Nuestros
frutos, nuestro follaje es colorido, distinto en cada estación, pero fue
nutrido con la misma dedicación, de esas personas que con su amor y cuidados
nos ayudaron a florecer!!!
A
caernos, marchitarnos y volver a renacer...
Y
de repente volvimos a dar frutos, en ramitas nuevas, llenas de ilusiones ,
dispuestas a dar sus frutos...
También
a crecer...
¡Esos
hijos que hoy son un reflejo de lo fuerte y segura que es esa raíz!
Solo
le pido a Dios que todos sepamos cuidar este árbol con la misma dedicación y
amor,
que
sepamos elegir nuestros "abonos" para que viva millones de años así
de fuerte, así de unido, inquebrantable, a veces más frondoso y a veces
deshojado, pero siempre arraigado seguro de su amor!
¡Amo
nuestro árbol a pesar de tantos vientos y tantos soles...!
¡¡¡Sigamos
erguidos con él!!!
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