Fue la Armada, y no el Canciller Héctor Timerman, la que logró el fino equilibrio entre los deseos de todas las partes interesadas en el regreso de la tripulación de la Fragata Libertad.
Evitó además un ‘efecto Galtieri’ y que aumentara el malestar de los marinos a quienes la Cancillería intentó esconder impidiendo que usen sus uniformes para vestir de civil e impidiendo que hablen con la prensa. Timerman (también Puriceli) se percataron de los paralelismos con el bochornoso regreso de los combatientes de Malvinas en 1982 y cedió a tiempo dejando que la Armada se encargara de todo.
CIUDAD DE BUENOS AIRES
(Urgente24).- A pesar de que este jueves (25/10) el ministro
Arturo Puricelli salió a realizar una suerte de mea culpa al
revelar que "las responsabilidades las define la presidente de la
Nación, y yo asumo las que me corresponde", puso más énfasis en
despegar a Guillermo Moreno del viaje a Ghana que a
Héctor Timerman y por eso se permitió deslizar que
"el responsable de la Fragata es el Ministerio de Defensa. La
Cancillería tiene su responsabilidad porque se la consulta”.
El canciller Héctor Timerman, ha
quedado nuevamente mal parado ante un conflicto internacional y su retahíla de
desaciertos no llegó a más gracias a la intervención de la Armada en el cierre
del retorno al país de lo tripulantes de la Fragata.
El operativo de partida desde Ghana fue diseñado
por la Cancillería argentina y puesto en manos de la Embajadora
Susana Pataro.
Ella fue quien solicitó a las autoridades
ghanesas el operativo de bloqueo y blindaje a la prensa. Hasta se hicieron parte
de los trámites migratorios a bordo.
Fue una ‘conquista’ del Capitán del buque
el que los tripulantes pudieran abandonar la nave vistiendo su uniforme ya que
Cancillería quería que lo hicieran de civil, pero el malestar es tan grande
entre los marinos que Timerman tuvo que ceder.
Asì, el Capitán de Navío Pablo Lucio
Salonio y los oficiales que quedaron abordo pudieron despedir en la
planchada del buque, uno por uno, a los tripulantes de la fragata y a algunos
familiares que habían acompañado los últimos dos puertos de la travesía.
La embajadora Pataro fue quien se ocupo
junto a tres o cuatro colaboradores en mantener a raya a los pocos medios de
comunicación en Ghana.
Lo mismo había pretendido ordenar el Ministerio
de Defensa para el arribo a Buenos Aires, incluso a última hora y a pesar de que
hubiera que pagar un sobrecosto por la decisión, se demoró 3 horas la partida
para llegar a Buenos Aires a una hora mas “conveniente” para minimizar el
impacto en los medios.
No les importaba que los tripulantes
estuvieran agotados por atravesar una jornada en que el toque de diana fue a las
0500 de la mañana y que llegaran finalmente a encontrar una cama y una ducha
alrededor de las 4 de la mañana del día siguiente en la Escuela Naval de Río
Santiago.
Pero la Armada sutilmente se impuso y pidió que
se dejara manejar la situación del arribo a la Secretaria General Naval por
intermedio de sus departamentos Ceremonial, Relaciones institucionales y
Comunicación Institucional.
Y si bien no hubo banda militar ni altas
autoridades navales a la vista en el arribo en Ezeiza (estaban pero no en primer
plano), el operativo fue manejado impecablemente por los Capitanes de navío,
Julio Guardia, Rodolfo Larrosa y Von
Wernick.
La atención y contención a los múltiples medios
de comunicación presentes fue realizado en forma directa por la jefa de medios
Mabel Perelli y se vio a un par de funcionarios de Defensa
observando a distancia los acontecimientos pero sin intervenir.
Ocurrió que el Ministerio de Defensa
advirtió que varios medios de prensa comenzaban a trazar un paralelismo con el
regreso de los ex combatientes de Malvinas y el “efecto Galtieri” de
“esconderlos” del público.
Entonces se habilitó a que los tripulantes
efectuaran declaraciones a la prensa, con varias restricciones entre ellas no
efectuar consideraciones políticas y siempre hablar a titulo personal.
El operativo de la Armada fue exitoso.
Los
marinos pudieron decir cómo estaban y que sentían (básicamente lo que más era
sabido que preguntarían los periodistas) y se les permitió hablar de tristeza y
esperanza, de su familia, del reencuentro y no mucho más.
También fue una ingeniosa idea de la Armada que
la única “conferencia de prensa” que se efectuara en el lugar fuera realizada
por el capitán Carlos María Allievi quien con la mesura propia
de un comandante llevó tranquilidad sobre el estado general de la tripulación
que regresó y sobre la quedó en el puerto de Ghana.
A última hora la Armada consideraba que se
habían cumplido los objetivos, la prensa tuvo algo, los familiares fueron
relativamente pocos (no mas de 200) y se fueron conformes y habían demostrado
que pudieron manejar el final de este capítulo de una manera más adecuada que lo
vivido hasta el presente.
Con el final aceptable del regreso de la
tripulación comenzará ahora el tiempo de las responsabilidades y los costos
políticos.
El último conflicto con las fuerzas de seguridad
(Gendarmería y Prefectura, pero también el acople de parte de la policía
bonaerense y la Armada) provocó la salida de Raúl Garré y la
ira presidencial llegó hasta el favorito del Gabinete: Axel
Kicillof, que atraviesa su peor momento en el Gobierno.
Nuevamente queda golpeado
Timerman, así como en su momento estuvo en la cuerda floja,
ahora el Canciller ha demostrado que carece de mecanismos de presión
diplomática adecuados. La idea del reclamo ante la Corte
Internacional de La Haya ofrece riesgos y, además, demandará mucho tiempo, sin
mencionar que por el momento no muestra avances significativos.
Esas gestiones llegaron luego afirmar que
la Cancillería poco y nada tenía que ver con el tema.
Todo hace prever que a consecuencia de que la
Argentina tiene escasa relevancia internacional y de que se lleva mal con varios
de los integrantes permanentes del Consejo de Seguridad, lo de Timerman se
anticipa será un fracaso.
Las declaraciones de Puricelli de este 25/10
demuestran lo que dijimos en Urgente24 el 14/10:
Hay una batalla frontal entre Cancillería (Héctor Timerman) y el
Ministerio de Defensa (Arturo Puricelli), arrojándose culpas por el itinerario
africano de la fragata Libertad.
Además anticipamos que si fracasara la
gestión del vicecanciller Eduardo Zuain y el viceministro de Defensa, Alfredo
Forti, en Accra, Ghana, Cristina Fernández de Kirchner necesitará que ruede la
cabeza de alguien, y hay mucha gente a la defensiva...
...
¡¡¡Felicitaciones a las autoridades de la Armada Argentina!!!
Con honor y valor supieron defender a nuestra patria y a la tripulación de la Fragata Libertad
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¡¡¡Felicitaciones a las autoridades de la Armada Argentina!!!
Con honor y valor supieron defender a nuestra patria y a la tripulación de la Fragata Libertad
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