El día
Se volvió a subir a toda velocidad al mismo taxi del que se había
bajado en Paseo Colón y Bartolomé Mitre.
- De vuelta al mismo lugar de donde vinimos
- “No me diga que se olvidó algo” dijo el taxista, pero el pasajero
tranquilo y conversador que se había subido a su auto media hora antes era
otro que esta persona que veía por el espejo retrovisor agitada, mirando para
todos lados, chequeando el reloj a cada minuto.
Sebastián acababa de recibir el llamado que esperaba desde hacía dos
meses para cumplir su parte del plan.
“No hay mejor ciego que el que no puede
ver” dijo la voz en su celular desde un número no identificado.
Por eso corría, por eso hubiera querido tener el acelerador a su cargo
o ser llevado por un helicóptero.
Por eso ya no hablaba con chofer ni le
contestaba sus comentarios.
No importaban el taxista, ni lo que estaba por
hacer antes de que lo llamaran.
Lo único que quería era llegar antes de las
once, para correr el programa Renacer y que la fiesta comience.
Estaba abrazado a la carpeta que traía, las dos manos la sostenían con
mucha fuerza como si fueran su única conexión con el mundo, por si despegaba
el planeta como un cohete y existiera el riesgo de que se fuera sin el.
La
gente que veía manejando sus autos, caminando apurada o esperando en la
parada del colectivo no sabía lo que estaba por pasar, que sus vidas estaban
a punto de cambiar
¿Qué fecha es hoy? ¿Que fecha? ¿Qué fecha?
Vamos por
partes, pensaba, es febrero si.
Es febrero y es…
Hoy es 24 de Febrero de
2018.
Era el día, esperaba vivir para ver el cambio de alguna gran avenida
por 24 de Febrero.
El taxista lo vió bajar la cabeza, apoyarse sobre la carpeta que está
sosteniendo y cerrar los ojos. Cuando los abrió se veían húmedos.
- “¿Le pasa algo amigo?”
- No, nada, solo un problema familiar.
Al llegar abrió la puerta antes de que el automóvil se detuviera.
Sacó
del bolsillo un billete de mil para pagar los ochocientos sesenta pesos que marca
el taxímetro y le dijo al chofer que se guarde el cambio.
Ni esperó el
agradecimiento y ya estaba debajo cerrando la puerta y dirigiéndose a toda
prisa hacia su casa.
Subió lo dos pisos por la escalera.
Tropezó antes de llegar y casi cae.
Soltó
la carpeta para poder sostenerse en la pared.
La dejó en el piso, abrió la
puerta del departamento y la cerró tras de si con un gran golpe.
Se sentó en
el escritorio, encendió la computadora y esperó lo que le pareció una
eternidad hasta que la máquina estuvo lista para recibir sus instrucciones.
Sostuvo la tecla Ctrl+Shift y digitó el código 962DUT915.
Se abre la pantalla
de Renacer.
- “¿Listo para el renacimiento?” dijo una voz desde la máquina.
- “Si”, respondió.
- “Diga el código por favor”
- “AA45832 ZRT 493 5127”.
- “Correcto, llave número 3 abierta. Solo quedan 2” respondió Renacer.
Se levantó de la silla, se tomó la cabeza.
Se sentó en el sillón, se
tiró hacia atrás y comenzó a llorar.
Toda la tensión de los últimos cinco
años desde que fue reclutado en Renacer se liberó en ese llanto que no se
detuvo durante varios minutos.
Encendió la televisión y esperó noticias.
Se
levantó y se dirigió a la escalera a buscar la carpeta que había dejado.
Se sirvió un te.
Se sentó en el piso a esperar.
A las doce menos diez
Renacer anunció:
- “Llave número 4 abierta. Solo queda una” Ya falta poco.
Pasaron otros cinco minutos a lo sumo y otra vez la voz de Renacer,
- “Llave
número 5 abierta. Se inicia el proceso”.
