"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

lunes, 24 de febrero de 2014

Violencia estatal...

Para asegurarse en el poder en Venezuela, Nicolás Maduro endurece la represión a estudiantes y a la oposición...
Sobre el silencio cómplice del gobierno Dilma.

El presidente de Venezuela. Nicolás Maduro, guarda una gran diferencia en relación al ex presidente Hugo Chávez.
El fallecido, mientras gobernó, tenía el carisma necesario para dar un paso atrás cuando encontraba mucha resistencia a sus avances radicales.
Maduro, inseguro en el sillón presidencial, pisa más fuerte el acelerador cuando el camino hacia el frente se estrecha.
“Venezuela es un país en marcha golpeada por una dictadura “dice el sociólogo Demetrio Magnoli.
“O el país se convierte en una Cuba con petróleo o habrá una explosión de violencia”.
“La semana pasada Maduro dio dos demostraciones de su autoritarismo galopante.
El martes 18 la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) prendió a Leopoldo López, líder del partido opositor Voluntad Popular, en medio de una manifestación.
López fue  acusado, sin pruebas,  de terrorismo.
Todo lo que él hizo fue dar respaldo a la voz de los estudiantes que fueron a protestar pacíficamente contra el gobierno, en Caracas y otras localidades, en una de esas idiosincrasias absurdas que existen  en regímenes totalitarios, López, un civil, fue llevado a una prisión militar.

Como eso está en contra de la ley la jueza Ralenys Tovar Guillén se trasladó a un ómnibus estacionado frente al complejo.
“La jueza es de Caracas.
Como la audiencia fue en Los Teques, ella ni siquiera tenía jurisdicción para realizar la audiencia allá” dice el abogado constitucionalista venezolano José Vicente Haro.
Dentro de su tribunal  móvil Ralenys concluyó que López puede ser condenado a diez años de cárcel por daños a edificios públicos, incitación al crimen y asociación para el delito.

La segunda demostración de que Maduro no confía en la solidez del propio régimen fue el uso de milicias chavistas, llamadas colectivos para atacar a los estudiantes.
Eso ya venía ocurriendo desde el 12 de febrero.
Una de las cuatro víctimas fallecidas la semana pasada (que en total hubo ocho muertos en diez días) fue la estudiante Génesis Carmona, de 22 años, Miss Turismo del Estado de Carabobo, en el 2013.
La modelo recibió un tiro en la cabeza durante la manifestación en la ciudad de Valencia.
Los culpables hombres armados que tiraban a los jóvenes y se desplazaban en motos actuaban con el aval de la cúpula chavista.

En un país donde funciona una democracia plena es de  prever que las autoridades aseguren el derecho de protestar pacíficamente y lamentar las muertes ocurridas de los excesos cometidos por las Fuerzas del estado.
En Venezuela, al contrario, las autoridades llaman a jóvenes para que porten carteles con palabras del orden de “Fascistas”, “Terroristas” y “Golpistas”.
El lunes 17  después de las primeras muertes, Francisco Ameliach, dirigente nacional del PESUV, el partido chavista, gobernador de Carabobo, escribió en su cuenta de Twitter:
“Unidades de Batalla Hugo Chávez, prepárense para el contraataque fulminante contra los fascistas”
Al día siguiente, a la estudiante Génesis, le dieron un tiro en la cabeza y murió el miércoles 19.

Casos de torturas a estudiantes también fueron relatados.
Una de las víctimas contó que le habían introducido un fúsil en el ano mientras declaraba.
Los jóvenes maltratados en las prisiones identificaban a los verdugos como cubanos, por el acento.
“El ejército se convirtió en una réplica del modelo represor cubano” dice Gonzalo García Ordoñez que fue jefe del Comando Unificado de las Fuerzas Armadas hasta el 2000.

El gobierno brasileño se mantuvo callado durante toda la semana sobre las atrocidades cometidas en nombre de Maduro.
Peor, aceptó sin oponerse públicamente, una nota del Mercosur en la que definía las protestas como tentativa de desestabilización al orden democrático.

A pesar de las acusaciones del gobierno,  la oposición venezolana no está armada.
Los ciudadanos se adhieren a las manifestaciones  porque no poseen otros medios de expresarse.
No hay más canales abiertos de televisión, fuera de los del gobierno.
La semana pasada Maduro amenazó a la red americana CNN de retirarla de la televisión a cable.
Los periodistas de prensa están sin papel y sólo una radio informa sobre las protestas.
El tráfico de internet llegó a ser bloqueado en algunas ciudades “a si mismo en Caracas, las dificultades de tener información es enorme, lo que favorece mucho al gobierno” dice Blanca Rosa Mármol de León, ex jueza del Supremo Tribunal de Justicia de Venezuela.

Leopoldo López sabía que la GNB estaba buscándolo y decidió entregarse para afirmarse como líder opositor y prolongar las protestas.
De hecho, los estudiantes continúan en las calles y los pistoleros chavistas también.

Nota de Natalia Watkins
Traducida de la revista VEJA
Edición 2362 – Año 47 – No 9

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