Acusado
de pedir coimas, el jefe de la Aduana apuntó contra mafias y espías
Gómez
Centurión aseguró a PERFIL que las denuncias fueron financiadas por
contrabandistas y armadas por grupos de “marginales” que trabajaron para los
servicios de inteligencia.
Llego
y se fue.
Macri
ordenó desplazarlo el viernes después de que la ministra Bullrich radicara una
denuncia penal basada en grabaciones que llegaron de forma anónima.
Juan
José Gómez Centurión (58) acusó a la “mafia del contrabando, operada por ex
servicios de inteligencia” kirchneristas, de estar detrás de la denuncia en su
contra por la que el presidente Mauricio Macri decidió separarlo del cargo de
director de la Aduana y elevar las pruebas a la Justicia federal.
Centurión
sostuvo en diálogo con PERFIL que desactivó
negocios de cuatro grupos, supuestamente vinculados al contrabando y a
los depósitos fiscales, y los señaló como los interesados en que dejara su
cargo en el gobierno nacional.
Aunque
no involucró de manera directa al ex jefe de la AFIP Ricardo Echegaray,
advirtió que estas mafias “operaron bajo
la vista de estos funcionarios”.
“Esto
es un fusilamiento mediático”, afirmó el ahora ex funcionario en conversación
con este diario.
Y
aclaró que mañana se pondrá a disposición de la Justicia para que lo investiguen.
Gómez
Centurión dialogó el viernes a la noche con el Presidente.
Le
dijo que era inocente.
Macri
le contestó que decidió separarlo porque “era lo mejor” y que si probaba su
inocencia, lo restituiría en el cargo.
La
denuncia central contra Gómez Centurión –hay otra– llegó a través de un anónimo
entregado al Ministerio de Seguridad que conduce Patricia Bullrich.
En
cuatro carillas describe una supuesta maniobra para contrabandear 2 mil
containers a un precio de 260 millones de dólares, con la participación de
funcionarios de la Aduana, una jueza y de un personaje externo que sería clave
en la maniobra.
También
hay escuchas que lo involucrarían a Centurión que fueron aportadas por la
Agencia Federal de Inteligencia.
La
otra denuncia fue presentada por el abogado Maximiliano Rusconi y recayó en el
juzgado de Marcelo Martínez de Giorgi.
Rusconi defiende
a los hermanos Paolantonio, acusados de contrabando por Gómez Centurión.
Según
el primer escrito, que está en el juzgado de Ariel Lijo, bajo la protección de
Centurión, Oldemar Carlos Barreiro, un ex empresario conocido como Cuki, habría
orquestado el contrabando.
La
jueza Rita Ailan habría firmado las autorizaciones para la importación (en
diálogo con PERFIL lo negó) y Centurión, a cambio de hacer la vista gorda, se
habría quedado con 5 mil dólares por container.
En diálogo con
PERFIL, Centurión rechazó la acusación.
—La
estructura de la denuncia es insólita –respondió–, se sustenta en personas a
las que ni siquiera conozco, con una modalidad delictiva que es insólita.
Tiene
que ver con muchos segmentos a los que vine afectando en los seis meses que
llevo en la Aduana.
—¿Qué segmentos?
—El
primero es un sector semimafioso de algunos depósitos fiscales a los que les
revoqué la habilitación en febrero, que tenían vía libre para el contrabando,
el tráfico de droga y la efedrina. Vinculado a la política, el fútbol y los
servicios de inteligencia. El otro sector es el del Puerto de Buenos Aires, y
eso involucra a muchas empresas navieras importantes, a despachantes de aduana
y a muchísimos importadores, y lo denunciamos ante la Justicia. El otro gran
segmento es el de Ezeiza. Hasta Pérez Corradi dice que la efedrina pasaba por
Ezeiza. Y un cuarto de la Aduana, con los 14.400 millones de dólares de
diferencia que había por las Dejai (Declaraciones de Importación) que yo
denuncié.
—¿Quiénes
concretamente están detrás de la denuncia?
—Hace
un mes me dijeron que un grupo importante de esa mafia había juntado plata para
contratar marginales de la inteligencia que proliferó en los últimos doce años
para armarme una operación. No lo creía. Ahora lo creo.
—¿Usted conocía
a Cuki?
—Sí,
lo conocía. Es un ex empresario que me acercaba denuncias sobre operaciones en
la Aduana.
—A los demás
denunciados, ¿los conoce?
—A
algunos sí, porque son funcionarios de la Aduana, pero a otros no. Mencionan a
un cuñado de De Vido que ni siquiera conozco.
—¿Siente que en
el Gobierno le soltaron la mano?
—No.
Siento que el Presidente recibió una denuncia de alto impacto y decidió que eso
era lo mejor.
Pero
esto es muy doloroso para mí porque es una injuria…
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