La noche
En el local de la AFIP (Agencia Federal de Impuestos) María levantó el
teléfono para llamar a sistemas.
Algo estaba fallando.
En el medio de la
pantalla apareció la figura de Pacman comiendo poco a poco los datos que
estaba consultando con el sonido característico de ese juego.
Un virus en su
terminal tal vez.
- “No puede ser”, le aclaran en sistemas.
- “Un momento” pide
el técnico que recibe otra llamada por el mismo problema de otro usuario.
Después de otro y otro...
María pudo oír como les respondía cada vez más
nervioso.
Su llamada se cortó y no pudo volver a comunicarse.
Salió de su
oficina y vio que estaban todos los empleados en los pasillos comentando lo
que pasaba.
En todas las pantallas de la agencia Pacman hacía lo mismo que en
su computadora.
- “No es sólo nuestra agencia” dice el director cruzado de brazos,
sosteniéndose el mentón y mirando hacia el piso.
- “¿Algo se está comiendo los
datos?” pregunta alguien.
- “No creo, debe estar atacando a las terminales,
nosotros no tenemos acceso real a las bases de datos”.
Los botones de los teléfonos titilaban.
Un empleado comprobó que
tampoco funcionaban.
En el televisor el Canal del País se veía un partido de
fútbol.
La luz se cortó después.
La gente empezó a salir a la calle.
Había una
gran muchedumbre que venía de otras oficinas como el Banco Nación, la
Dirección de Rentas de la Ciudad, el Ministerio de Justicia.
En todos lados
el Pacman parecía al menos haberse comido todo.
No había otra información,
solo rumores.
“Esto es como lo que pasó con GMail”, dijo una señora, “alguna
falla general, después lo arreglan”.
Los transeúntes se detienen a preguntar
qué pasa, pero nadie lo sabe.
Los locales vecinos siguen funcionando, la
farmacia, la parrilla, los edificios de oficinas privados no parecen tener
ningún problema.
Algunos empleados se sentaban en el cordón, otros ocupaban las mesas
del restorán y de los bares de la cuadra.
Esperaron hasta las seis de la
tarde, hora de salida, y se fueron a sus casas sin saber todavía cual era la
situación ni recibir ninguna comunicación oficial, queriendo en el fondo que
el problema se prolongue hasta el día siguiente para no tener que trabajar.
En el subterráneo la gente miraba las pantallas donde anuncian que se
ha producido un apagón informático en los sistemas del gobierno nacional y
los gobiernos provinciales y municipios.
Todo el Estado ha quedado había
quedado desconectado y sin sistema, hasta los correos electrónicos parecían perdidos,
pero estimaban las autoridades que pronto volverían a la normalidad.
“Si lo cuentan es porque es grave” gritó un anciano.
Después de eso el canal
del país siguió con su programación, un documental sobre comida autóctona
nacional presentado por la nueva mujer de Fito Páez.
Sebastián recibió otro mensaje de texto anónimo
- “La ceguera es del
cien por ciento. Corte de energía llegó tarde. Informe por favor”.
Se puso el sobre todo y salió a la calle.
Se cruzó con el portero,
intercambió saludos y caminó siguiendo la ruta trazada.
Por Julián Álvarez
hasta la Avenida Santa Fe.
Se dirigió con rumbo al centro, llegó hasta Callao
y dobló hacia el sur hasta Avenida Córdoba. Llegó hasta Salguero y volvío a
Santa Fe y a su casa.
El recorrido duró cincuenta minutos.
“Nada particular.
48” escribió en un mensaje de texto dirigido a un número que tenía
identificado como “Informe Día Cero”.
Segundos después recibió un “Ok”, borró
el registro del mensaje y el número de teléfono.
48 era el número de circuito que debía recorrer para indicar si había
visto hechos fuera de lo común, algún signo de problemas.
No había visto nada
de eso en su caminata.
Algunas personas hablaban del apagón, pero nada más.
La madrugada
Había pasado una semana desde el Día Cero.
