ENTRE el exa-BRUTO y la KONFUSIÓN

Estimados amigos, hace unos días, preso del zoon politikón que llevamos adentro, publiqué un comentario surgido desde la entraña.
Básico, quizá poco inteligente, pero absolutamente genuino.
Llamado a pulir mi pluma y conectar la neurona: aquí me tienen, en principio dispuesto al "distinguntur", para no caer en el facilismo de confundirlo todo, haciendo que el remedio, (llamalo "década ganada") sea peor que la enfermedad, (masivos síntomas de urticaria anti K).

Allá vamos pues, "petetitos del saber".
El perimido discurso de hablar de la izquierda y la derecha en política, ya fue.
Nacido con la Revolución Francesa, para poder distinguir quiénes estaban, o no con el Règime, cargado del estigma moral que siempre significó ser zurdo, (una especie de homosexualimo fóbico por agarrar el lápiz o el cuchillo con la mano equivocada) y pasando por el propio peronismo, que abrigó en su paternal movimiento a diestros y siniestros, en términos políticos globales y locales, IZQUIERDA Y DERECHA, están muertas (Bobbio, sic).

Por otra parte, la mixtura con la que se ha construido la historia argentina, crisol de razas y cocoliche de ideas, hace que tendamos muchas veces a mezclarlo todo:
No salir a la calle para sostener a Alfonsín,
adherir a Lilita,
votar a Macri, tener una estampita de Evita,
NO SON LA MISMA COSA.

Para embarrar la cancha fuimos hechos y la alquimia en la discusión nos encanta.
Seríamos capaces en un par de minutos de establecer una relación histórica y sanguínea entre Colón y Magneto, porque de colonizador, esclavista, oligarca, monopólico, conservador, terrateniente, ninguno de estos "derechosos" se salva, SON TODOS IGUALES...
Sino fijate, a uno le mudaron la estatua y al otro le condecoraron con la cinta azul de la falacia.
Claro, los "zurdos" siempre fueron racionales y por sobre todas las cosas republicanos. ¡JA!

Para ir cerrando este capítulo, creo que el mejor epílogo es citar a MARX:
"Mientras en la vida ordinaria, cualquier tendero es capaz de distinguir entre lo que alguien profesa ser y lo que es en realidad, nuestros historiadores todavía no han podido adquirir esta trivial habilidad. Toman a cada época por su palabra y creen que todo lo que ella dice e imagina sobre sí misma, es cierto"

El pueblo, como el tendero de Marx, percibe, distingue, entiende, olfatea.
Todo lo demás intenta vanamente explicarse con palabras por CADENA NACIONAL.

Nelson Valenti
(continuará)