No se puede describir entero, el dolor que penetra sin permiso.
No hay manera de admitir, las nuevas ausencias que se suman a la desgracia de los que intentan y defienden. No debería ser la vida, el premio para ellas y ellos, los leales, ni la tragedia, la causante del reconocimiento.
Solo estaban allí, prestos a salvar sin salvarse, a entregar sin esperarse.
Ahora, no alcanzarán los duelos, pero sobraran héroes y lagrimas, y nuevamente nos sentiremos huérfanos de quienes sin reclamarlo, nos querían sin preguntarnos.
Déjenme creer al menos hoy, que hay un cielo para los valientes.
© Gabriel Velxio
Dedicado a quienes entregaron sus vidas en la tragedia de Barracas, y a los que todavía pelean por ellas...
Boletín Info-RIES nº 1102
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*Ya pueden disponer del último boletín de la **Red Iberoamericana de
Estudio de las Sectas (RIES), Info-RIES**. En este caso les ofrecemos un
monográfico ...
Hace 1 mes
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