Después
de haber echado a los Montoneros de la Plaza y antes de encontrarse con su
viejo amigo Alfredo Stroessner, Perón se reunió para coordinar acciones con el
mismísimo Augusto Pinochet.
La
presencia del dictador chileno en tierra argentina levantó repudios en las
propias filas del peronismo.
Irritado
por ellas, y muy especialmente por una declaración que firmaban los concejales
porteños, el General los paró en seco: "Yo tengo dos funciones, las
relaciones exteriores y la defensa nacional”,
mientras
que ustedes, en el Concejo Deliberante, tienen tres:
“Alumbrado, Barrido y Limpieza".
Jorge
F. Díaz.
…
… …
El
día que se juntaron Pinochet y Perón
Por:
Facundo Aguirre
Una
leyenda de la izquierda peronista dice que, según Taiana padre, Ministro del
General y padre del actual candidato a legislador K, Perón lloró el día que
derrocaron a Salvador Allende porque el cambio dramático de la escena política
del Cono Sur hacia derrumbar todos sus planes de negociación con el
imperialismo.
Sea
verídica o no, la anécdota muestra un rasgo característico de la izquierda
peronista que es el de cubrir o justificar a Perón en sus actos.
Algo
que repite el kirchnerismo –que se dice heredero de la “jotapé”- cuando se trata
de justificar cualquier alianza reaccionaria de su gobierno.
Lo
cierto es que en mayo de 1974 en la Base Aérea de Morón, el presidente Perón se
reunió con el dictador chileno dando su apoyo así a la dictadura pro yanqui y
genocida que había aplastado a sangre y fuego el proceso revolucionario que
obreros y campesinos protagonizaban en Chile.
Más
tarde, en 1975, el dictador recibirá del gobierno peronista de Isabel la
condecoración de la Gran Cruz de la Orden de Mayo al Mérito Militar (el único
“merito” militar que tiene Pinochet y las FFAA chilenas es el de haber
asesinado a su propio pueblo).
En
nuestro país bajo el auspicio de Perón y la batuta de su Ministro de Bienestar
Social, José López Rega, actuaban impunemente las Tres A como brazo paramilitar
de la represión contra la extendida vanguardia obrera y popular que existía en
la Argentina pos Cordobazo.
El
fallecido Eduardo Luis Duhalde sostuvo que el encuentro de Pinochet y Perón,
lejos de ser protocolar, fue uno de los antecedentes que puso en marcha el Plan
Cóndor, mediante el cual los regímenes del Cono Sur coordinaban sus acciones en
la represión a los movimientos obreros y populares.
Como
antecedente del Plan Cóndor, el 30 de septiembre de 1974, es asesinado el ex
jefe del ejército bajo el gobierno de la Unidad Popular, el General Carlos Prats, exiliado en Argentina luego del golpe
pinochetista junto a su mujer, por una bomba colocada en su auto por agentes de
la DINA chilena y que contó con colaboración de la CIA, la Triple A y las
fuerzas represivas de nuestro país.
Como
corolario, queda destacar la contratapa de Página/12 (8/9) de José Pablo
Feinmann donde olvida el papel de Perón en la legitimación de Pinochet y carga
las tintas del golpismo sobre la errada política guerrillerista del MIR y su
denuncia de Allende como “un burgués conciliador”.
Pero
fue precisamente por ese carácter conciliador que Allende se opuso a la auto organización
y al armamento obrero y popular para enfrentar las intentonas fascistas,
entronando a Pinochet en su Gabinete con la ilusión de frenar así el golpe.
Lamentable
conclusión de los intelectuales K que añoran a la vieja “jotapé” y le critican
sus excesos por haber ido demasiado lejos contra Perón.
La
derrota de la revolución chilena llevó a que las tendencias más reaccionarias
de la región intentaran forzar la marcha de la contrarrevolución.
Perón
fue parte de este giro.
Y
la Juventud Peronista nunca lo denunció claramente para no romper con el
General y continuar pregonando que la liberación nacional vendría de mano de la
unidad policlasista bajo el manto del peronismo con los socios del fascismo
chileno.
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