"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

lunes, 5 de marzo de 2012

Cómo es un día de trabajo en Tribuna de Periodistas


HONESTIDAD, INDEPENDENCIA Y PROFUNDIDAD

Trabajar en Tribuna de Periodistas es un enorme desafío diario, no solo por tratarse de un medio que escapa a la agenda de los grandes pulpos mediáticos, sino porque le da a la información un giro de análisis e investigación totalmente diferente.
Ello le permite muchas veces anticiparse a lo que la gran prensa publicará días más tarde.

El lector de Tribuna lo sabe y por eso elige este portal para conocer qué se esconde detrás de los títulos informativos de coyuntura.
Quien se nutre de la información que se publica aquí, lo hace luego de leer los grandes diarios y portales de noticias, donde la información es mínima, básica y casi calcada.
Tribuna, al ser un medio de segunda lectura, ofrece análisis e investigación a los temas que otros tocan de manera superficial.
También lo hace de manera totalmente independiente.
Sin embargo, la duda es ¿cómo se trabaja en un medio de tales características?

La labor de quienes trabajamos aquí comienza cada día por la tarde, cuando la editora General del sitio, Eliana Toro, comienza el análisis de los temas que serán portada de los diarios del día siguiente.
Con esa información, comienza a organizar los artículos de análisis y/o investigación que se publicarán en la jornada posterior.
Lo hace contactándose con los diversos periodistas que escriben en Tribuna y siempre en consulta permanente con quien escribe estas líneas, a la sazón director Ejecutivo del portal.
Si se trata de un tema vinculado a la política, seguramente le pedirá un análisis a Carlos Forte o José María González.
Si es algo referido a la economía, hará lo propio con Nidia Osimani; en caso de que se trate de un tema de investigación, probablemente solicite los servicios de Marcelo López Masia o Néstor Genta.
Y así sucesivamente: cada temática tiene quien se ocupe de ella.
En caso de que se necesite la opinión de un especialista en tal o cual tema porque la información lo requiere, se consulta con técnicos de las diversas ramas del conocimiento.
Cuando los artículos terminan de elaborarse por parte de los redactores de Tribuna, el corrector del sitio hace una exhaustiva lectura de los mismos y luego se decide qué título y foto los acompañarán.
Todo está cuidadosamente previsto, incluso cuáles serán las “notas relacionadas” que complementarán a la crónica principal.
Lo que jamás se hace es retocar el espíritu de lo que escriben los periodistas ni censurar ninguna de sus notas, ni siquiera en el caso de que esas denuncias afecten los intereses de alguno de los pocos anunciantes que publicitan en este portal.
Allí comienza la etapa final, que es la de la publicación de los artículos periodísticos.
La editora es finalmente la que decide en qué orden se mostrarán en la portada de Tribuna y cómo se manejará su difusión a través de las redes sociales.
Y aunque parezca que allí ha finalizado todo el trabajo, usualmente es el comienzo de una nueva etapa, ya que muchas de las notas que se publican en el sitio provocan reacciones de diversa índole.
Algunas serán incitadoras de enojadas cartas documento o querellas penales —Tribuna es el medio de prensa más querellado de la Argentina—, aunque otras provocarán el interés de la Justicia a efectos de incorporar la evidencia surgida de algunas investigaciones propias a expedientes que llevan adelante jueces de diversos fueros.
Aún sin llegar a ese extremo, algunas notas provocan furiosos llamados telefónicos a la redacción de Tribuna, como cuando en 2011 un célebre juez federal llamó a la editora General enojado por un artículo que desnudaba sus incongruencias. No le molestaba tanto el contenido de esa nota como la foto que la ilustraba: allí aparecía con una gran letra "K" en su frente.
Lo mismo ocurrió en su momento con media docena de ministros de kirchnerismo, quienes han llamado preocupados por las investigaciones que realiza este portal. Frente a la negativa, casi todos decidieron llevar a la Justicia penal a sus periodistas. No es problema para quienes trabajan en Tribuna ya que se cuenta con un sólido cuerpo de abogados —del estudio Sánchez Kalbermatten— que se encargan de llevar adelante la defensa de lo que aquí se escribe.
Gracias a ellos, jamás se ha perdido una sola demanda, ni las efectuadas por funcionarios públicos ni las iniciadas por personajes del ámbito privado (ojo, aún enfrentamos cinco causas judiciales en diversos fueros civiles y penales)
A este respecto, debe mencionarse que los ataques no solo se dan a nivel legal, sino también a través de intentos de bloqueos de nuestra página de Internet.
Allí es cuando entra en acción la gestión de los webmasters del sitio, Diego y Oscar Gentilezza.
Gracias a ellos, esos intentos de hackeo se han revertido una y otra vez.
Ese es en síntesis el trabajo que se hace en Tribuna cada día, cuyo producto es lo que se ve, no solo en la portada del sitio, sino también en sus redes sociales asociadas.
En realidad, la labor es mucho más compleja e incluye muchos otros tópicos que no caben en una sintética crónica periodística.
Lo importante, más allá de los mayores o menores detalles, es cómo trabaja este medio, con total independencia y honestidad, como pocos pueden hacerlo.
Esa transparencia puede verse también a través de la existencia de un punzante “defensor del lector”, un oportuno manual de estilo y ética y la posibilidad de comentar todos los artículos de Tribuna por parte de los que visitan el sitio sin censura alguna.
¿Cuántos medios ostentan semejante transparencia?
La mayoría de los periodistas que escriben en el portal destacan estas cualidades y admiten que jamás han podido disfrutar de semejante libertad trabajando para ningún otro medio.
Por eso es bueno contar cómo se trabaja en un medio de estas características, con la esperanza de que muchos otros sitios se contagien de lo aquí relatado.
Seguramente será un gran paso para el periodismo, pero aún más lo será para la sociedad toda.

Christian Sanz
Twitter: @cesanz1



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