"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

domingo, 6 de marzo de 2016

LA VERDAD CONTAMINADA


Como saber la verdad de los sucesos ya ocurridos cuando no se conocen testigos presenciales de aquello que se pretende averiguar.

La ocultación y la contaminación de la verdad se puso en el tapete a propósito de las circunstancias que rodearon a la muerte del fiscal Nisman en la Argentina.
La verdad se define como la adecuación entre la proposición que se expresa con la realidad fáctica.
Proviene del latin veritas y es la conformidad de lo que se dice con lo que se piensa o siente.
Es también la conformidad de las cosas con el concepto que uno se forma en la mente.
Hay verdades que son tan evidentes que son sabidas por todos de manera notoria, como por ejemplo todos somos mortales.
Ocultar significa poner una cosa o una persona donde no pueda ser vista o de modo que no pueda verse.
Es esconder, impedir que algo se vea o se sepa.
Contaminar es alterar o dañar el estado original de pureza o de limpieza de una cosa.
En especial la contaminación adquiere relevancia cuando se contamina una escena y con más razón si hubo una muerte.

La ocultación y la contaminación son actitudes voluntarias, intencionadas y falsas destinadas a poner dudas sobre la realidad de los hechos y obedecen a motivos de conveniencia personal, económica, de ideologías o del querer o la pasión.
Desde que el mundo es mundo hubo ocultaciones, cuentan que Adán y Eva después del pecado original se ocultaron en el Paraíso porque sintieron vergüenza al comprender que estaban desnudos.
Desde los orígenes de la escritura se han ocultado escritos, sobrescribiéndolos para que no sean advertidos por cuestiones de poder, religiosos o por temor.
Es común ver en las obras de arte pinturas ocultas debajo de otras y algunas contaminadas con una segunda o tercera versión.
Gracias a la tecnología y la imagen digitalizada se supo que La dama del armiño de Leonardo en su 3ª. versión fue cambiada en la posición del antebrazo y la colocación del armiño.
Los análisis con Rayos X determinaron debajo de un Rembrandt un viejo hombre en traje militar, igualmente el Sacrificio a Vesta de Goya, como el pequeño autorretrato en el Baco de Caravaggio, el hombre de barba debajo de la habitación Azul de Picasso, o el retrato de los luchadores debajo de la Naturaleza Muerta de Van Gogh.
Hay una tensión muy humana entre el conocimiento de la verdad y la adecuación de la misma a la conveniencia personal, grupal o comunitaria.
Tanto el individuo como los grupos necesitan justificarse y pensar que han hecho bien aunque falseen la verdad.
El Tercer Reich mostraba las campos de concentración como lugares donde se vivía bien y con dignidad, el Proceso Argentino creo la frase de que éramos Derechos y Humanos.

Y en los actos jurídicos y las investigaciones la situación se complica aún más, Foucault ha señalado que la verdad jurídica no tiene nada que ver con la verdad, es sólo la que está en los expedientes.
Si el expediente probó un hecho, aunque sea descabellado y alejado de la verdad es verdad jurídica.
Pero la peor contaminación es la contaminación del corazón, la falsedad de la verdad en el interior del hombre, cuando se convence que la mentira es verdad y la sostiene y defiende con toda su pasión.
¿Somos capaces de sostener en nuestro corazón la verdad, aunque sea terrible, aunque nos perjudique o no esté de acuerdo con nuestro querer o nuestras convicciones?
Sabemos entender humildemente que una cosa es nuestra verdad, subjetiva, la que creemos que es, y otra muy distinta es la verdad real, objetiva, la que es en la vida.

Decía Aristóteles cuando le preguntaban porque criticaba la teoría de Platón, si decía que era su maestro y le había enseñado lo que sabía:
Soy amigo de Platón pero más amigo soy de la verdad

La verdad dejará de contaminarse cuando en nuestro interior aceptemos y nos comportemos de acuerdo a la verdad real y vivamos en consecuencia.


Elías D. Galati

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