Enrique
Guillermo Avogadro
“Hay una fuerza motriz más poderosa que el
vapor, la electricidad y la energía atómica: La
voluntad”. Albert Einstein
Obviamente,
el título de esta nota se refiere, primero, al fallo de la Corte Suprema que el
miércoles resolvió que correspondía aplicar el “2x1” (cada día de prisión
preventiva se computa doble) a un procesado por delitos de lesa humanidad.
Los
ministros del máximo Tribunal Carlos Rosenkrantz, Elena Highton de Nolasco y
Horacio Rosatti conformaron la mayoría que simplemente aplicó la ley, mientras
Ricardo Lorenzetti y Juan Carlos Maqueda se opusieron.
¡Una
para el lado de la Justicia!
No
habían pasado cinco minutos desde que el fallo fuera públicamente conocido
cuando comenzó el coro habitual de los ex organismos de derechos humanos (ya confesadamente movimientos políticos
kirchneristas) a repudiarla.
Que
la Vicepresidente, Graciela Michetti, y el Ministro de Justicia, Germán
Garavano, se sumaran a los críticos de la sentencia, y en términos de compleja
gravedad frente a la tan declamada separación de poderes resultó, al menos,
raro.
Lo
más notable fue la reacción de quienes apoyaron, siempre y sin reparos, las teorías penales garantistas de
Eugenio Zaffaroni, que hicieron escuela y permitieron liberar a acusados de los
más aberrantes delitos, que ahora se
rasguen las vestiduras simplemente porque se pretende terminar con una
arbitraria discriminación.
Aquí
nadie parece comprender que, aunque se trate eventualmente de culpables, no se
combate a los caníbales comiéndoselos.
El voto de
Lorenzetti confirmó su postura de años, durante los cuales sostuvo que la
persecución a los militares que derrotaron a la subversión terrorista (armada y
financiada por Cuba, Argelia, Libia, Vietnam y Rusia) era una política de Estado, consensuada por los tres poderes, por
lo cual ese vengativo acoso estaba legitimado y resultaba funcional al poder de
turno.
Nunca
se le ocurrió juzgar conforme a derecho y con total independencia.
¿Está
abriendo el paraguas –como hizo el propio Néstor, cuando dijo con
cinismo “la zurda te da fueros”- frente a las concretadas denuncias de Lilita
Carrió o ante lo que surge de su biografía, escrita por Natalia Aguiar, que se
ha transformado en un best seller?
Recordemos
que, para lograr ese fin, buscado por el kirchnerismo para conquistar a la intencionada izquierda
vernácula e internacional -el actual
viaje a Europa de Cristina es una prueba de su éxito-,
se
violaron todas las leyes vigentes (legalidad, juez natural, irretroactividad,
máximo de prisión preventiva, detención domiciliaria a los mayores de 70 años)
en juicios fraguados mientras la sociedad entera, con su habitual actitud
hipócrita y cobarde, olvidaba a los militares presos y amnistiaba a los
asesinos, les pagaba sin control alguno pingües indemnizaciones y los
enquistaba en el aparato estatal.
Lamentablemente,
esa buena noticia, que hace regresar a
la Argentina al imperio del derecho y de la igualdad ante la ley, fue
empañada por un nuevo manotazo de venganza:
Un
Juez de Mar del Plata, Santiago Inchausti, armó una causa por presuntos delitos
de lesa humanidad y ordenó la captura de cuatro militares, entre ellos el Tte. Cnel. Emilio Nani, héroe de Malvinas y tal vez
el más condecorado de la gesta por su valor en combate, que fue gravemente
herido y perdió un ojo en la recuperación de los cuarteles del Regimiento N° 3
“Gral. Belgrano”, en La Tablada.
Esa
acción guerrillera, que protagonizó el MTP (continuador del ERP), conducido por
Enrique Gorriarán Merlo, se desarrolló en enero de 1989, en la presidencia de
Raúl Alfonsín, un gobierno obviamente democrático y. amén de multitud de
heridos, costó la vida a muchos militares y policías.
