George Chaya
La
cadena de TV libanesa Al-Manar, órgano oficial del grupo terrorista islámico, y
el diario árabe As Shark al-Awsat mencionan a la controvertida figura
sospechada de vínculos con el narcotráfico y el extremismo musulmán como un
nuevo líder para la supervivencia del régimen.
Tal
vez "el estado de duda" podría ser el término que describe con mayor
precisión la situación actual en Venezuela.
Ese
país, uno de los más ricos del mundo debido a sus reservas de petróleo, sufre
una gran crisis económica y política cuyo resultado final es difícil de
predecir.
El
régimen chavista, sostenido de un hilo por Nicolás Maduro, enfrenta una de las
peores crisis económicas y sociales de la historia moderna de Latinoamérica.
La
figura del presidente Maduro está en franca caída.
El diario árabe
As Shark al-Awsat ha informado recientemente que fuentes de la comunidad árabe
cercanas al gobierno venezolano confirmaron que desde dentro del chavismo se
evalúa un cambio de rostro del régimen que podría depositar en la presidencia a
Tareck El-Aissami.
Sectores
afines a El-Aissami en Venezuela y Siria han colaborado en la elaboración de un
informe dado a conocer por el canal de televisión Al-Manar (órgano oficial de
prensa de Hezbollah) en Líbano que impulsaría a Tareck El-Aissami a la primera
magistratura venezolana.
Según
el informe, muchos ven al descendiente sirio como el sucesor potencial de
Maduro, describiéndolo como el
"hombre fuerte en las sombras y gran amigo de la resistencia libanesa y el
régimen sirio de Bashar al-Assad".
Nicolás
Maduro se enfrenta a protestas diarias contra su gobierno por parte de la
oposición, principalmente por grupos de estudiantes, pero también por
ciudadanos de todas las edades, quienes piden su salida y elecciones libres
dentro del país.
Sin
embargo, el líder ha buscado escapar de sus problemas actuales con la
formación, días pasados, de una Asamblea Constituyente que tendrá poder
absoluto.
Muchos
observadores creen que las opciones para el cambio en Venezuela se encuentran a
través de un proceso de negociación real que conduzca a un terreno intermedio
entre el gobierno y la oposición.
Esto
podría significar un gobierno de transición que incluya recambios en el
gabinete y el sistema de gobierno.
"Las
fuerzas armadas son un componente central en cualquier posible cambio en el
país", señaló
el diario saudita, que informa del predicamento de El-Aissami en ese ámbito
dado que oficiales chavistas que lideraron junto al comandante la revuelta
socialista de 1999 ocupan cargos gubernamentales muy cercanos a El-Aissami.
También para el
canal de televisión de Hezbollah en Beirut, el vicepresidente y ministro del
Interior Tarek El-Aissami es uno de los "soldados no militares de la
escuela de Chávez que puede reemplazar a Maduro".
Como
comandante del Consejo de Defensa y Seguridad de Venezuela, El-Aissami es
responsable de la defensa nacional y la estrategia de mantener la seguridad
interior ante las protestas y los disturbios.
De hecho, es el
segundo hombre en la pirámide del poder del país.
A
pesar de esto, analistas e investigadores de EE.UU. y Colombia ratificaron sus
acusaciones sobre El-Aissami a quien involucran directamente en lavado de
dinero proveniente del narcotráfico, corrupción y apoyo al terrorismo islámico
en el continente latinoamericano y el Caribe.
El
hombre impulsado por Hezbollah para ocupar la presidencia de Venezuela, Tareck
Zeidan El-Aissami, nació el 12 de noviembre de 1974 en El Vigía, Mérida, al
oeste de Venezuela.
Es
hijo de una familia de inmigrantes drusos sirios.
Su
padre, Zeidan Amín El-Aissami contrajo enlace con su madre venezolana
proveniente de una familia libanesa de apellido Maddah originaria de la zona de
Hasbayah.
Tareck
creció junto a cinco hermanos, está casado y tiene dos hijos.
Es
familiar directo de Shibli El-Aissami, quien fuera secretario general del
Partido Baath iraquí en la era de Saddam Hussein.
Durante su
juventud, El-Aissami juró lealtad como miembro del partido socialista árabe
Baath en Venezuela.
Su
primera acción en lo político fue el apoyo a Chávez durante su fracasado golpe
de Estado en febrero de 1992.
Tareck
El Aissami asistió a la Universidad de los Andes (ULA) en Mérida donde estudió
derecho, siendo estudiante, conoció a Adán Chávez, ex ministro de educación
(2007-2008) y hermano mayor del futuro presidente Hugo Chávez.
Influenciado por
Chávez, pronto se acercó a él y se convirtió en activo conductor de grupos
estudiantiles izquierdistas inspirados en movimientos revolucionarios
castristas y sandinistas.
Luego
fue elegido jefe de la mayor agrupación estudiantil de la universidad.
Durante
sus estudios de post-grado, Aissami, apoyo el Movimiento por la Quinta
República de Chávez.
Después
de su graduación paso a cumplir posiciones dentro del gobierno chavista.
Así,
inició un rápido ascenso político y tras el éxito de la "revuelta" de
Chávez en 1999, fue elegido para el parlamento en 2005, y nombrado viceministro
de Interior y seguridad ciudadana en 2007.
Sin
embargo, su gran salto político tuvo lugar en 2008, cuando Chávez lo nombró
ministro del Interior y Defensa.
Después
de la muerte de Chávez y el ascenso de Maduro al poder en 2013, Aissami siguió siendo una figura clave y
fue designado vicepresidente en enero de 2017.
Para EE.UU,
El-Aissami es (de facto) el verdadero hombre fuerte y jefe de la seguridad
nacional a través de su comando del consejo de defensa y seguridad.
Hay
cientos de acusaciones contra él por parte de organismos de inteligencia
occidental, círculos políticos y económicos lo señalan como estrecho aliado en
América Latina del grupo terrorista libanés Hezbollah.
El Director del
Centro para una Sociedad Libre y Segura, el experto en seguridad y terrorismo
Joseph Humire, acusó a El-Aissami y a la primera dama Cilia Flores de dirigir
una importante organización criminal en el gobierno venezolano.
Su
nombramiento como vicepresidente fue considerado "muy polémico" en
esferas locales e internacionales debido a sus conexiones con el narcotráfico y
el terrorismo, dijo Humire.
El
papel de El-Aissami en el tráfico de drogas alcanzo su mayor escándalo en 2010
con la detención de Walid Maklad, un importante traficante de drogas y armas
venezolano de origen sirio ligado al terrorismo islámico que fue detenido en
Colombia.
Al momento de su
detención, Maklad alegó que trabajaba para El-Aissami en el gobierno venezolano
y que su jefe también tenía vínculos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC), el crimen organizado y las operaciones de contrabando de drogas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario