Barajar y repartir de nuevo
Los superávits gemelos ya no son una obsesión como lo eran para Néstor Kirchner.
El fiscal desapareció y el comercial cayó 49%, torpedeado por el aumento de las
importaciones de energía.
Néstor
Kirchner tenía un plan económico.
Estaremos de acuerdo o no con su visión o con
la forma de implementarlo, pero no podemos discutir que tenía una
visión.
En ese plan el desendeudamiento y los superávits gemelos
(comercial y fiscal) eran clave.
Se buscaba una relativa independencia entre la
economía local y los mercados internacionales.
Se le pagó al FMI y se inició un
profundo proceso de desendeudamiento que nos ubicó en niveles con los que -sin
lugar a dudas- podríamos ser aceptados como un país de la Unión Europea, si no
tuviéramos en cuenta otras variables.
Sin embargo, bajo la nueva
administración, su plan parece haber perdido empuje.
El desendeudamiento
prosiguió, pero se enturbiaron los caminos.
El financiamiento del Gobierno a
través de la ANSES y del Banco Central -vía emisión monetaria que roza el 40%
anual- ya no es un hecho excepcional y que requiere un debate concienzudo, sino
un acontecer cotidiano.
En este camino, un pilar de la macroeconomía
kirchnerista tambalea y el otro fue dinamitado. Hablamos de lo que siempre fue
la obsesión de Kirchner: los superávits gemelos.
En enero, la balanza
comercial tuvo un retroceso interanual de 49%. De acuerdo con las estadísticas
del INDEC el superávit fue de apenas USD 280 millones. El fenómeno se explica
por una caída de las exportaciones y el aumento de la importación de energía.
|
Pero si este pilar tambalea, hay otro que ya fue derrumbado. El déficit
fiscal de 2012 superó los ARS 55.600 millones, 81% superior al registrado el año
precedente. La otra variable, el resultado primario (antes de pagar intereses de
deuda), fue deficitaria en ARS 4.373,6 millones. En concreto, es el primer
déficit de este tipo en la era kirchnerista y más aún, el primero en los últimos
16 años.
El gráfico a continuación es bastante esclarecedor respecto de la situación en la cual incurrieron las arcas fiscales.
En el horizonte, no se ven puntos de inflexión en esta situación, sobre todo, si tenemos en cuenta que el 2013 será un año eleccionario.
Sin embargo, un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal establece que existen dos escenarios posibles.
En el primero, "plantea una trayectoria moderada de gasto en el que su aumento sería del orden del 30% (implicaría mantener la brecha de crecimiento de 2 puntos porcentuales entre ingresos totales)".
En el segundo “se considera que el ajuste en la última etapa de 2012 puede servir para tomar mayor impulso por tratarse de un año eleccionario o ‘año impar’, en el que según muestra la experiencia reciente, la diferencia de velocidades entre ingresos y gasto primario es en promedio de 7%.
El gráfico a continuación es bastante esclarecedor respecto de la situación en la cual incurrieron las arcas fiscales.
En el horizonte, no se ven puntos de inflexión en esta situación, sobre todo, si tenemos en cuenta que el 2013 será un año eleccionario.
Sin embargo, un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal establece que existen dos escenarios posibles.
En el primero, "plantea una trayectoria moderada de gasto en el que su aumento sería del orden del 30% (implicaría mantener la brecha de crecimiento de 2 puntos porcentuales entre ingresos totales)".
En el segundo “se considera que el ajuste en la última etapa de 2012 puede servir para tomar mayor impulso por tratarse de un año eleccionario o ‘año impar’, en el que según muestra la experiencia reciente, la diferencia de velocidades entre ingresos y gasto primario es en promedio de 7%.
De este modo, se verificaría un aumento anual del 35% de las erogaciones
primarias”.
Si bien el segundo escenario parece más plausible, también hay un hecho que podría ser una suerte de bálsamo para las cuentas fiscales. Para este año se estima una caída en el pago de intereses de deuda del 25%. Esto sucede porque no se gatillará el pago del cupón del PBI, ya que el crecimiento de la economía no superó el 3,22% que exige dicho título para realizar la erogación a los ahorristas e inversores. Además, hay una disminución -a nivel general- producto de la comparación con el alto valor que registraron los intereses en 2012.
Si bien el segundo escenario parece más plausible, también hay un hecho que podría ser una suerte de bálsamo para las cuentas fiscales. Para este año se estima una caída en el pago de intereses de deuda del 25%. Esto sucede porque no se gatillará el pago del cupón del PBI, ya que el crecimiento de la economía no superó el 3,22% que exige dicho título para realizar la erogación a los ahorristas e inversores. Además, hay una disminución -a nivel general- producto de la comparación con el alto valor que registraron los intereses en 2012.
Más allá de estos sucesos fortuitos, un hecho es
ineludible: la política económica actual no reconoce los pilares que
obsesionaban a Néstor Kirchner.
Un saludo,
Ignacio.
Inversor Global
Un saludo,
Ignacio.
Inversor Global
No hay comentarios:
Publicar un comentario