6
de Enero 2019
Mis
queridos lectores:
He
decidido que mi cuerpo descanse…
Necesita
unas vacaciones…
Durante
todo el año 2018 mí actividad espiritual a través de un sinnúmero de
desdoblamientos o bilocaciones ha sido sometido a un maravilloso vuelo de
pájaro y sueño que me ha proyectado a través de todo el universo.
Fundido
a un deslumbrante cordón de plata tejido con hilo de oro he tenido la gracia de
haber conocido lugares y personas inalcanzables como la mejor aventura de
ciencia ficción.
Honrado
por la mano de “Dios” me ha enaltecido místicamente a través de un
desdoblamiento inquebrantable.
Pude
desde el más allá del firmamento visitar los astros y tocar las estrellas.
Los
planetas y las constelaciones fueron mi hogar de transito acariciando
invariablemente a mi amiga luna mi gran amor...
Presencié
el heroísmo en las batallas y a los grandes personajes de la historia…
Los
maestros de la ciencia, el arte y la escritura de todos los tiempos me
enseñaron sus intimidades…
Las
bibliotecas y los documentos esparcidos por el mundo se tornaron accesibles
como también la historia gráfica de gran parte de la humanidad sin corte ni
correcciones…
La
leyenda de los grandes hombres y los misterios me fueron enseñados en gran parte.
En
mi vuelo pude desplazarme sin limitación de espacio y tiempo como en una
dimensión desconocida.
Podría
seguir contando mi experiencia inagotable pero mi cuerpo físico me atrae
nuevamente en busca de un descanso reparador…
A
mis lectores un “Adiós” transitorio ya que mi vuelo espiritual no tiene descanso
como tampoco mi proyección astral que se ha convertido en el mayor de mis
sueños en donde jamás llegaría ni el más avezado de los viajeros…
Es
que las vacaciones debe ser un tiempo sagrado aún para un pájaro volador es su
bilocación permanente…
Lo que se busca
no es sólo descanso, sino libertad y claridad interior.
Se
precisa en muchos casos del respiro, el sosiego y la tranquilidad…
Del
bálsamo del desahogo, el paliativo de la lectura o la sencillez de contemplar
el paisaje y el cielo estrellado es donde el corazón se ensancha, respirando
con libertad en una tregua infalible…
El
arte del descanso es una parte del arte de trabajar.
El
ser humano necesita de este permiso, de este regalo para encontrarse con su
“yo” interior.
Los
primeros Monjes llamaban “Asedia” a ese estado de desasosiego…
A
gozar por el mero hecho de ser libre, de no tener que dar fruto, y limitarse a
disfrutar del instante como un tiempo purificador…
En
el Silencio de la soledad podemos deshacernos de una maraña de ideas confusas…
Es
posible, percibir nuevamente la claridad qué es verdaderamente lo importante y
que es lo que en el fondo se anhela.
Debemos
meditar en estos días
¿Qué
nos causa serenidad al espíritu?
¿Qué
es lo que anhela nuestro cuerpo?... para poder seguir volando en este 2019 a
lugares que a todos nos parecía inalcanzable a nuestro destino…
Guiado
por la mano del Supremo…
Feliz
vacaciones…
Un enorme abrazo en esta Noche de Reyes
augurando que todos tengan su Regalo Imaginario.
Hasta
Febrero si Tata Dios quiere.
Dr. Jorge B. Lobo Aragón.
jorgeloboaragon@gmail.com
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