A los combatientes de Malvinas

Por Carolina Perín

Te ví partir desde tu Corrientes natal, desde Córdoba, Entre Ríos y cada una de las provincias de nuestro país.
...
Te ví sacar pecho frente al dolor del abrazo materno y la simulada fortaleza de tu padre.

Te ví irte con la mirada puesta en lo desconocido pero con la esperanza de recuperación de aquellas islas que la maestra nos había enseñado a dibujar en el mapa político de la Argentina.

Aun así, con ese sentimiento, imagino que el temor se adueñaba de tu cuerpo.
Aunque el traslado en aquellos camiones te hiciera sentir que no estabas solo y que eran muchos los que irían contigo a Malvinas, creo que nunca imaginaste que pasarían tanto frío.

Y cuando el silencio se hizo fin…

Entiendo que nunca imaginaste que cuando la mano enemiga se posó sobre tu cabeza era para calificar con un color cuán grave era tu herida: verde, amarilla, roja.

No todos tus jefes te habían dejado solo, lo sé.
Algunos se quedaron hasta el final.
Alguno tuvo un gesto heroico.

Pero Uds. Soldados de Malvinas, casi adolescentes tuvieron miles de gestos heroicos.
Solos se cubrieron con sus cuerpos unos a otros para que el frío no les calara los huesos hasta el dolor.

Nunca arriaron nuestra bandera.
No fueron Uds. los que lo hicieron.
Volvieron en silencio.

La cobardía de los que los habían enviado los condenó a regresar sin que la luz que merecían los iluminara.

Sin embargo están en cada uno de los reconocimientos de sus lugares natales, en el dolor o la alegría de una madre, de un padre, de una hermana, o hermano, de una esposa o de un hijo o simplemente desde el cariño inclaudicable de tantos que como yo les decimos
¡¡¡Gracias!!!

Carolina Perin