"Los
pueblos a quienes no se hace justicia, se la toman por sí mismos más tarde o
más pronto".
Voltaire
Más
allá de insistir en mi ruego de difusión de la convocatoria del #3A en
Tribunales, las novedades ameritan algunas especulaciones, sobre todo en la Argentina.
Me
refiero, concretamente, a la detención del histórico contador de los Kirchner,
Víctor Manzanares, al llamado a indagatoria de Carlos Sancho, socio y
testaferro del máximo hijo de la dinastía, al pedido de similar medida para
Alejandra ¡Giles! Carbó, nuestra egregia Procuradora General, y a la batalla
por el retiro del paraguas de los fueros parlamentarios a Julio de Vido, el mayor operador de la corrupción desde
los lejanos días del primer período de Néstor como Gobernador de la Provincia
de Santa Cruz.
En
los dos primeros casos, y como ya sucediera con Lázaro Báez, el gran presta nombre
que cometió la incalificable torpeza de involucrar a sus hijos en el delito,
las esperanzas de la sociedad están puestas en las confesiones que la privación
de la libertad podría inspirar en estos insignes dibujantes de números
brumosos.
Porque
es claro que, si se deciden a hablar y reconocer que actuaron por instrucciones
directas de la organizadora y jefa de la asociación ilícita, la autocalificada
perseguida política pasará a integrar la lista de importantes presos de la
región.
La ex Presidente
debería ya estar en prisión preventiva ya que está suficientemente probado que
sus dependientes han adulterado las pruebas (hasta los libros sociales de las
empresas que le pertenecen) y entorpecido la investigación.
Hasta
hoy, el Gobierno no la quería entre rejas, ya que la prefería como sparring en
las elecciones, en una elucubración que califiqué oportunamente como bastarda…
Pero
es probable que el Juez Claudio Bonadío altere el panorama ordenando su
detención antes de octubre.
El
caso del ex Ministro de Planificación del saqueo servirá para quitar el disfraz
a todos aquellos que decidan desoír el clamor social y ratificarlos como
convertirlos en cómplices de la corrupción que asoló el país durante la
extendida década robada.
Si
fracasara la expulsión de este delincuente de la Cámara de Diputados, que se
discutirá el miércoles, las redes sociales serán el lugar en que sus
encubridores encontrarán sus nombres y sus fotografías de frente y perfil.
Me
parece que esto debería servir como un llamado a la reflexión para los
kirchneristas y sus compañeros de ruta, muchos de los cuales deberán someterse
pronto al voto popular.
Esta
semana, la última de la feria judicial, estará de turno la Sala I de la Cámara
de Apelaciones en lo Criminal Federal, integrada al efecto por el cuestionado
Eduardo Freiler, a quien pronto veremos destituido y -tengo la esperanza- preso
por ladrón, y Jorge Ballestero, protector de los pingüinos durante muchísimo
tiempo pero que, recientemente, ha virado en sus posiciones por los vientos de
cambio que percibe.
Las
recientes decisiones de Bonadío que afectan a Cristina y su círculo íntimo
serán revisadas por ambos y, si decidieran modificarlas, deberían ser
conscientes de estar acercando peligrosamente mechas encendidas a la
santabárbara que podría estallar en Comodoro Py.
La
semana pasada, cuando los enumeré los grandes reos regionales, cometí el error
de omitir a algunos de ellos; en Perú, por ejemplo, mencioné sólo a los ex
presidentes a Alan García (prófugo) y a Ollanta Humala, y olvidé a Alberto
Fujimori, que comparte la cárcel con el anterior.
En
América Central, varios países han visto a sus mandatarios presos y, en algunos
casos, ante la inminencia de su detención, algunos optaron por huir al
exterior.
¿Será
también el caso de Rafael Correa y su auto exilio en Bélgica?
Lo
notable fue que el viernes, en Mendoza, en una suerte de
"contra-cumbre" frente al infructuoso encuentro de los presidentes
del Mercosur, que no lograron consensuar la expulsión de Venezuela, los
maléficos vientos populistas volvieron a amontonar a los apologistas de los
desalojados del poder y de quienes están en vías de serlo.
Así,
en la misma bolsa reinvindicatoria metieron a Luis Inácio Lula da Silva, a
Cristina Elizabet Fernández, a Fernando Lugo, a Milagro Sala y, el colmo, al
tirano "más burro", presuntas víctimas de conspiraciones imperiales;
sólo les faltó agregar a Raúl Castro y a Jorge "Saladito" Castillo
para condimentar el nauseabundo resultado.
El
pegamento para tanto dislate, presumo, debió ser la ideologizada visión que
tienen sus adherentes sobre la situación que viven la ensangrentada nación
venezolana, que está protagonizando una de las mayores emigraciones de la
historia continental por imperio de la violencia, la salvaje represión y la
hambruna, y la Provincia de Santa Cruz,
el feudo de los Kirchner desde hace más de un cuarto de siglo, hoy en manos
de la fotocopia de pelo largo, que se incendia diariamente pese al frío austral
reinante. Volví a preguntarme, como lo hice tantas veces durante los 70's, por
qué todos estos fanáticos, que consideran a la democracia como una maldita
enfermedad burguesa, no se mudan a esos idealizados paraísos.
El
criminal régimen de Maduro, amén de la condena casi universal, está provocando una discusión a nivel
mundial, ya que su precaria subsistencia depende, en gran medida, de las compras norteamericanas de petróleo.
El
quid de la cuestión es que, si se interrumpieran, no sólo producirían la
inmediata victimización de los terroristas y narcotraficantes que gobiernan
desde Caracas, buscando la solidaridad latinoamericana, sino que profundizarían
la crisis humanitaria en la que se ve inmersa la población, que carece ya de
alimentos y remedios.
No
puedo cerrar esta nota sin hacer referencia a la detención, por orden del
Tribunal Federal que lleva la causa llamada "Bahía Blanca", del señor
Capitán de Corbeta Ricardo Molina, que ya tiene 87 años de edad.
Si
a ello le sumamos la actitud del canalla Juez Federal de La Plata, Ernesto
Kreplak, fanático kirchnerista, frente a la detención domiciliaria del Dr. Jaime
Smart dispuesta por la Cámara de Casación, inventándole nuevos procesos para
mantenerlo en la cárcel a 82, tendremos nuevos motivos para concurrir a la
concentración del #3A en Plaza Lavalle.
¿Hasta
cuándo seguiremos soportando que estos verdaderos asesinos togados -han
muerto más de cuatrocientos ancianos en cautiverio- sigan haciendo de las
suyas?
Me
pareció adecuado "robar" el título del libro de Beatriz Guido para
encabezarla, porque tal vez estemos en las vísperas de un fuego purificador que
nos permita recuperar una Justicia seria, independiente y veloz, esencial para
volver a ser una República.
Bs.As.,
22 Jul 17
Enrique
Guillermo Avogadro
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