Diego Cabot
Manzanares
contó cómo se compraron los hoteles y dio precisiones del manejo de los fondos
de la familia
La
confesión:
Los dichos de Manzanares sobre el dinero de los Kirchner
Manzanares
pidió perdón "por ingresar a las tierras de la oscuridad"
Recordó
un detalle hasta ahora desconocido.
Cuando
murió Néstor Kirchner, el secretario Daniel Muñoz fue el último en llegar a El
Calafate.
Lo
hizo con un puñado de llaves y, según sus dichos, eran de los tesoros donde se
guardaba el dinero.
Además,
brindó varios detalles de reuniones y conversaciones que tuvo con la ex presidenta
Cristina Kirchner como, por ejemplo, a la hora de renegociar los contratos con
los inquilinos de sus hoteles.
En su última
declaración dedicó el final a pedir perdón.
Primero,
a unos amigos de su padre, todos fallecidos.
Después,
a toda su familia, a su mujer y a sus hijos.
"Y
al pueblo de Río Gallegos, para quien pude haber lucido como una estrella, pero
les fallé al decidir ingresar en las tierras de la oscuridad", finalizó.
Fueron
varios meses de negociación entre los tres abogados defensores y los fiscales
Carlos Stornelli y Carlos Rívolo.
Luego,
más de 30 horas de declaración llena de nombres, cifras, números, domicilios y
detalles millonarios.
Finalmente,
el contador se sentó otras cinco horas frente al juez en la llamada audiencia
de homologación.
Ese
día, recuerdan algunos de los que participaron en aquel acto procesal, hasta
recitó varios CUIT de memoria.
Un mes después,
el juez Claudio Bonadio homologó uno de los acuerdos más importantes en la
causa de los cuadernos de las coimas.
Jamás
en la corta historia del expediente tardó tanto para incorporar a un imputado
al régimen de colaborador.
Bonadio
se tomó todo el tiempo necesario para estudiar a fondo alguno de los hechos que
detalló el contador.
Miró
con detalle, entre otros, un dato muy concreto:
¿Qué
hacía Isidro Bounine, un estrecho secretario de Cristina Kirchner, en ese
círculo que intentó esconder los bienes en Estados Unidos que habían comprado
Daniel Muñoz y su mujer, Carolina Pochetti?
Manzanares
contó que Bounine fue parte de aquella red de gestores oficiosos que se
movilizaron para ocultar propiedades cuando se publicó la investigación
conocida como Panama Papers.
Bonadio
se preguntaba si esa presencia era solo una gestión o si estaba en
representación de alguien.
Ese
alguien, obviamente, era Cristina Kirchner.
Pero
el juez no se apuró.
Una
fuente judicial comentaba que era el tiempo que esperaban.
Pochetti
habló mucho menos y sin embargo Bonadio homologó sus dichos unos 20 días
después.
“Lo
de Manzanares es mucho más extenso", explicaba.
Formalmente,
las decenas de hojas en las que se detalla el testimonio pasan a formar parte
del expediente.
Hasta
hoy, esos dichos no podrían haber disparado ninguna medida judicial.
Pero
eso cambió.
Seguramente
estos días habrá detenciones, indagatorias y allanamientos, entre otras
decisiones que tomará el juez.
Varios
viejos clientes de la causa volverán a tener que explicar algún detalle.
Por
caso, el ex juez Norberto Oyarbide.
Manzanares
detalló con mucho énfasis las reuniones a las que fue convocado para realizar
las pericias sobre el patrimonio de los Kirchner y que terminó poco tiempo
después, con el sobreseimiento del juez.
Pero quizá la
parte más importante sea la descripción que hizo respecto de cómo se generó
dinero en blanco en la familia Kirchner.
Desde
la compra de los hoteles hasta las negociaciones por los alquileres.
Todo
está detallado por el contador arrepentido.
Hubo
compromisos de aportar prueba documental y, también, de acercar constancias
contables de varios de los implicados.
Contador
al fin, detalló cómo se armó el patrimonio de la entonces familia presidencial.
El
principal aportante al incremento, dijo, fue el alquiler del hotel Los Sauces a
las empresas de Juan Carlos Relats, relación que duró 11 años.
Contó
que Kirchner estaba orgulloso de ese complejo que, pese a que pagaba un
alquiler de alrededor de 100.000 dólares por mes, tuvo muy pocas habitaciones
ocupadas.
El ex presidente
se ilusionaba con ese lugar cuando se retirase de la política.
Manzanares
sostuvo que el ex presidente pensaba dar conferencias en el mundo y recibir a
los dignatarios internacionales en Los Sauces.
Lo
llamaban "la gema", el destacado entre los emprendimientos hoteleros
familiares.
Narró
con enorme detalle varios negocios de aquel grupo de kirchneristas.
Por
ejemplo, la compra de una cadena de farmacias, Autofarma, en la Patagonia Sur,
y los emprendimientos de Muñoz en Neuquén.
Recordó
cómo empezó a ser uno más en el entorno de los Kirchner a quien le hacía las
declaraciones de impuestos ad honorem.
Un
día, en 2005, Muñoz, a quien ya conocía de antes, le pidió que le guarde algo y
le ofreció trabajar con él.
Le
dio entre 10 y 15 bolsos llenos de dólares, alrededor de 25 millones, según el
contador.
En
ese momento, dijo, el hijo mayor del contador tenía cuatro años y el menor era
un bebé.
Escondió
los bolsos en un entretecho, en su casa.
Sabía
que le ofrecían ingresar a un negocio ilícito, pero igual lo hizo.
Y
terminó preso, no sin antes pedir perdón...
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