Alberto
Buela
El
grupo financiero Petroquímica SL integrado por la familia Sielecki (Anabel
Sielecki ~se pronuncia “sieleski”~ es la mujer del ex canciller Héctor
Timerman) y la familia Werthein acaba de comprar en 241 millones de dólares a
la firma Pampa Energía perteneciente a Marcelo Mindlin el 50% del paquete
accionario de CIESA, la compañía transportadora de gas del sur (TGS)
Por
esta noticia todos los argentinos sabemos quiénes son los que se aprovecharán
del aumento exorbitante del gas, que aplicó el gobierno este último mes y
quienes son los principales beneficiarios de todos los aumentos desmesurados de
gas que padecen hoy los hogares argentinos.
Son, entre
otros, estos tres grupos, los Sielecki, Werthein y Mindlin que están compuestos
por argentinos de origen judío, que son descaradamente, por propia declaración,
sionistas.
Esto
quiere decir que priman en ellos los intereses del Estado de Israel por sobre
el Estado argentino.
Así,
los miles de millones de dólares, que manejan y poseen, hacen aparecer los
nueve millones de López y los seis de Cristina como una cosa de niños, algo
baladí sin ninguna importancia.
Los
mass media nos atiborran hablando todo el día sobre esta noticia (también
nefasta), sobre esta operación de 241 millones de dólares no se habla
Es que al
corromperse hasta el tuétano la democracia, como gobierno del pueblo, el poder
político se ha vuelto dependiente del poder económico, y es entonces el poder
económico quien crea poder político.
Así
la función de este último consiste en convalidar los actos del poder económico.
Esta
circularidad del poder deja de lado al sujeto primordial de la democracia que
es el pueblo y sus necesidades.
Aquel
apotegma de Evita:
Allí
donde existe una necesidad hay un derecho, va a parar al traste.
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