No
te deseo un año maravilloso donde todo sea bueno.
Ese
es un pensamiento mágico, infantil, utópico.
Te
deseo que te animes a mirarte, y que te ames como eres.
Que
tengas el suficiente amor propio para pelear muchas batallas,
y
la humildad para saber que hay batallas imposibles de ganar por las que no vale
la pena luchar.
Te
deseo que puedas aceptar que hay realidades que son inmodificables,
y
que hay otras, que si te mueves del lugar de la queja, puedes cambiar.
Que
no te permitas los “no puedo” y que reconozcas los “no quiero”.
Te
deseo que escuches tu verdad, y que la digas, con plena conciencia de que es
sólo tu verdad, no la del otro.
Que te expongas
a lo que temes, porque es la única
manera de vencer el miedo.
Que
aprendas a tolerar las “manchas negras” del otro, porque tú también tienes las
tuyas, y eso anula la posibilidad de reclamo.
Que
no te condenes por equivocarte; no eres todopoderoso.
Que
crezcas, hasta donde y cuando quieras.
No
te deseo que el 2019 te traiga felicidad.
Te
deseo que logres ser feliz, sea cual sea la realidad que te toque vivir…
(desconozco
el autor)
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