"A
pesar de todo irás adelante."¡La fe en el camino será tu constante!
Eladia Blázquez
Falta sólo una
semana para que decidamos nuestro futuro y, también, el de toda la región.
A
pesar de nuestra decadencia infinita, un milagro hace que aún América Latina
nos preste atención.
Si
optáramos por continuar suicidándonos en cuotas, como hemos hecho durante un
siglo, el clepto-populismo regresará por sus fueros -nunca mejor aplicado- a
uno de los considerados como principales países del sub-continente.
Festejarán,
entonces, Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, Rafael Correa desde Bruselas,
Raúl
Castro y Miguel Díaz-Canel en Cuba, Evo Morales en Bolivia,
Daniel
Ortega en Nicaragua, Andrés Manuel López Obrador en México,
José
"Pepe" Mugica en Uruguay y, por
supuesto, por Nicolás Maduro y
Diosdado Cabello en Venezuela.
Todos
ellos tienen enormes coincidencias por haber integrado el Foro de São Paulo y
la UNASUR…
Algunos, además,
son violadores seriales de los derechos humanos y aliados incondicionales -y
socios comerciales- de Cristina Elisabet Fernández. Seguramente,
se sumarán también a la fiesta Vladimir Putin en Moscú y Hasán Rohani en
Teherán, siempre ansiosos de poner sus pies en la región, que comparten
"virtudes" con los líderes mencionados.
El
colmo en esa materia se produjo el jueves, cuando nada menos que el régimen
asesino de Maduro fue elegido, con el voto decisivo del Movimiento de Países no
Alineados, para integrar el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Que
esa notable aberración, ya que el mismo organismo produjo recientemente un
terrible informe sobre los asesinatos, torturas y desapariciones de miles de
venezolanos, sucediera el mismo día en que un notorio opositor apareciera
muerto a tiros y calcinado, no hizo más que poner la frutilla del inmundo e
injustificable postre.
El
mismo día, el peronismo reunido festejó en La Pampa su emblemático Día de la
Lealtad.
Es
importante, porque la historia nos ha demostrado que en el famoso movimiento
los demás son de traición.
En
el acto estaba la "galería de los ases del choreo", como diría
Edmundo Rivero:
Los
candidatos y la mafia de los gobernadores y sindicalistas (los mismos a los que
Cristina mandó recientemente a suturarse un esfínter), que llenaron el
aeropuerto con una flota de aviones, privados y públicos.
Hablaron
el mandatario local y los integrantes de la fórmula del Frente para Todos, y
cada uno produjo frases que deberían ser desopilantes, si no resultaran tan
trágicas.
Carlos Verna,
muy suelto de cuerpo, reconoció que los dirigentes de ese espacio, aunque
debían tragarse sapos, siempre caen parados y encuentran un palenque para
rascarse y obtener algún cargo.
La
arquitecta egipcia, replicando cuanto había dicho en el Calafate al regresar de
Cuba, se mostró como verdaderamente es:
Histriónicamente,
abundó en sus ataques a la prensa independiente y en sus propuestas de
establecer un nuevo "contrato social" y una CONADEP para la prensa. ¡Tenía razón cuando dijo que había que
tenerle miedo!
Pero
quien se llevó el Oscar a la mejor actuación fue el candidato a Presidente.
Ese
caradura describió la unidad peronista como el instrumento que les permite
recuperar el poder cada vez que "ellos" (sic) logran arrebatárselo.
Confesó
así que, en realidad, cuanto se veía en el escenario era el directorio del PJ
S.A., una empresa dedicada a acceder al gobierno para, desde allí, robar sin
medida.
Por
supuesto, se cuidó muy bien de recordar cuántos años gobernaron desde 1946 a la
fecha -Juan Domingo Perón (tres veces), Héctor Cámpora, Isabelita Martínez,
Carlos Menem (dos), Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner y su viuda (dos)- y el
profundo daño que siempre infligieron sus exponentes a los argentinos. Ayer,
además, escribió para el futuro: "Cristina y yo somos lo mismo".
Estuvo
también presente la candidata a Vicegobernadora de la Provincia de Buenos
Aires, Verónica Magario, actual Intendente de La Matanza.
Que
esta señora -que integra el equipo que gobierna el distrito desde 1983 y que
hoy es el más afectado por las inundaciones, porque ella no aceptó las obras
hídricas que pretendía encarar allí María Eugenia Vidal, que ya evitan esas
catástrofes en Luján o en La Plata- esté a un paso de ganar las elecciones, no
hace más que confirmar que un grave síndrome de Estocolmo afecta a los más
pobres de nuestros ciudadanos.
Hoy, a partir de
las 17:00 horas, seremos protagonistas de un hecho histórico:
La
más que masiva concentración que se hará, sin colectivos ni choripanes, en el
Obelisco porteño y en muchísimos lugares de todo el país, para demostrar que
somos muchos quienes no queremos más corrupción, más populismo, más violaciones
a la Constitución y a las leyes, más tentativas de sometimiento del Poder
Judicial, más ataques a la libertad de prensa, y reconocer que hemos recorrido
un gran trecho, con múltiples errores, en el camino hacia un país normal, y que
no estamos dispuestos a desperdiciarlo para que unos pocos -o muchos- se
vuelvan a enriquecer a nuestra costa.
Y
mañana asistiremos al segundo debate entre los candidatos presidenciales. Espero
que, esta vez, el Presidente Macri se ponga los pantalones y salte al cuello de
Alberto Fernández, para enrostrarle las mismas cosas que, en materia de
corrupción y complicidad con el crimen, éste dijo desde que dejó de ser
ministro Néstor Kirchner y que ahora, cuando la real jefa lo designó a dedo,
desmiente sin vergüenza alguna.
Los
días que faltan para las elecciones nos harán vivir, como dice la maldición
china, tiempos interesantes.
Si
logramos entrar al ballotage, y estoy seguro de que así será, se extenderán,
como mínimo, hasta el 24 de noviembre.
Habrá
que tener coraje, porque seguramente lloverán piedras.
Bs.As.,
19 Oct 19
Enrique
Guillermo Avogadro
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