"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

jueves, 16 de mayo de 2019

LA VENDA DE LA JUSTICIA


La Justicia es representada por una mujer con los ojos vendados, y una balanza de dos platos en su mano, perfectamente equilibrada.
Cuál es el significado de esta representación.
Una mujer porque se supone que sus pasiones están más controladas que las del varón.
Con los ojos vendados para que no sea impresionada por lo que la rodea, y determine su juicio y una balanza con platillos equilibrados, porque no debe hacer diferencias y juzgar de acuerdo a ello.

Decía Platón que lo bueno, lo moral, era el equilibrio y en esa dirección debe dirigirse esta condición humana, que es la más importante de las resoluciones del hombre, ya que determina su presente y su futuro, juzga su pasado y señala conductas y comportamientos que serán considerados legales y adecuados y otros que serán ilegales y no permitidos.
Para que esto suceda la condición simbólica debe cumplirse adecuada y totalmente.
Cualquier fisura o diferencia puede trastocar la realidad y modificar un acto que podrá ser legal pero no será justo.
Por eso es importante la venda, porque determina la ausencia de condicionamientos de la realidad circundante.

Las sociedades tienen diferencias, roles, actitudes y momentos.
A veces pendulan hacia un lado y a veces hacia otro.
Más hay algo que es una constate en la historia de la humanidad, y es que el poder como la fama y el dinero, son condiciones determinantes y diferenciales.
Que aunque se pretenda que no debe ser, el que tiene poder, o fama o fortuna está en mejores condiciones frente a la Justicia.

Es cierto que es una condición que ya está en la sociedad, puesto que socialmente se encuentra en situación de privilegio.
No hace falta explicación, viven mejor los poderosos, los famosos y los adinerados que el resto de la comunidad.
Pero ¿qué pasa cuando esa situación se traslada a la justicia?
Que sucede si ese privilegio, esa condición diferencial es tenida en cuenta en esta armonía de equilibrio y sensatez que debe ser el ámbito de la justicia.
Pareciera que la venda se corriera, y por una rendija se espiara que pasa socialmente.
¿Por qué?
Quizás para ver que conviene, y en base a esa conveniencia juzgar, no adecuada y equilibradamente, sino en razón de la conveniencia social o política.

La venda de la justicia, debe impedir que las condiciones contaminen la escena y el resultado de su juicio.
Que el mismo sea sólo producto de los hechos, de la aplicación de la ley a la misma y del estricto cumplimiento para todos, sean quienes sean.

No hay otra solución, decía Ulpiano lex, dura lex, sed lex, significando que la ley si bien es dura es la ley y debe aplicarse en todos los casos, y hay obligación de respetarla.
Porque si no se respeta, no corresponderá el castigo que a ello se sigue, y la Justicia quedará profanada.
La ley debe cumplirse a rajatabla, sin condiciones y sin diferencias…
Las excepciones deben ser estrictas y fundadas en normas generales y no puede haber excepciones particulares.

¿Puede quizás la Justicia sujetarse a lo que conviene, a los deseos o caprichos de los poderosos, o al sentimiento de cualquier índole del juzgador?
No.
Se debe juzgar a derecho.
No hay otra forma, si la Justicia mantiene la dignidad.

Es verdad que la Justicia es un subsistema de ese gran sistema que es la sociedad, y que la sociedad tiñe insensiblemente.
Si la sociedad es honrada, proba, equilibrada, así será la Justicia…
Pero si la sociedad es deshonesta, inmoral, discriminatoria, clientelista y sometida, le hará daño a la Institución y a la República.

A pesar de ello, no se debe consentir.
Aún a pesar de la condición humana, y de aquello que se sabe va a suceder, como sentenció hace más de dos siglos Solón uno de los sabios griegos:
“Las leyes son como las telas de araña, atrapan a las moscas chicas y dejan escapar a las grandes”.

Elías D. Galati

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