La organización que, desde hace años, trabaja y asesora en la problemática de la contaminación del Riachuelo, acusó al vicepresidente ejecutivo de ACUMAR, Antolín Magallanes, de organizar remadas anuales en el río –con el respaldo y la promoción de Mussi- a través de la asociación Fundación por la Boca, de la cual Magallanes fue director ejecutivo hasta hace poco tiempo atrás.
Esta actividad deportiva, que recorre todo los años el tramo desde Puerto Madero hasta el Club Regatas de Avellaneda, está prohibida por la resolución 3/2009 de la misma ACUMAR donde se considera que las aguas “no son hoy aptas para ningún uso” debido al “estado de contaminación extrema y anoxia (falta de oxígeno)” de las mismas. Incluso, el juez federal de Quilmes, Luis Armella, había suspendido la navegabilidad del curso de agua hasta que se decidiera qué hacer.
Esta disposición fue ratificada por la Corte Suprema de Justicia.
El presidente de la Asociación de Vecinos La Boca, Alfredo Alberti, ya había adelantado en una entrevista con Agencia Tercera Sección que la propuesta de navegación del Riachuelo “es un disparate” y que “el único objetivo que se busca es que el río sea navegable para las areneras que están en el lugar”.
“Si discutimos si el Riachuelo es navegable o no, debemos pensar hasta donde lo hacemos navegable y qué profundidad le damos al curso de agua.
Hay que entender que los barcos areneros, al navegar, es como si estuvieran dragando el río todos los días.
El Riachuelo tiene muy poca profundidad y estas chatas areneras van prácticamente rozando el fondo.
Al avanzar, el navío va removiendo con sus hélices todos los barros y los lleva a la superficie”, había explicado Alberti.
En el comunicado emitido, los miembros de la Asociación de Vecinos La Boca ratificaron las palabras dichas por su presidente:
“Este repentino movimiento, y las distintas maniobras que proponen posibilitar la navegabilidad del Riachuelo, es totalmente inoportuno y liderado por intereses nada más que comerciales; está orientado exclusivamente a recuperar un antiguo statu quo de privilegios que le permitían remover diariamente los barros en las aguas del Riachuelo, casi con exclusividad, a un solo grupo económico”. Las empresas señaladas son Arenera Pueyrredón y Silos Areneros S.A. que, según le había contado Alberti a Agencia Tercera Sección “son las que navegaban y que, ahora, están afectadas porque no pueden pasar hacia el interior de la cuenca”.
La asociación ambientalista también apuntó contra la donación de dos botes para los jóvenes de la villa 21-24 que se realizó con el fin de que los habitantes del barrio puedan realizar actividades deportivas y recreativas en el Riachuelo, además de recibir cursos de remo.
Desde Asociación de Vecinos La Boca consideraron que esto significaba “motivar una actividad insalubre y no permitida”.
“¿Es inclusión social que naveguen estas hediondas aguas, que ni siquiera pueden tomar contacto con el cuerpo por su peligrosidad, chicos que padecen, justamente, graves consecuencias en su salud por toda la contaminación ambiental en la que están inmersos?”, se preguntaron al respecto los miembros de la organización.
Desde Vecinos La Boca consideraron, finalmente, que la navegabilidad del Riachuelo “no es prioritaria” y pidieron “continuar avanzando en el tema de las viviendas, muy atrasadas en su construcción, para las relocalizaciones (reubicación de las personas que viven en zonas de alta contaminación),
la reducción de basura enviada a los rellenos,
el control de la calidad del agua y el aire,
el atraso en la reconversión industrial agregando mayor exigencia en los parámetros de volcado,
el acceso al agua potable y cloacas,
la atención de la salud, los monitoreos,
la reurbanización de zonas prácticamente abandonadas y su ordenamiento ambiental”,
entre otros reclamos.
Facundo de la Fuente
Corresponsal de Agencia Tercera Sección en Avellaneda
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