Nani
actuó hoy como hubieran debido hacerlo siempre los jefes de todas las armas
cuando esta infamia persecución comenzó…
Es
decir, cuando Néstor Kirchner, arropado
en las banderas revolucionarias que siempre había repudiado, obtuvo del
genuflexo Congreso la derogación de las leyes de obediencia debida y punto
final que, sabiamente, la democracia había sancionado como camino hacia la
pacificación.
O
sea, haciendo honor a la jerarquía, indispensable en cualquier fuerza armada, y
al ver que habían detenido a oficiales más jóvenes que él por la misma causa, viajó a Mar del Plata, se puso a
disposición del Juez y fue enviado a la cárcel.
¡Así
paga esta miserable y decadente Argentina a sus mejores hombres!
En
el otro extremo de Sudamérica, mientras tanto, Nicolás Maduro sigue poniéndose de sombrero a todo su país,
sumido en el caos, el hambre, la violencia, la falta de salud, la inflación
espantosa.
El
estruendoso silencio de nuestros presuntos defensores de los derechos humanos
frente a la salvaje represión, que ya contabiliza cuarenta muertos, decenas de
opositores presos y la destrucción de la prensa libre, desnuda su inmunda
hipocresía.
El
nuevo engendro jurídico pergeñado por el tirano para conservar el poder
omnímodo que aún ostenta fue la convocatoria a una original Asamblea
constituyente para modificar la carta magna que su padrino, Hugo Chávez Frías,
había impuesto a fines del siglo pasado.
Pretende
constituirla, al menos por la mitad, con partidarios elegidos a dedo.
Pero
todo eso no bastará, como lo demuestra cada día en la calle la movilizada
sociedad, para compensar su descrédito, por muchas armas y activistas que le
suministren los gerontes cubanos.
Es
que, si el chavismo cayera, la isla
verá cortarse el último cordón umbilical que le permite respirar, aunque sea
miserablemente.
No
hay dictadura en el mundo que haya podido sostenerse exclusivamente basada en
las bayonetas, cuando sólo el 10% de la población la apoyaba.
Pero
sería muy importante, casi decisivo, que los Estados Unidos resolvieran, más
allá de la correcta declamación política, interrumpir sus compras de petróleo
venezolano, que hoy representan el 75% de las exportaciones del país.
Si
Maduro ni siquiera está dispuesto a permitir la instalación de un corredor
humanitario –es más, ha confiscado
las escasas medicinas que llegaron a su través- para ayudar a sus
connacionales simplemente a sobrevivir,
¿por
qué seguir alimentando su régimen, además vinculado al terrorismo colombiano y
al narcotráfico, con esenciales divisas?
En
el escenario latinoamericano, casi barrido de él, el populismo que tanta
miseria costó a sus pueblos, Argentina ha recuperado su prestigio y está
dispuesta a asumir el liderazgo que Brasil dejara vacante por la enormidad de
sus problemas internos.
En
este momento, la acompañan todos los países de la región –con la obvia
exclusión de Uruguay, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, que aún no han conseguido
desprenderse de esa lacra, y varias naciones caribeñas, deudoras del chavismo,
que intentó exportar el “socialismo del siglo XXI” mediante enormes exportaciones
de petróleo a precios subsidiados- y la presión de sus vecinos regionales sobre
Nicolás Maduro se está acentuando.
El
gobierno bolivariano, ha quedado
demostrado, prefiere la muerte de sus conciudadanos a ceder en sus pretensiones
pseudo socialistas y en su capacidad depredatoria.
Se
ha conformado así un verdadero infierno, en el cual Venezuela muere cada día,
mientras los chavistas rojo-rojillos bailan sobre un volcán en ebullición.
Cómo
concluirá esta monumental crisis, que tanto lastima la sensible y dolorida piel
del continente, es la gran incógnita.
Bs.As.,
6 May 17
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