El 27/03, la Presidente de la Nación twitteó desde @CFKArgentina:
"24 de marzo en la Plaza. Gente uniformemente vestida de rojo, autotitulada de izquierda. Amenazantes, con garrotes en sus manos. Serán los garrotes para abollar ideologías, como preguntaba Mafalda a un policía que lo portaba durante la dictadura de Onganía? (...)
Volviendo a lo de la Plaza del 24 y los del garrote.
¿Serán de izquierda como dicen?
Del otro lado, jóvenes vestidos de azul, celeste, o blanco con banderas argentinas, brazos y manos entrelazados, haciendo cordón humano..."
Era necesaria una respuesta desde la izquierda.
CIUDAD DE BUENOS AIRES
(Urgente24).
José Saúl Wermus, conocido como Jorge Altamira, es
un dirigente del marxismo trotskista desde 1957, cofundador en 1958 de Política
Obrera, hoy Partido Obrero (PO). Él fue entrevistado por Raúl Acosta, en LT3 de
Rosario:
-Estoy ejerciendo el periodismo desde la década del 60, así que a
usted y a su trayectoria los tengo en mi cabeza desde hace mucho tiempo peleando
siempre desde el costado, donde está parado, y desde su mirada de la realidad
argentina. Y esa coherencia la respeto.
-Muchísimas gracias.
-Lo que no sé es qué pasa con nuestra Presidente, que se ha enojado
con ustedes y a reestablecido el sucio trapo rojo como un argumento político
descalificador.
-Usted sintetiza magníficamente el tema. Este es el núcleo de la
cuestión, el lenguaje macartista de un gobierno que se pretende nacional y
popular y un lenguaje macartista en la jornada del 24 de marzo o referida a la
jornada del 24 de marzo.
-Vamos a aclarar que en la cuenta oficial de twitter la Presidenta
puso que en los actos del 24 de marzo en al plaza la gente del Partido Obrero,
al que usted pertenece, había agredido a gente a la que calificó de ‘azul,
celeste y blanca’ y… No sé, ¿cómo fue el hecho?
-No hubo ningún hecho, francamente. Le explico rápidamente. Durante
toda la semana pedimos, en el espacio Encuentro, Memoria y Justicia, una
audiencia con Abal Medina porque observamos que la Cámpora y el gobierno
pretendían bloquear todos los accesos a la Plaza de Mayo y quedarse con la plaza
hasta la noche e impedir nuestro ingreso. Entonces le pedimos al jefe de
gabinete una audiencia por escrito con la finalidad de discutir una forma de
reparto, es decir, tanto tiempo están ustedes y tanto tiempo estamos nosotros.
Así había ocurrido en el 2010 en una circunstancia similar. El jefe de Gabinete
no nos dio la hora, por lo tanto esto es un operativo que la presidenta ha
montado, porque el jefe de gabinete responde a la presidenta. Fíjese que nos
bloquearon de tal manera que nosotros íbamos por la Avenida de Mayo, tuvimos que
desviarnos por una lateral como Santiago del Estero, meternos por otra lateral
como Rivadavia, éramos como 60 mil personas en calles angostísimas, y terminar
en Diagonal Norte cuando comenzaba la noche porque esta gente no dejaba pasar.
Cuando ya comenzaba la noche llegamos a un acuerdo con los dirigentes de unidos
y organizados y nos dijeron ‘bueno, a las seis nosotros nos vamos y ustedes
entran’. Ya se acercaban las seis y media y no salían o lo hacían de forma
extremadamente lenta. Nosotros estuvimos esperando. Puede haber habido algún
incidente, pero yo que estaba en la cabecera no observé nada. la presidenta
exagera y deforma este hecho, los garrotes los llevaban los que bloqueaban
nuestro acceso, éramos muchísimo; lo exagera porque no pudo consumar el
operativo de hacer un acto oficialista que, lejos de recordar el 24 de marzo del
76, impuso una reforma judicial que entre sus artículos pretende la inmunidad
para los funcionarios oficiales y los funcionarios públicos cuando están en el
cargo, esto cuando hay varios de ellos en juicios abiertos por la tragedia de
Once, por Ciccone y por las coimas del transporte.
-¿A qué cosa obedece que el gobierno de la señora Cristina se
considere el hecho progresista del siglo XXI?
-Eso tiene que ver con una circunstancia muy fuerte. La onda no
progresista se estrelló en el 2001 con la crisis económica más grande de toda la
historia y dejó casi 30% de desocupados y otros tantos subocupados y un espíritu
de avería popular. La Argentina desde ese momento no puede ser gobernada sin un
discurso que atienda a la demanda popular. Eso también se manifiesta en el resto
de América Latina. Usted fíjese que hasta el propio Macri evita hablar en un
lenguaje propio de él, todo lo que le resulta posible porque sabe que hay un
pueblo que después de la experiencia del 2001 no va a permitir nuevos
experimentos de tipo fondomonetarista.
-¿En algún momento hubo un diálogo entre los sectores como el suyo,
del Partido Obrero, y el Frente para la Victoria?
-No, porque justamente para desarrollar este tipo de lenguaje
progresista el kirchnerismo nos tiene que atacar y apartar porque nosotros le
disputamos la hegemonía del lenguaje, la hegemonía del programa y la hegemonía
de las ideas. Usted fíjese que la Presidenta apoya a Gerardo Martínez de la
Unión Obrera de la Construcción, que cercena sistemáticamente la democracia
interna en el sindicato. Es decir, comienza a abollar ideas; abollar ideas es lo
que hace la burocracia sindical en los sindicatos con la autorización de
(Carlos) Tomada y que terminó con el asesinato de nuestro compañero Mariano
Ferreira, y la Presidenta nunca se pronunció sobre algo que fue mucho más que un
abollamiento de ideas.
-Sobre esto permítame una broma. La Presidenta, usted y yo
compartimos cierta vetustez, porque a los chicos más jóvenes la metáfora de
Mafalda hay que explicársela con Mafalda incluida.
-Bueno, macanudo. Pero la gente entiende que las ideas no deben ser
abolladas.
Eso es indudable. Pero esa no es una acusación que nos puedan hacer a
nosotros.
A Mariano Ferreira lo mató una patota oficialista.
La burocracia
sindical golpea docentes en todo el país y es una burocracia sindical
oficialista.
Hace mucho más que abollar ideas, entonces ahora adoptan la
virginidad que no les corresponde ni siquiera porque es víspera de Semana
Santa.
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