Ni el canal de televisión,
ni la radio, ni Tiempo Argentino, los únicos medios que quedaron después de
la ley de pluralidad de voces, habían dicho algo preciso sobre la situación o
sobre si se terminaría o si estaban trabajando en volver a encender al estado
que había desaparecido. Circulaban todo tipo rumores en foros de internet de
que no se habían podido liquidar sueldos, ni hacer pagos, ni recibido pagos
de impuestos.
La actividad económica siguió desarrollándose de modo normal.
Si
alguien había decretado un asueto, nadie se enteró.
El lunes empezó a
repartirse un diario clandestino en el microcentro de Buenos Aires llamado
Zonda.
Tiempo Argentino lo denunció en la tapa como una actividad ilegal, que
impedía a los demás expresar sus ideas.
La nota la firmó la dueña del medio
Victoria Vanucci.
Recordó que Tiempo Argentino fue designado por ley del
congreso como el diario plural y que si alguien pretendía hacer las cosas de
otra manera debía presentarse a elecciones y ganarlas, pero de ninguna manera
alzarse contra la ley y la pluralidad actuando por las suyas.
De cualquier manera ese fue el último número de Tiempo Argentino.
Los
empleados se enteraron de que el estado no podría pagar el fondo democrático
con el que se mantenía y que a fin de mes no habría sueldos.
Hubo una asamblea
improvisada, informo El Zonda, después de la cual Vanucci salió del país y el
diario cerró.
En el edificio se instaló días después un prostíbulo.
En pocas semanas otras publicaciones como El Zonda empezaron a
aparecer en todo el país.
En algunos casos eran blogs personales que se
imprimían y conseguían apoyo publicitario.
Muchas personas conservaban sintonizadores de radio con más de una
frecuencia que habían quedado obsoletas desde la ley de pluralidad de voces.
De repente encontraron que girando el dial más allá de Radio Nacional había
otras estaciones nuevas.
Unas con música, otras insultando al gobierno,
algunas predicando y anunciando el fin del mundo.
Llevó más tiempo que volvieran a existir otros canales de televisión.
Ocurrió cuando cerró canal 7, cosa de la que no se enteró mucha gente porque
nadie lo veía, pero un grupo de ex empleados jubilados de los viejos canales
privados se juntaron y lo empezaron a operar como TV Libertad.
Pronto ganó
audiencia y apareció la competencia.
Para entonces ya se sabía que el 24 de Febrero un ataque organizado
por un grupo aún no identificado había destruido los sistemas de todo el
estado, borrando todo dato sobre contribuyentes, incluso identidades
personales, cuentas de correo electrónico de funcionarios y cuentas bancarias
oficiales.
No había claves tributarias, ni constancias de declaraciones
juradas.
Quedaban papeles imposibles de consultar y a fines de marzo una
sucesión de incendios acabó con lo que quedaba de las agencias de la AFIP.
Cuando el ataque comenzó el presidente fue informado y atinó a ordenar
que se cortara el suministro eléctrico de toda oficina pública empezando por
la AFIP.
Pero fue inútil, nunca pudieron recuperar un solo dato.
Las oficinas
públicas se vaciaron, no existía recaudación, por lo tanto tampoco pago a
proveedores ni empleados.
Por todo el país el campo, el comercio y la industria florecieron sin
impuestos, sus rendimientos cambiaron por completo, subían los salarios.
Fueron los comerciantes de la calle Florida los que tomaron la iniciativa que
imitaron muchos después para mantener la seguridad.
Formaron una cooperadora
para mantener la comisaría funcionando.
Decidieron cambiar los uniformes y
mejorar el equipamiento.
El índice de delitos se redujo casi a cero.
En Córdoba los supermercados fueron los primeros en hacer circular una moneda que remplazó al peso.
Los intercambios comenzaron a hacerse con metales,
billetes emitidos por empresas o electrónicamente.
Se organizaron centros educativos con una enorme variedad de
orientaciones.
