Por
Pablo Dócimo
En
las próximas elecciones presidenciales del 27 de octubre, los argentinos no
vamos a votar candidatos, ni partidos políticos, ni planes de gobierno. Vamos a
votar una ideología, un sistema.
Vamos
a votar si queremos ser un país de izquierda, socialista,
populista/totalitarista o si queremos vivir dentro de un sistema democrático,
republicano y federal.
Los
argentinos ya vivimos 12 años de kirchnerismo, y sabemos perfectamente lo que
son, lo que fueron y, créame, sabemos también, perfectamente, lo que serán.
Lo
sabemos porque lo están mostrando y demostrando; lo sabemos porque, por más que
se empeñen en decir que van a volver "más buenos y mejores", siguen
haciendo y diciendo las mismas barbaridades que hicieron y dijeron durante más
de 12 años.
Dos
claros ejemplos.
En
uno de sus spots de campaña, Alberto Fernández dice: "Todo el mundo sabe cómo
pienso".
Evidentemente,
el candidato de Cristina nos está
tomando por idiotas.
¿Qué
es lo que verdaderamente piensa, lo que dice ahora o todas las acusaciones que
dijo cuándo su jefa lo echó de su gobierno?
¿Qué
es lo que piensa?
¿Qué
va a hacer él quien tome las decisiones o hará todo lo que le digan que tiene
que hacer?
Sea
quien sea el -o la- que tome las decisiones, ¿qué es lo que nos propone su
futuro gobierno?
Es
una gran incógnita, porque absolutamente todo lo que dice Alberto es en
abstracto; en ningún momento dice qué es lo que va a hacer concretamente, y
mucho menos cómo lo haría.
En
otro spot de campaña Alberto dice: "Vinieron a destruir -por Macri- todo
lo construido".
¿Y qué se supone
que construyeron?
Nada, no
construyeron absolutamente nada, ni siquiera las rutas que se suponía
que iban a hacer, que cotizaban tres veces más de lo que costaban, con lo que
finalmente se robaron miles de millones de dólares.
Todos sabemos
qué es lo que van a hacer, porque son peronistas, y los peronistas siempre, a
lo largo de su historia, hicieron más o menos lo mismo.
Van a someter a
la Justicia a sus dictados y nos van a llevar a la peor crisis económica y
social que vayamos a tener memoria, porque no tienen los recursos ni la
capacidad para generar riquezas, sino todo lo contrario, como lo hicieron
históricamente.
Otra
vez la asociación ilícita al poder.
Otra
vez comenzará un nuevo capítulo de la tragedia argentina.
Durante
esta campaña, el kirchnerismo viene
quemando varios "cajones de Herminio".
Sin
embargo, la mitad de los argentinos los piensa votar.
Todos
sabemos que por diversas declaraciones aspiran a cambiar la Constitución, a
perseguir a los opositores políticos y a los medios de comunicación, que van a
avanzar sobre los derechos individuales, en particular el de la propiedad, y
que van a consagrar la impunidad de los que ellos llaman "presos
políticos" kirchneristas, empezando por Cristina.
Pero,
más allá de la gestión, ¿queda alguna duda de que el gobierno
kirchnerista fue el más corrupto de la historia Universal?
Y
esto no es opinión, es simplemente la realidad.
Todos
vimos lo que robaron, absolutamente todos, pero además vimos con la impunidad
que lo hicieron.
Esta
banda de delincuentes tiene hoy, nuevamente, grandes posibilidades de volver al
poder, porque una mitad de los argentinos los piensa votar sin importarle lo
que dejaron. Estos delincuentes tienen hoy esa posibilidad porque la mitad del
argentino promedio los avala.
¿Cómo
es esa mitad del argentino promedio?
Se
lo voy a definir en dos conceptos, que son más que suficientes: facilista y garrapata del Estado.
La
mitad del argentino promedio no quiere otro modelo que no sea el de la dádiva,
el bolsón de alimentos, los subsidios, las chapas para el ranchito, la frazada
o el colchón donados cuando se inundan, el arreo para sumar gente, la
mendicidad, la corrupción y el delito.
Y
repito, esto no es opinión, son datos extraídos de la realidad.
Por
otro lado, la otra mitad de los argentinos tenemos una sola opción: volver a votar a Mauricio Macri.
Y
aquí la pregunta de rigor: ¿Fue bueno en líneas generales el gobierno
de Macri?
No,
claro que no.
De
todas maneras, si comparamos cómo fue el desempeño de la oposición durante
estos cuatro años con el desempeño del oficialismo, vemos que el trabajo de la
oposición fue muchísimo peor que el del gobierno.
En
definitiva, estamos tan mal parados, y nuestro futuro es tan incierto que a
esta altura de las circunstancias eso ya no importa, porque como dijimos al
principio, en realidad, vamos a tener que elegir si queremos ser un país de
izquierda, socialista, populista/totalitarista por un lado, y por el otro vamos
a votar por un sistema democrático, republicano y federal.
Dentro
de Argentina hay dos países, o si usted prefiere, dos sociedades que conviven
en un mismo país.
Veremos
cuál se termina imponiendo, pero sea cual sea, será lo que deba ser, será
lo que nosotros mismos decidamos ser.
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