Alguien dijo: "Con la tapa de los diarios podes hacer cualquier cosa, envolver huevos, leerlos o lo que te parezca"
Otro tomó literalmente el relato y desde el atril y ante las cámaras, rompió la tapa de los diarios con insultos.
Desde la invención de Gutemberg la palabra escrita ha sido una de las formas más importantes de instrucción, sabiduría e información.
Las clases populares, y quienes no tienen acceso a bibliotecas o centros de estudio pudieron aprender desde cuestiones triviales hasta información vital para sus vidas.
El antecedente de esta información es el canto del Juglar, quien ante el pueblo mientras entretenía al Soberano dejaba deslizas en sus rimas y coplas veladas críticas a la perversión y el autoritarismo del mismo...
Luego los Reyes tomaron el papel para escribir sus bandos, legalizados con el sello Real para comunicar al pueblo sus decisiones.
Con el avance de la República y el sistema democrático se popularizó la información periódica, mediante sueltos y después ediciones diarias que informaban al pueblo de las noticias, los decretos y los acontecimientos.
Mas allá de los abusos, de que pueda pervertirse con ideologías inadecuadas, la palabra escrita es el testimonio del pensamiento del hombre y su expresión genuina en plena libertad, en el sentido que le daba Pablo de Tarso:
Aun en medio del pozo de la cárcel y engrillado, obligado a estar donde no quiero, soy libre de mis pensamientos, nadie me domina.
Tengase en cuenta que existen testimonios auténticos, reivindicados por la historia, como el Diario de Ana Frank, que permitirá aún a las generaciones futuras conocer los horrores de un sistema elegido democráticamente, con gran adhesión popular, que muchas voces pretende ocultar o negar.
La prensa es el símbolo de la libertad de expresión y el paradigma de la condición y la dignidad humana, con plena libertad y que permite el cotejo de ideas y análisis, ya que si todas las voces se expresan, puede el hombre común, elegir y adherir a la que considera más adecuadas con la realidad y la verdad.
El atril es el símbolo de la comunicación de la autoridad.
Desde allí se expresa quien tiene poder y lo ejerce.
Pero ese poder si no va acompañado de la responsabilidad del funcionario, es vano.
Ademas es ejemplo y modelo para quienes están bajo su autoridad.
El atril es el ejercicio de la docencia desde el poder.
Desde él se enseñan verdades, comportamientos, respeto, ideas y conocimientos.
Es una comunicación diferenciada e importante.
No puedo decir cualquier cosa, todo lo que quiero y deseo desde allí.
Debo ejercer la función consciente de mi rol y de aquello que desatará en los demás.
Hablar desde el atril debe ser una función sacral, en la cual la comunicación debe ser veraz, real, bondadosa, armoniosa, solidaria y digna.
Desde lo simbólico el atril y la prensa se deben mutuo respeto y consideración.
Sin actitudes agraviantes, respetando las reglas de la sana crítica y el disenso necesario en la comunicación plural.
Separando la información de la doctrina y señalando expresamente, qué es lo que informo y que es lo que opino de dicha información.
La información debe ser lo mas objetiva posible, desde el atril y desde la prensa, y el análisis subjetivo impostado honestamente en mis parámetros ideológicos y doctrinarios respetando la libertad y la dignidad del otro.
Ambas funciones involucran una gran responsabilidad, aunque la relación es asimétrica, ya que el atril, la comunicación de la autoridad está por encima de la prensa.
Ambas tienen poderes, pero la autoridad se ejerce también sobre la prensa.
El respeto a la expresión, la libre propalación de noticias, comentarios, ideas y análisis son la garantía de la República y del sistema democrático.
Ojalá sean respetadas y cada cual ejerza su rol con responsabilidad y con la dignidad de la condición humana.
Elías D. Galati
Boletín Info-RIES nº 1102
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*Ya pueden disponer del último boletín de la **Red Iberoamericana de
Estudio de las Sectas (RIES), Info-RIES**. En este caso les ofrecemos un
monográfico ...
Hace 1 mes
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