Hace catorce años creí
en mi país y le presté los ahorros de mi familia.
Lamentablemente me
equivoqué porque a fines del 2001 decidieron defaultear y luego licuaron las
deudas de los grupos económicos más importantes junto con los de provincias muy
mal administradas.
A mediados del año 2003,
sin trabajo y con mi mujer esperando nuestra primer hija, me sentí
profundamente defraudado cuando nuestro gobierno decidió condonarle la
totalidad de la deuda que tenía Cuba con nuestro país, del orden de 2000
millones de dólares, sin haber empezado a dialogar siquiera con aquellos que éramos
sus acreedores.
Por eso y con mucho esfuerzo y con otros afectados formamos una
ONG, ADAPD* para defender en conjunto nuestros derechos.
Ya en el 2005 y sin
negociación alguna, cuando la mayoría de los bonistas originales cansados y
necesitados habían mal vendido sus bonos, ofrecen un canje vil destinado a
estos últimos por las pérdidas que involucraban para alguien que hubiese
comprado a la par.
Peor fue incluso la
oferta que se hace en el 2010 en un canje sospechado de connivencia con parte
de los grupos que entraron en el mismo.
Actualmente queda un
pequeño remanente del orden del 7 % de la deuda original en Default, donde a
pesar de lo que se dice hay un gran grupo de pequeños y medianos inversores de
Argentina, Italia y Alemania principalmente, que hemos resistido como pudimos
para no permitir que nuestro gobierno termine de robar los ahorros de toda una
vida en un país rico pero mal administrado.
Ahora que estaríamos
cerca de llegar a una solución justa para terminar con este suplicio, veo sin embargo
que gran parte de los políticos de mi país que no se dignaron a atender
nuestros reclamos en los años pasados, tanto oficialistas como de la oposición,
ya sea juntos en el grupo que viajó esta semana para reunirse con
representantes del Congreso Norteamericano y del gobierno Federal, o por notas
separadas remitidas a los mismos interlocutores, buscan presionar a la Corte
Suprema para que esta solución se trunque una vez más. Incluso alguno ha
propiciado que el no pago a los que
creyeron en mi país "¡sea declarado una Cuestión de Estado"!
¿Cuál debería ser la reacción de un votante argentino que
en forma reiterada ha visto que a lo largo de los años sus autoridades han
gastado enormes fortunas para no pagarle sus acreencias en un país donde
multitud de gente ha recibido y recibe dinero injustificadamente, pero a los
que nos corresponde, nunca nos toca?
Hoy, aquellos que no
tenemos poder ni capacidad de lobby y que no podemos usar de nuestros impuestos
para viajar y conversar con las autoridades norteamericanas, seguimos apostando
como último recurso a esa Justicia Independiente que ha hecho grande a esa
verdadera República que son los Estados Unidos de Norteamérica.
Horacio Vázquez
Bonista Argentino
*ADAPD: www.adapd.org.ar
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