Dos instantáneas para la Historia

EL MUNDO, como ya hizo con la foto de González en el TS, logra la imagen más buscada

La Infanta Cristina, prestando declaración como imputada en los...
La Infanta Cristina, prestando declaración como imputada en los juzgados de Palma de Mallorca. EDUARDO INDA / ESTEBAN URREIZTIETA, A TRAVÉS DE WWW.WOUZEE.COM
EL MUNDO

Ni es la primera ni, sin duda, será la última.
De nuevo, EL MUNDO sorteó el sábado todos los obstáculos y obtuvo la imagen más buscada, que quedará ya para la Historia: la del primer miembro de la Familia Real española que comparece ante un juez, la Infanta Cristina, prestando declaración.

Ayer, todos los medios de comunicación se hicieron eco de una fotografía que ocupará un lugar preferente en los archivos. La estampa impacta por su trascendencia: la hija del Rey interrogada por los presuntos delitos de fraude fiscal y blanqueo de dinero.

Tal fue el impacto de esa instantánea publicada en la portada de este periódico que no fueron pocos los que ayer la compararon con otra de las fotografías históricas de este diario:
La de Felipe González declarando como testigo en el Tribunal Supremo en 1998 por una de las acciones de los GAL, el caso Marey.

Aquella fotografía fue la culminación de muchos años en los que EL MUNDO se destacó por la publicación y denuncia de los sucesivos escándalos que afectaron a los gobiernos de Felipe González, entre los que se figuraba el caso GAL.

Fueron años de informaciones en las que se trató de localizar a la cúpula de la corrupción y en las que se intentó identificar a la denominada X de los GAL.
Nunca se produjo la declaración de Felipe González como imputado en las causas de la guerra sucia, pese a que sus ministros del Interior salieron sensiblemente salpicados.
Lo evitó la teoría del Supremo de la «no estigmatización» del presidente del Gobierno.

En los dos casos se intentó que no existieran estas fotografías
Lo que no pudo evitar Felipe González fue ser citado como testigo en el caso Marey, en el que se juzgó el secuestro por parte de agentes de la seguridad del Estado de un ciudadano francés, Segundo Marey, al que confundieron con un miembro de la organización terrorista ETA.

Como ocurrió el sábado con la Infanta Cristina en los juzgados de Palma, en aquel juicio celebrado 1998 también se trató por todos los medios de blindar de cámaras y de grabadoras la declaración de Felipe González, por entonces ex presidente del Gobierno.

Sin embargo, la fotografía se produjo y dio la vuelta al país.
Por ella, el presidente de la Sala Segunda del Supremo, José Jiménez Villarejo, intentó actuar contra el periodista que la obtuvo, Fernando Quintela, al que quiso imponer una multa.
Sin embargo, la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo no interpretó que la imagen obtenida por EL MUNDO fuera merecedora de sanción alguna y revocó la decisión.

Ahora, como ocurrió entonces, EL MUNDO se ha vuelto a destacar por la investigación periodística del caso Nóos, que ha terminado llevando a declarar ante el juez primero a Iñaki Urdangarin, el principal implicado en la causa junto a su ex socio Diego Torres, y finalmente a su esposa, la Infanta Cristina.

Y 16 años después, la historia se ha repetido en las páginas de este periódico:
Felipe González y Doña Cristina se toparon al día siguiente de su declaración en la portada de EL MUNDO con la imagen que querían evitar a toda costa.