Luis
Majul
La
que viene será, quizá, la peor semana en la vida de Cristina Fernández; su
hijo, Máximo Kirchner;
el
diputado nacional Julio de Vido, y de Lázaro Báez, el testaferro y socio de
Néstor Kirchner,
detenido
hace un mes.
La
ex presidenta recibirá una muy mala noticia, que se le sumará a la seguidilla
que incluye su procesamiento por la causa de la venta del dólar a futuro, la
reciente imputación por haber recibido coimas de Lázaro Báez y la anterior
imputación del fiscal Guillermo Marijuan por delitos no especificados en el
expediente denominado la ruta del dinero K.
¿Cuál
será esa muy mala noticia?
A
Cristina Fernández se le informará la rotunda negativa al pedido de su abogado,
Carlos Beraldi, de unificar la causa Hotesur con la de Los Sauces y así demorar
el trámite de ambas, con la intención transformar los expedientes en un
laberinto interminable.
A
la causa Hotesur la tramita ahora el juez Julián Ercolini, el mismo que metió
preso hace tres semanas al exsecretario de Transporte Ricardo Jaime.
La
había impulsado su colega Claudio Bonadio a partir de una denuncia de la
diputada nacional Margarita Stolbizer, presentada en 2014.
A
Bonadio se la arrancaron de las manos justo cuando él estaba a punto de abrir
las 400 cajas con documentación clave provenientes de 30 allanamientos para
probar el delito de lavado de dinero a través de la simulación del alquiler de
habitaciones del hotel Alto Calafate por parte de la empresa Valle Mitre, de
Lázaro Báez.
A partir de ese
momento Hotesur SA fue a parar al juzgado de Daniel Rafecas, quien la durmió
durante casi nueve meses.
Ahora
Ercolini tomó la posta y se dispuso a abrir las cajas, certificar su contenido
e iniciar un peritaje integral para chequear composición de sociedades, pagos
de facturas, designación de testaferros y confirmación del sistema de
simulación que permitió el lavado de dinero proveniente de los sobreprecios de
la obra pública y que sirvió para incrementar el patrimonio de la familia
Kirchner y del propio Báez.
No parece que
pueda haber marcha atrás.
Al
otro expediente caliente, el de Los Sauces, lo tramita Bonadio, junto con el
fiscal Carlos Rívolo.
Se
trata de una operatoria parecida a la de Hotesur.
La
única diferencia es que en este caso, tanto Báez como Cristóbal López habrían
abonado los retornos a través de una nueva pantalla:
El
pago por alquiler de inmuebles cuyos propietarios son Cristina Fernández y sus
hijos, Máximo y Florencia Kirchner.
"Si este
juzgado se aviniera siquiera a analizar el pedido de Beraldi de unificar las
causas, el expediente Los Sauces sufriría una demora mínima de tres meses y
afectaría, además, el ritmo procesal de Hotesur.
Está
claro que lo que quieren es embarrar la cancha y dilatar la investigación y eso
no lo vamos a permitir", me dijo una fuente muy cercana a Ercolini.
El
rechazo de Ercolini al pedido de Beraldi no solo evidencia la desesperación de
la ex presidenta.
También
revela la intención de Ercolini de encarar el expediente Hotesur con celeridad
y celo profesional.
La
mala noticia para Lázaro, en cambio, llegará detrás de una nueva decisión del
juez Sebastián Casanello.
Porque
durante la semana que se inicia el magistrado lo volverá a procesar por el
delito de lavado de dinero, en el hecho que tiene como eje el uso de la empresa
Helvetic para blanquear u$s 33 millones en negro, cuya investigación original
impulsó José María Campagnoli, a quien desplazaron por orden de Cristina y con la complicidad manifiesta de la actual
procuradora, Alejandra Gils Carbó.
Más
allá de la decisión de volver a procesar a Lázaro, a Daniel Pérez Gadín y a
Jorge Chueco, entre otros, el nuevo dictamen confirmará que Casanello, con las
pruebas en el expediente, no está dudando en hacer lo que se debe, por más
desconfianza que exista en el Gobierno sobre su independencia, el ritmo de su trabajo
y su presunta simpatía por La Cámpora y por Cristina.
La mala noticia
para De Vido, en cambio, saldrá del despacho de Ercolini.
El
magistrado lo procesará en los próximos días por su responsabilidad en la
compra de locomotoras provenientes de España y Portugal, a precio exorbitante y
con funcionamiento deficiente.
Por esa misma
causa Ercolini metió preso a Jaime.
El
testimonio del ex secretario de Transporte habría sido determinante para el
inminente procesamiento del exsecretario de Planificación.
