"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

miércoles, 27 de noviembre de 2013

¡Embriagaos!


"La bacanal de los andrios", de Tiziano

"Eso se acabó, es la edad de los parches…", decía anteayer Damián Ruiz en estas mismas páginas, antes de concluir: "Fíjate en ella, o en él, o en los dos… Observa […], arráncale un beso y espera que surja la más profunda y abismal de las pasiones".
Hoy es "¡Embriagaos!" la consigna que nos lanza Baudelaire.
Que ningún lector de El Manifiesto deje de hacerle caso.

Charles Baudelaire

Hay que estar ebrio siempre.
Todo reside en eso: ésta es la única cuestión.
Sin descanso hay que embriagarse para no sentir el horrible fardo del Tiempo que nos rompe las espaldas y nos inclina hacia la tierra.
Pero embriagarse… ¿de qué?
De vino, de poesía o de virtud, como mejor os parezca.
Pero embriagaos.

Y si a veces, la ebriedad ya atenuada o desaparecida, os despertáis en las escalinatas de un palacio, o en la verde hierba de una zanja, en la soledad lóbrega de vuestro cuarto, preguntad al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, preguntadle qué hora es; y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj, contestarán:
“¡Es hora de embriagarse!”

Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo, ¡embriagaos, embriagaos sin cesar!
De vino, de poesía o de virtud, como mejor os parezca.
Charles Baudelaire, Le Spleen de Paris, XXXIII, poemas en prosa.

Nota - El Manifiesto.com
Huelga decir que la “virtud” a embriagarnos de la cual nos invita Baudelaire nada tiene que ver con las cadenas que llevan a chapotear entre charcos de virtuosa moralina.
Recordemos que, antes de que la virtud quedara así envilecida, la virtus romana (renacentista también: Maquiavelo la reivindica) no significaba otra cosa que la fuerza, la grandeza de alma y de espíritu.

Y después de habernos embriagado con las palabras del poeta, hagámoslo ahora con la del Serge Reggiani que las recita —pero en francés— de manera propiamente excepcional.


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