Cuando
yo era niño la cigüeña trayendo en su pico un bebé envuelto en un pañuelo era
un símbolo del feliz acontecimiento de la venida al mundo de seres inocentes.
Hoy
al ver por televisión las imágenes de jóvenes muchachas gritar por la sanción
de aborto legal, me pareció que quieren que la filosa guadaña de la siniestra
Parca sustituya a la inocente cigüeña...
Si
sólo pensaran que ellas deben sus existencias a la nobleza de sus madres que no
las rechazaron y les dieron la maravillosa y sagrada oportunidad de vivir,
formarían una cadena de amor y gratitud infinita para abrazar a todos los
hospitales públicos de maternidad.
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