las personas que la gobiernan, quienes son responsables de la
creación o el retiro de las cantidades de dinero público necesarios, tanto en
el momento preciso y como por razones bien definidas.
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