Por
Pablo Dócimo
Algo
que cualquiera debería entender
Con
fecha 29 de agosto, el economista Iván Carrino publicó en su cuenta de Twitter
algo tan simple como real, que dice:
"No
hay default sin deuda.
No
hay deuda sin déficit.
No
hay déficit sin exceso de gasto público.
Y
no hay exceso de gasto sin una población que en promedio adora al Estado y le
pide que haga de todo.
¿Culpables?
“Mirarse
al espejo."
Como
dijimos, es algo tan simple y real que hasta cualquier peronista o simpatizante
de izquierda, ambos amantes de todo lo que tenga que ver con la intervención
estatal, deberían entender.
Son
harto conocidas las gestiones de gobiernos que siguen modelos populistas -entre
otras cosas- por las arengas, la demagogia y gritos de histeria acusando al
imperio, la oligarquía y las multinacionales como responsables de todos los
males que sufren los sectores más humildes.
Luego,
cuando se consolidan, se transforman en autoritarios y lo más totalitaristas
posible para poder controlar la máxima cantidad de instituciones y ámbitos
estatales posibles.
Son gobiernos
con gestores que deciden aumentar el déficit fiscal, que más tarde o más
temprano nos llevan a endeudarnos.
Por
otro lado, tenemos aquellos gobiernos que deciden bajar ese déficit fiscal con
la necesidad de sanear la economía, buscando reducir el gasto público.
Con
ello el grado de impopularidad los lleva a ser conocidos como oligarcas, vende patrias
y gorilas.
Unos
destruyen el futuro y otros intentan construirlo pagando un alto costo
económico social, más conocido como "ajuste".
Veamos
en el siguiente gráfico cómo evolucionó el gasto público en nuestro país desde
la década de los 60 hasta la actualidad.
Bajo
la misma tesitura, los gobiernos populistas, como ya dijimos, tratan de manejar
-léase estatizar- lo máximo posible, generando empelo así público, una de las
principales fuentes de déficit fiscal que es, además, ficticio.
En
el siguiente gráfico se puede apreciar claramente el aumento de empleados
públicos -especialmente en provincias y municipios- desde 2005 a 2018.
Como
bien dijo Iván Carrino en su tuit:
"No
hay deuda sin déficit. No hay déficit sin exceso de gasto público", y
esto, se financia solo de dos maneras, imprimiendo billetes, generando
inflación, o pidiendo préstamos, generando deuda.
Y
repito: algo tan simple y real que hasta cualquier peronista o simpatizante de
izquierda, ambos amantes de todo lo que tenga que ver con la intervención estatal,
deberían entender.
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