En Facebook un grupo de abogados constitucionalistas se convirtió en
referencia para la solución de temas prácticos.
Ahí surgió la idea de que los
jueces que había quedado sin trabajo ofrecieran sus servicios para resolver
conflictos privados de acuerdo a sus criterios.
Se dieron consejos para
organizar las tareas de limpieza y mantenimiento de los espacios públicos. Se
informaba sobre cómo los jueces iban resolviendo conflictos.
Aparecieron
distintos modelos de organización en la ciudades y a medida que se ganaba
experiencia y se conocían las de organizaciones vecinas los métodos se fueron
perfeccionando.
A los encargados de resolver los problemas comunes se les
llamaba intendentes.E
Eran verdaderos empresarios ofreciendo sus servicios y
convenciendo a la gente de financiar sus actividades.
Había plata para todo,
no había impuestos de ninguna naturaleza.
Fue el primer consenso general el
de no establecer impuestos nunca más.
Cualquiera que quisiera participar en
la vida pública debía aceptar que los únicos fondos con los que podía contar
eran los que fueran pagos por servicios consentidos de manera expresa y
aportes voluntarios que debía obtener convenciendo y mostrando resultados.
El presidente Scioli siguió llamándose a si mismo presidente en su
página web, pero no tenía ningún atributo del poder.
La quinta presidencial
de Olivos fue convertida en parque de la libertad por los vecinos, después de
que fuera rematada por falta de pago por la empresa proveedora de
electricidad ante el juez arbitral.
Después de eso Scioli se trasladó a la
casa del Abasto donde ejerció como Intendente del barrio algunos meses
hasta que fue desplazado por otro empresario.
La Fundación Justicia y Libertad llevó a cabo una colecta en todo el
país para el mantenimiento de las cárceles con mucho éxito.
Otorgaron el
mantenimiento a distintas empresas.
Había temor de que Cristina Kirchner y
los dos mil setecientos presos por corrupción y abuso del poder escaparan del
país, pero eso no sucedió porque los aportes para sostener el sistema fueron
masivos.
Hubo más de un intento de linchamiento, pero los intendentes de la
zona pudieron contener a la población y todo se calmó.
Google comenzó a proveer servicios como registros de propiedad y
documentación para viajes. Después lo hicieron Yahoo y Apple lanzó ICity, un
dispositivo para peticionar y votar identificando a la persona que
participaba.
La Asociación de Intendentes del Río de la Plata se encontraba en
pleno funcionamiento nueve meses después del apagón.
Designaron un Ministro
Plenipotenciario de las Intendencias del Río de la Plata que se encargó de
llevar adelante las relaciones internacionales, la venta de las embajadas en
todo el mundo y el reparto del producido entre la población.
Las embajadas fueron reemplazadas por una cuenta Premium ilimitada de
Skype para el Ministro Plenipotenciario.
La IRP decidió en su segunda asamblea anual no aceptar la invitación a
formar parte de las Naciones Unidas.
Se trataba de un organismo destinado a
desaparecer, como el resto de las organizaciones multiraterales, después de
que el Apagón Argentino, como se lo había designado en Wikipedia, se
repitiera en Brasil, Alemania, Sudáfrica, Australia, Venezuela, Ecuador,
Mexico, Cuba, Irán, Corea del Norte y Canadá.
Desde Francia llegaban noticias
ese mismo día de que el movimiento Gerard de Pardieu estaba detrás de la
desconexión del estado bajo el lema Paz, Libertad y Amistad.
Todo indicaba que el movimiento continuaría en el resto del mundo.
Distintas entidades de intendentes de los distintos países y cosas parecidas
establecieron relaciones a través de un foro público en Internet.
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Boletín Info-RIES nº 1102
-
*Ya pueden disponer del último boletín de la **Red Iberoamericana de
Estudio de las Sectas (RIES), Info-RIES**. En este caso les ofrecemos un
monográfico ...
Hace 4 semanas
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