Los pacientes de traumatismo recuperaron cierto funcionamiento en las piernas gravemente dañadas con el procedimiento, realizado por primera vez
Traducido del inglés: jueves, 1 de mayo, 2014
Fuente: MedlinePlus
MIÉRCOLES, 30 de abril de 2014 (HealthDay News) --
Los médicos pueden ahora regenerar grandes cantidades de músculo perdido por una lesión traumática, utilizando tejido extraído de cerdos como "baliza" para convencer a las células madre del propio cuerpo para que reparen la herida.
Cinco pacientes con grandes heridas en los músculos de las piernas (que incluían a tres lesionados durante el servicio militar en Irak y Afganistán) experimentaron una regeneración sustancial tras el tratamiento con el tejido de cerdo y fisioterapia intensa, reportó un estudio reciente.
Tres de los cinco pacientes experimentaron una mejora de al menos un 25 por ciento en el funcionamiento tras el tratamiento, y los cinco reportaron una mejor calidad de vida, anotaron los investigadores.
Los hallazgos aparecen en la edición del 30 de abril de la revista Science Translational Medicine.
El traumatismo provocado por un accidente de coche o un dispositivo explosivo puede provocar daños irreparables en los músculos de una persona, si se pierde demasiada masa muscular, señaló el autor líder, el Dr. Stephen Badylak, profesor de cirugía de la Universidad de Pittsburg y subdirector del Instituto McGowan de Medicina Regenerativa.
"Cuando se pierde tanto músculo que el agujero es demasiado grande como para que se produzca el proceso restaurador normal, el resultado final típico es que el agujero se rellene con tejido cicatrizado", explicó Badylak el martes en una conferencia de prensa. El tejido cicatrizado provoca una pérdida de funcionamiento en ese músculo, apuntó, potencialmente dejando al paciente discapacitado.
El equipo de Badylak tuvo la idea de usar una "matriz extracelular" de tejido de cerdo para fomentar la regeneración del músculo. La matriz extracelular es un componente del tejido corporal que funciona fuera de las células del cuerpo. La matriz extracelular está formada mayormente por colágeno, y provee respaldo estructural y bioquímico a las células circundantes.
Esos materiales ya se usan para reparar hernias y para la reconstrucción de los senos, para proveer el respaldo estructural y protección a los lugares quirúrgicos, apuntó en la conferencia de prensa el coautor del estudio, el Dr. Peter Rubin, catedrático del departamento de cirugía plástica de la Universidad de Pittsburgh.
Pero los investigadores descubrieron que el tejido de cerdo implantado fomenta la sanación al liberar unos bioquímicos llamados péptidos en los tejidos humanos circundantes.
"Esos péptidos que se liberan sirven como baliza para las células madre del propio cuerpo", dijo Badylak. Las células madre ubicadas en los tejidos humanos cercanos son atraídas al lugar de la herida, donde comienzan a reemplazar el músculo perdido.
Tras evaluar el proceso en ratones, los médicos comenzaron un ensayo clínico con cinco hombres de 27 a 37 años de edad. Todos habían perdido entre el 58 y el 90 por ciento del músculo en una de las piernas.
Los hombres se sometieron a una cirugía para extirpar el tejido cicatrizado de la herida, y entonces los cirujanos implantaron la matriz extracelular en la herida.
Todos los pacientes iniciaron una rehabilitación agresiva en un plazo de dos días después de la cirugía, señaló Badylak. Esto se hizo para proveer a las células madre una guía en la reparación del músculo.
"Cuando esas células llegan al lugar, dependen de pistas del ambiente local para decir 'bien, ya llegué, ¿qué quieres que haga?'. Una de las pistas más importantes son las fuerzas mecánicas que se demandan del sitio", señaló.
La meta es mejorar su capacidad de realizar tareas cotidianas como subir escaleras, ponerse de pie desde una silla y levantar una pierna a una posición de sentado.
Uno de los pacientes, Nick Clark, perdió cantidades masivas de tejido muscular y nervioso de la pierna izquierda en un accidente de esquí en 2005. Comentó que tenía un equilibrio terrible en la pierna izquierda, y a veces tenía que usar bastones o apoyos de tobillo para estabilizar su paso.
Clark se sometió a la cirugía experimental en 2012. "Al segundo día que estuve en el hospital, me hicieron caminar arriba y abajo por los pasillos", dijo en la conferencia de prensa. "Fue bastante difícil. Era doloroso. Pero valió la pena".
Ahora puede balancearse en su pierna izquierda varios minutos a la vez, y tiene más fuerza de empuje en el pie izquierdo.
"Mi equilibrio todavía no es del 100 por ciento, pero ha mejorado bastante", comentó Clark, de Youngwood, Pensilvania, quien tiene 34 años. "Ahora, casi puedo mantener el ritmo de una persona normal al caminar, quizá a un 90 por ciento. Antes de la cirugía, tenía un paso que era más o menos la mitad de lo normal".
El procedimiento representa un importante avance médico, según un experto en traumatismos que no participó en el estudio.
"Creo que será un nuevo paradigma de tratamiento en las personas con una lesión muscular significativa, algo que los que estamos en el mundo del traumatismo vemos con mucha frecuencia", comentó el Dr. David Lowenberg, cirujano ortopédico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford. "Abordaron un inmenso problema y hallaron una forma de arreglarlo que es relativamente barata, y cuya realización no es técnicamente difícil".
Lowenberg ayudó a entrenar a los médicos militares para gestionar esas heridas grandes como parte de un programa de becarios distinguidos, y fue testigo de primera mano de los traumatismos físicos provocados por la guerra. "El número de defectos en los músculos grandes de nuestros guerreros heridos es real", dijo.
El costo del procedimiento podría bajar incluso más en los próximos años. "Hay nuevas formas de fabricar estos soportes que son incluso más rentables, y no se tendrá que depender de animales para el proceso", aseguró Lowenberg.
Por ahora, dijo Badylak, autor del estudio, la investigación sirve como "demostración del movimiento verdadero desde la ciencia básica en el laboratorio al trabajo preclínico en animales y hasta el tratamiento del paciente".
Dijo que el próximo paso es entrenar equipos quirúrgicos y de fisioterapia en otras instituciones importantes en el proceso. "Así podemos mostrar que es un método que puede funcionar", planteó Badylak.
Una vez se pruebe que el procedimiento es efectivo, Badylak cree que podría usarse en cualquier hospital quirúrgico como una forma barata de sanar las heridas que antes se consideraban irreparables.
"El método que usamos busca ser el tipo de método que se puede utilizar en cualquier lugar donde hay buenas cirugías disponibles", aseguró.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: April 29, 2014, Science Translational Medicine news briefing with: Stephen Badylak, D.V.M., Ph.D., M.D., surgical professor, University of Pittsburgh, and deputy director, McGowan Institute for Regenerative Medicine, Peter Rubin, M.D., F.A.C.S., chair, department of plastic surgery, University of Pittsburgh, and Nick Clark, 34, Youngwood, Penn.; David Lowenberg, M.D., orthopedic surgeon, Stanford School of Medicine, California; April 30, 2014, Science Translational Medicine
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