Luego de que la relatora especial de las Naciones Unidas, Gabriela Knaul, exhortara al Gobierno nacional a reconsiderar las leyes de reforma del Consejo de la Magistratura y de regulación de las medidas cautelares, la Cancillería argentina difundió un duro comunicado expresando su "malestar" ante esta "insólita actitud". ¿Ahora Cristina se peleará con la ONU?
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24)
El Gobierno nacional
expresó esta tarde su "malestar" ante la "insólita actitud" de
la relatora especial de las Naciones Unidas, Gabriela Knaul, que exhortó a la
Casa Rosada a reconsiderar las leyes de reforma del Consejo de la Magistratura y
de regulación de las medidas cautelares.
La "disposición sobre la elección partidaria de los miembros del
Consejo de la Magistratura" y "las limitaciones aprobadas a las medidas
cautelares" son "contrarias a varios artículos del Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos", indicó Knaul en un comunicado difundido
en Ginebra (ver nota relacionada).
La respuesta del Gobierno no tardó en llegar.
La Cancillería consideró
"inusitado" el comunicado de prensa emitido por Knaul y remarcó que
"los términos del mismo se apartan no sólo de los estándares de ética
profesional e independencia esperados del titular de un mecanismo especial como
lo es la Relatoría, sino que por su falta de imparcialidad, mesura y equilibrio
representa un desvío del mandato mismo encomendado a la Relatora".
A través de un comunicado, la cartera que conduce Héctor
Timerman afirmó que "resulta paradójico que quien ha recibido el
mandato de proteger la independencia de magistrados y abogados, atropelle
principios básicos del derecho, prejuzgando y adelantando conclusiones sin haber
recibido las respuestas a las preguntas que planteó en la noche del viernes
pasado al Estado argentino".
Y agregó que no sólo la Relatora "manifiesta su ignorancia o
parcialidad política al recomendar un diálogo participativo e inclusivo con la
sociedad y la comunidad jurídica" sino que "convirtió a las Naciones
Unidas en fiscal, juez y verdugo contra un país miembro".
A raíz del episodio, la representación argentina ante los Organismos
Internacionales en Ginebra mantuvo una reunión con Jane Connors, directora de la
División de Procedimientos especiales de la Oficina de la Alta Comisionada para
los Derechos Humanos, "manifestando el desagrado argentino por la inconducta
de la Relatora en cuestión".
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