"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

martes, 26 de noviembre de 2013

SÓLO CAMBIÓ EL VESTUARIO

El contenido es el mismo de siempre en el nuevo gabinete de Cristina Kirchner, que volvió de la licencia médica dispuesta a profundizar su desastrosa política económica.

El fracaso en las elecciones menos importantes  en el medio del mandato es siempre un buen empujón  para que políticos con pretensiones  de perpetuarse en el poder promuevan cambios.
En el pleito legislativo de octubre, la coalición de la presidente argentina Cristina Kirchner obtuvo sólo un 28 % de los votos nacionales.
Durante la derrota en las urnas, la presidente estaba en un hospital recuperándose de una cirugía en la que le retiraron un coágulo en el cerebro.
Al retornar la semana pasada ella trató de aventar algunas novedades.
Las ropas negras del luto por la muerte de su marido y antecesor en la presidencia Néstor Kirchner en 2010, fueron amenizadas con una camisa blanca.
Así ella apareció en un film corto, casero, grabado por la hija Florencia.
Cristina también pasará a dividir su tiempo de trabajo con los abrazos de un perro de raza macachíes, un regalo del hermano del fallecido presidente de Venezuela Hugo Chávez, Adán.
El cachorro fue bautizado con el nombre de Simón en homenaje al venezolano Simón Bolívar, héroe de la independencia de varios países de América Latina.

Quedan como están, la inflación anual arriba del 20%, el intervencionismo estatal,
la escasez de dólares,
el control de precios,
el agotamiento de las reservas internacionales
y los ataques a los empresarios.
En los dos años que todavía le quedan de su mandato, Cristina no modificará el núcleo de su política económica.
“Es preciso continuar profundizando el modelo” dijo la presidente para un público compuesto de militantes en la Casa Rosada.

Más allá del guardarropa, Cristina renovó su gabinete.

La más vistosa promoción fue la de Axel Kicillof a ministro de economía, integrante del grupo juvenil La Cámpora liderado por el hijo de Cristina, Máximo...
Él es arquetipo de la estatización petrolífera YPF, en el 2012, y quien se opusiera a la confiscación  alegando que eso alejaría inversores, era llamado por Kicillof de “payaso” e “imbécil”.
Detesta el término seguridad jurídica.
Su ascenso es la prueba de que todo quedará como estaba.
“No vamos a hacer nada que genere cambios bruscos en la economía...” dijo Kicillof.

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