Anoche una mujer policía murió de un tiro en la cabeza y su compañero resultó herido durante un intento de robo en el barrio porteño de la Paternal.
El grave hecho está siendo investigado por la fiscalía de turno y la comisaría 41, aunque de eso poco habla el secretario de Seguridad, Sergio Berni, que está enfocado en encontrar a huelguistas del 20N, considerados una amenaza para el gobierno de Cristina de Kirchner.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) - Una mujer policía
murió y otro efectivo resultó herido de gravedad al ser atacados a balazos por
una banda de delincuentes en el barrio porteño de La Paternal, según confirmaron
fuentes policiales a Online-911.
Los investigadores intentan determinar si se trató de un intento de robo,
informaron hoy fuentes policiales.
El hecho sucedió a las 23.30 de anoche en el cruce de la calles Condarco y
César Díaz, cuando ambos uniformados se dirigían a bordo de un Ford Fiesta a
prestar servicio a la comisaría 41a.
En ese momento, un Volkswagen Bora de color negro y una camioneta Zenith
con al menos seis individuos cercaron al vehículo en el que se trasladaban los
policías, indicaron fuentes de la pesquisa.
En su intento por escapar, el conductor comenzó a retroceder y fue entonces
cuando desde uno de los rodados abrieron fuego.
En la huída, el Fiesta chocó contra un auto estacionado y los delincuentes
siguieron disparando contra los policías, quienes alcanzaron a responder al
ataque con sus armas reglamentarias.
Como resultado del tiroteo, que incluyó al menos 30 disparos, la cabo
primero María Luján Campilongo, de 34 años, recibió tres
impactos, uno de ellos en el ojo, y su acompañante, el cabo Diego
Diglioni, de 28 años, dos proyectiles a la altura del tórax.
Además uno de los delincuentes también resultó herido, aunque se dió a la
fuga con el resto de los agresores.
Tras el ataque, ambos policías fueron trasladados en helicóptero al
Hospital Churruca, donde la mujer falleció a poco de ingresar al quirófano,
mientras que su compañero quedó internado.
El hecho es investigado por personal de la comisaría 41a y la Fiscalía
porteña en turno.
El hecho parece haber pasado desapercibido (como tantas otras cosas) por el
gobierno de Cristina de Kirchner. Tal es así, que el secretario
de Seguridad, Sergio Berni, aquel mediático funcionario, está
centrado más en la seguridad del gobierno buscando punteros huelguistas del 20N
que en los tiroteos que involucran a la Policía Federal.
Así, Berni habló hoy del 20N y afirmó que identificaron a un coche "negro",
"cuya patente coincidía el dominio con la posesión del gremio de
gastronómicos", en la zona del microcentro porteño donde comerciantes
denunciaron aprietes para que cerraran en adhesión al paro del sindicalismo
opositor al Gobierno.
El funcionario ratificó que ya se presentó ayer la denuncia ante la fiscal
contravencional de la Ciudad, "por los destrozos que ha realizado en ocasión del
amedrentamiento, la extorsión, con mucha violencia, la gente identificada como
el grupo gastronómico, fundamentalmente en la zona de avenida de Mayo, en el
centro de la capital porteña, entre Plaza de Mayo y Congreso".
Había "mucha gente que a la mañana desayunaba y estos grupos de
delincuentes entraban con mucha violencia, intimando a los que estaban
desayunando tranquilamente a que se levantaran y se fueran, y en aquellos donde
había una mínima resistencia rompieron la vidriera de los bares",
indicó.
Berni ratificó que en el café Tortoni, ubicado en avenida de Mayo 825,
"hubo un apriete muy importante que hizo que bajaran las persianas, por lo que
el encargado le dio franco a sus empleados".
Además, comentó a radio Vorterix que fue identificado en esa zona "un
(coche Volkswagen) Vento negro cuya patente coincidía el dominio con la posesión
del gremio de gastronómicos", conducido por Luis
Barrionuevo, quien apoyó la medida de fuerza lanzada por la CTA y la
CGT opositoras.
El secretario señaló que "esto fue puesto a disposición de la
Justicia", al igual que "las personas identificadas" en dos
colectivos en los que se trasladaban supuestamente trabajadores del sindicato,
quienes según la denuncia amedrentaron a los dueños de bares y restaurantes para
adherirse forzosamente al paro.
Si bien el hecho de los aprietes es grave y no debe ser pasado por alto, el
secretario de Seguridad podría estar enfocado en los verdaderos problemas de la
gente y no en buscar criminales entre sindicalistas que van al paro. Las
declaraciones de Berni muestran que el gobierno se siente cercado y ya no sólo
no responde a las demandas de la gente, sino que está abocado a su propia
supervivencia exclusivamente.
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