Por Ricardo Roa
CLARIN
El
negociado de Kirchner con YPF salió caro y va para carísimo en la Justicia de
Estados Unidos.
La
Argentina no termina de sacarse de encima a los fondos buitre.
Ahora
mismo intenta evitar en la Justicia norteamericana que avance el juicio del
fondo Burford por la reestatización de YPF.
Hay
en el medio un reclamo de tres mil millones de dólares.
Es una de las
secuelas del negocio que armó en 2008 Néstor Kirchner con la familia Eskenazi
para adueñarse de la primera empresa del país.
Entonces
YPF era propiedad de la española Repsol.
Cristina
autorizó la operación montada por su esposo a la que bautizó con nomenclatura
chavista:
Argentinizar
YPF.
Con
Kirchner detrás, los Eskenazi compraron el 25% de las acciones en dos etapas.
Las
dos con un sello común: sin poner un peso.
La
plata saldría de las utilidades de la misma YPF.
Repsol cedió el
manejo de la compañía a su nuevo socio minoritario a cambio de dos concesiones
que en realidad fueron parte central del negocio.
Aumentos
de precios de los combustibles para garantizar ganancias y, sobre todo, vía
libre para girar a España las utilidades, que estaba vedado para todas las
otras multinacionales.
Hubo
algo más en ese paquete:
Repsol cobró
utilidades que el kirchnerismo mantenía retenidas.
Fueron
unos US$ 850 millones que se los prestó a los Eskenazi para que los Eskenazi le
pagaran el primer tramo de las acciones.
Eso se llama el
Estado al servicio de los negocios personales.
A veces,
progresismo.
Todo
se dio en el medio de una crisis del sector energético:
Producción
y reservas petroleras en picada ante la falta de estímulos para invertir contra
importaciones que subían con la misma violencia que la caída de la producción.
El proceso
terminó de explotar tres años después, con la pérdida del autoabastecimiento
energético y una balanza comercial que se dio vuelta por completo.
La
Corte de EE.UU. le pidió opinión al Gobierno de Donald Trump en el juicio
contra Argentina por YPF
Esta
es la historia verdadera no la que ahora cuenta el ministro de Economía de
Cristina, Kicillof:
“Antes de 2011,
exportábamos como 6.000 millones de dólares en combustibles y después pasamos a
importar 6.000 millones.
No
es que el Gobierno se quedó de brazos cruzados.
Cuando
apareció esta situación que iba a ser explosiva, se recuperó el control de YPF”
Pinocho
no se hubiera animado a tanto.
Si
no se quedaron de brazos cruzados, hicieron algo peor, como se ve en los
números.
En
2012 reestatizaron YPF, que presentaron como otra gesta antiimperialista y al
año siguiente las importaciones energéticas tocaron el récord histórico de US$
12.464 millones.
Es
decir, el doble de los 6.000 millones de los que habla Kicillof.
Y
hay otra cifra que sintetiza todo:
Durante
el segundo mandato de Cristina y con
Kicillof transformado en la estrella de la economía y director de YPF, el déficit comercial energético sumó
impresionantes US$ 23.180 millones.
No
hay relato que valga.
Burford, que
compró los derechos a demandar de los Eskenazi, reclama la diferencia entre el
precio que Cristina le pagó a Repsol y lo que los Eskenazi recibieron al vender
sus acciones.
Pide
que eso lo decida la Justicia de EE.UU.
La
Argentina, que el juicio se traiga acá.
Hasta
ahora hay dos fallos en contra y la esperanza puesta en la Corte
norteamericana.
Lo único que
falta es que después de haber pagado lo que le pagamos a Repsol y de hundirnos
en el pozo del desabastecimiento, encima tengamos que pagarle a Burford
y a Eaton, otro fondo en la lista de espera.
Y
falta otra cosa, que se está investigando aquí:
Cómo
fue el negociado de Kirchner con los Eskenazi.
La
argentinización salió más que cara, carísima.
Se
entiende, para los argentinos…
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