"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

jueves, 22 de agosto de 2013

La Argentina comparada con Canadá y Australia


Contra el derrotismo fácil
Nota publicada Clarín.com  »  Edición Domingo 04.05.2003  »

El autor de Tres países, tres destinos cuenta las razones de su libro, apoyadas en la necesidad de pensar las causas de la crisis antes que definirlas desde el lugar común.

Daniel Muchnik.
De a redacción de Clarín
Es habitual que mucha gente ( no toda, por supuesto) reniegue del país, de su historia y de su futuro, especialmente en tiempos de crisis, de vaciamiento y de desamparo.
Da vuelta las páginas de los libros de historia, mira el mapamundi, observa la proyección de otros países, compara, siente una profunda envidia.

Desde pibe vengo escuchando esa reflexión cínica y al mismo tiempo flagelante que se basa en la pregunta “¿por qué habremos ganado las invasiones inglesas?”.
Y agregan: “Si hubiéramos perdido, hoy seríamos como Australia o como Canadá”.
¿Es tan así?
¿Es tan sencilla la comparación?
Esta cuestión fantasmal me obligó a tratar de encontrar respuestas.

A pesar de sus diversos derroteros, a principios del siglo XIX, Argentina, Australia y Canadá habían alcanzado un desarrollo económico y social similar.
Formaban parte de un grupo de naciones privilegiadas, porque a diferencia de los países subdesarrollados típicos no tenían población original que presionara sobre los alimentos.
Por lo tanto sobraban recursos para exportar.

Las enormes llanuras abiertas de la Argentina y de Canadá atrajeron a mediados del siglo XIX un flujo masivo de inmigrantes que entregaron enormes volúmenes de producción agrícola.
Al iniciarse la Primera Guerra Mundial ambas, en los extremos norte y sur del continente, lideraban las exportaciones agrarias mundiales.

Pero la segunda revolución industrial y la creciente importancia estratégica de las colonias como proveedoras de materias primas para los productos industriales de Europa harían que, a fines del siglo XIX, el perfil económico de Argentina, Canadá y Australia comenzara a diferenciarse.

Por encima de los parecidos orígenes, Canadá y Australia orientaron sus esfuerzos hacia la industrialización y el proteccionismo, un modelo que la Argentina abrazó en forma tardía, trunca e incompleta...
Una demora que determinó frustraciones estructurales para la Argentina.
Esta decisión a favor de la industria fue el hito que indica, a su vez, diferencias de formación política, institucionales y culturales entre las tres naciones.

Desde 1900 y hasta 1930 la Argentina demostró, pese a todo, un vigor económico que la colocaba, pese al crack, a la par de Canadá, Australia y aun de los Estados Unidos.
Pero desde la crisis de 1930 y, sobre todo, desde 1945 la Argentina se fue hundiendo en el pantano del estancamiento.

Para explicar los problemas que están en la génesis de la economía argentina y que avalan el éxito de Canadá y Australia hay que recorrer varios ejes.
Por ejemplo, la falta o no de recursos materiales,
las diferencias de población,
las instituciones políticas,
el rol del Estado,
el papel de los militares,
los regímenes de tenencia de la tierra,
el peso de las respectivas alianzas mundiales,
las distintas bases culturales y los desarrollos ideológicos y religiosos de sus burguesías nacionales.

Tres países, tres destinos no es un libro para la Academia.
Es, sencillamente, un trabajo de investigación que propone plantear con las comparaciones la necesidad de un nuevo proyecto nacional, opuesto a la persistente negación de la realidad de los dirigentes.

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