"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

miércoles, 6 de junio de 2018

No te olvides Argentina (Parte 6 bis)


Resumen de las operaciones de 1975 en Tucumán y resto del país contra el ERP y fracciones de MONTONEROS:
Se produjeron unos 37 combates menores en el monte, típicos de las acciones de guerrilla; cayeron muertos 160 terroristas y se capturaron del orden de 60 campamentos menores y depósitos. Las fuerzas legales de las FFAA y de Seguridad ofrendaron 53 vidas en la defensa de la República.
A medida que la guerrilla pedía la iniciativa en el monte, sus efectivos comenzaron a refugiarse masivamente en la capital tucumana, iniciándose así acciones de lucha urbana.
Tal decisión fue un fatal error, en esa ciudad de tamaño mediano eran fácilmente identificados hasta por los mismos vecinos, ya que la mayoría provenían de las clases media y alta universitarias de Buenos Aires. Continuaron cayendo aceleradamente en sus citas de funcionamiento clandestino y en sus refugios en los barrios; su aspecto y la tonada al hablar los delataban fácilmente.

El ERP, mucho menos numeroso de lo que hasta entonces se creía, comienza a evidenciar primeros signos de debilitamiento.
Por el contrario MONTONEROS, OCPO y PCML, dedicados básicamente al terrorismo urbano, siguen creciendo exponencialmente; se nutren de sectores estudiantiles de clases medias, absolutamente frustrados ante el patético fracaso del gobierno de Isabel Martínez y de la dirigencia política en general, esa frustración es la base que fertiliza su captación para la lucha cada vez más salvaje.
Además de los principales atentados hasta aquí reseñados, a lo largo del año 1975 se sucedían en la Argentina todos los días una serie de simultaneas pequeñas acciones de guerra revolucionaria:
Transmisiones radiales y de TV clandestinas, colocación de explosivos menores, chequeo de domicilios y rutinas de personas potencialmente blancos de secuestros / asesinatos (militares, empresarios, dirigentes sindicales peronistas, periodistas, docentes, etc.), copamientos menores no registrados en las estadísticas,
asaltos bancarios y a comercios, miles de comerciantes amenazados que pagaban sin chistar el denominado "impuesto revolucionario",
operaciones relámpago de panfleteo con explosivos menores para propaganda, tareas de adoctrinamiento y captación en barrios,
villas y particularmente colegios secundarios (con organismos sellos de goma de fachada tales como la nueva prefabricada UES de MONTONEROS) y las Juventudes Guevaristas del ERP, los cuales comenzaban a captar alumnos de 4 y 5 año para las filas terroristas).

A todo ello se sumaban las diarias citas callejeras clandestinas de control o trabajo específico, en todo el país, de miles de terroristas (40.000 en MONTONEROS solamente) agrupados en células de aproximadamente cinco personas; cada día el Jefe de cada una se encontraba con sus cuatro subordinados y cada uno de ellos con otros cuatro, hacia abajo en la cadena organizativa clandestina.

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