Las
tres malas noticias que serán confirmadas esta semana y que involucran a
Cristina, Lázaro y De Vido preanuncian, además, un nuevo escenario político y
judicial que ya está siendo analizado por el mismo presidente de la Nación,
Mauricio Macri.
Macri no tiene
dudas.
Está
seguro de ser víctima de una extorsión política.
Una
extorsión que consiste en la amenaza de involucrar a su primo Angelo Calcaterra
y a su amigo Nicolás Caputo en el barro de la corrupción de la obra pública.
Es
decir: el intento de colocar a Caputo y
Calcaterra en la misma categoría de Báez.
Las
señales, según fuentes que hablan por boca del Presidente, son inequívocas.
Se
pueden leer en los mensajes personales que intentaron enviarle, al mismo jefe
de Estado, Báez y De Vido.
Se
pueden encontrar en los escritos presentados por Báez y De Vido en distintas
causas.
El
rey de la obra pública se lo escribió a Casanello.
Le
pidió que así como lo investiga a Austral Construcciones por denuncias de Leo
Fariña, investigue a Calcaterra por pedido de él mismo, ya que, según Lázaro,
fueron socios en varios proyectos. Incluidos las centrales Jorge Cepernic/
Néstor Kirchner.
Báez
ya lo reclamó en dos oportunidades.
Y
su insistencia parece sospechosa.
La
señal proveniente de De Vido se encuentra en el escrito presentado ante el juez
Ercolini.
Hace
referencia a la UTE que integró Calcaterra y que se iba a hacer cargo de la
polémica obra para la instalación del denominado Tren bala, un proyecto que
murió antes de empezar.
"Quieren
meter al primo de Mauricio de prepo en cualquier expediente.
Quieren
alimentar la sospecha de que su primo y Caputo son testaferros del Presidente.
Están tan
desesperados que hablan de proyectos que nunca se hicieron", interpretó un
integrante de la mesa judicial del Presidente.
Pero Macri,
según sus voceros, no piensa transar.
Ni
con Báez.
Ni
con De Vido.
Ni
con Cristina.
Ni
con Cristóbal López.
Es
más: todavía le sigue sorprendiendo la manera que eligieron todos ellos de
discutir el futuro.
"Tienen
serios problemas judiciales, y los quieren disfrazar de discusiones personales
o cuestiones políticas", se le oyó decir al Jefe de Estado.
Continúa
impresionado por el tono de la carta que le escribió López, el zar del juego, y
a quien la AFIP y la Justicia le reclaman que devuelva los más de $ 8 mil
millones de los que se apropió, a través de su empresa Oil, al dejar de pagar
el impuesto a los combustibles que debía girarle de inmediato al estado.
"En
la carta Cristóbal le preguntó si tenía un problema personal con él ¿entendés?
Confunden el
apropiarse de u$s 1200 millones con un problema personal.
¡Como
si un Presidente tuviera la potestad de perdonarle semejante deuda!", me
explicó uno de los asesores de Macri encargado de negociar con López, en nombre
del Estado.
Lo
mismo piensan de Báez.
"Lázaro
le envía mensajes a Mauricio.
Le pide
garantías
para declarar contra Cristina, De Vido y otros funcionarios.
Pero
buscan al interlocutor equivocado.
Deberían
hablar con el fiscal Marijuan, con el juez de la Causa o con los funcionarios
encargados de activar el sistema de Testigos Protegidos, como hizo antes
Fariña", me dijo alguien que está al tanto de tan inquietantes señales.
¿Podría el
Presidente ceder a lo que entiende como una extorsión?
"No
podríamos, aunque quisiéramos.
No
tenemos la capacidad operativa.
Tampoco
tenemos vocación de interferir en las decisiones de la justicia",
explicaron fuentes cercanas al Presidente.
Macri
se lo dejó en claro también a su primo Calcaterra, quien parece preocupado con
la nueva andanada, y teme que afecte su posibilidad de vender a buen precio la
constructora que en su momento le compró a Franco Macri.
Le
dijo que lamentaba los injustos ataques en su contra.
Pero
también le explicó que no iba a mover un dedo para proteger a nadie.
"Si
prometimos luchar contra la corrupción, si les dijimos que no somos lo mismo,
vamos a actuar diferente.
Y
no como lo hicieron ellos durante los últimos 12 años", le escucharon
decir a Macri, este fin de semana, mientras espera que baje la inflación, para
que su futuro no dependa, exclusivamente, del humor de los fiscales y los
jueces de Comodoro Py.
No hay comentarios:
Publicar un comentario