Por Laura Etcharren
Fuente:
Tribuna de Periodistas
Los
espectros de los muertos y desaparecidos en democracia se acumulan y amontonan
en el conurbano
La
distorsión del ministro
Escenografías,
puestas en escena, disfraces, cámaras y micrófonos.
Todos
elementos que responden a un mediático más que a un ministro de seguridad.
Se
le suman, a todos esos condimentos, los valores agregados de una retórica
disparatada.
La que envuelve, sin
desperdicio, a Sergio Berni.
Es,
Berni, un personaje dentro del mundo de la política.
Uno
de los brazos duros de la Vicepresidente (ta, ta, ta) Cristina Kirchner.
Algunos
lo compran como un erudito, otros como un simulacro o bien, como un intento de todo sin llegar a
nada.
Desde
la explosión nuclear, pasando por Hiroshima y el Titanic, Berni se consolida en
la trágica comedia de una realidad fulminada.
Desde
éste espacio, el Ministro Berni, es divisado como un acaparador que distorsiona
sus funciones.
O
porque no le gustan, o porque lo exceden.
Y
cuanto más se expone, más se nota.
En
cambio, su par nacional, Sabina Frederic, es más astuta al momento de revelarse
en los medios.
El
ministro se presenta como un sujeto que necesita, constantemente, estimular su
narcisismo aunque para eso tenga que salir de su rol de Ministro de Seguridad,
y así desdibujar al Ministro de Salud, Daniel Gollán.
Ministro
más preocupado por lo que ocurre en las provincias libres de virus o con pocos
casos, que en la que tiene que gestionar.
Ocurre que a
Berni no le cuesta desdibujar a sus compañeros.
De
hecho, supo confinar a su superior Cecilia Rodríguez en aquel Ministerio de
Seguridad que terminó de consolidar el caos nacional en materia de
narcotráfico.
***************************
Los
canales de televisión parecen ser su lugar de confort.
Cuando
no está en un programa, se las ingenia para que las cámaras vayan a él.
Trabaja
24 por 24, aunque mal, por su imagen, no por la seguridad.
De
hecho, parece estar más ubicado como potencial ministro de salud, que como el
que se supone que es.
Una
de sus máximas, cuando ocupaba la secretaría de seguridad de la nación, fue
irrumpir en Rosario, cuan Rambo, para desmantelar los realmente búnkers y poner
a disposición de la justicia a todos los narcotraficantes.
Pero
la operación estaba vendida.
Y
al llegar, apenas si quedaban algunas migajas de una red atroz que exponía a
niños.
Sus decisiones
siempre tienen que ver con el show.
Tanto
es así, que la pandemia desatada por el COVID-19 fue fundamental para que
pudiese volver a desplegar su turismo aventura mediático, y de tanto en tanto,
por el territorio.
Así
es que el despliegue montado en Villa Azul forma parte de esa tendencia
sostenida que maquilla, para pesar de muchos, su absoluta falta de conocimiento
en los abordajes territoriales.
Es
que los anillos de acero se constituyen para la prevención, no para la
contención.
Ahora,
todas aquellas villas del Enclave Bonaerense que presenten las mismas
características virales, correrán la suerte de Villa Azul.
Al
menos, así lo trafican desde la Gobernación Kicillof.
Como
si acorralarlas fuese la medida correcta para el abordaje del maldito
coronavirus.
Errores de
principiantes:
-Armaron
un anillo de acero después de la explosión.
-El
Ministro de Seguridad habla como Ministro de Salud.
-Manejar
la Seguridad desde los canales de televisión.
-Darle
tratamiento de escuela de señoritas a Asuntos Internos.
-Reincorporar
a los policías apartados.
-Volver
a las policías locales.
-Darle
a los intendentes poder de policía.
Con
todos estos errores, claramente, la delincuencia en general y el narco crimen
en particular, manifiesta en sus acciones un profundo agradecimiento por el
Ministro que dejan perforar.
Aunque
con su perforación, sigan perforando a la provincia.
También,
los desviados de la Bonaerense miran con cariño a la actual gestión de Asuntos
Internos conducida por Darío Díaz.
Quien
dejó excelentes bases en su paso por la Provincia de Río Negro al conformar la
Secretaría de Narco criminalidad.
Sin
embargo, Díaz, aún parece no comprender la génesis mafiosa.
Si acaso Sergio
Massa pudiese orientar al Ministro distorsionado y a sus obsecuentes, la deriva
cambiaría.
O
al menos, se modificaría.
Massa,
más allá de algunas diferencias, entiende sobre seguridad y podría aportarle al
Ministro cierta sensatez para evitar, sin más, el compulsivo papelón.
Pero
las diferencias con Berni son prácticamente irreconciliables desde aquel
extraño y traumático episodio en la casa familiar del diputado.
Mientras tanto,
las redes del narcomenudeo continúan transitando por los corredores abiertos.
Desplazando
el delito, mutando.
Permaneciendo
no por más de 20 días, en algunos partidos, en el mismo lugar.
Contribuyendo
a la generación de las nuevas cajas con la emoción y la adrenalina que eso les
genera.
Desde el inicio
de la pandemia, el Conurbano Bonaerense es uno de los territorios en donde la
matriz narcótica tuvo más influencia.
Los
partidos más aceitados al respecto son: La
Matanza, Escobar, Lomas de Zamora, José C Paz y Avellaneda.
Atrás
vienen San Nicolás y ya en el interior, Mar del Plata.
Ambos
partidos con una extrema problemática en los puertos que no encuentra aún
trabajo operativo en la jurisdicción que les pertenece para limitar lo que no
se limita federalmente.
Fuego amigo
Berni,
con sus aspiraciones a ser el próximo Gobernador Provincial se perfora como
Ministro de Seguridad mientras el fuego amigo deja que lo haga para que si es
posible, luego de la pandemia, el Intendente de Escobar, Ariel Sujarchuk,
cumpla el sueño del pibe.
Seguramente
y como suele suceder, lo van a negar, pero el intendente de Escobar aspira a
ese ministerio.
A
pesar de que espante su idea de la "escobarización" de la Provincia
de Buenos Aires.
Esto
es, trasladar el "Modelo Escobar" al extenso territorio provincial.
Por
eso, durante la gestión pasada, supo empapelar al municipio con acciones contra
el delito.
También
se valió de los carteles en la ruta.
Parece,
que el intendente, no quería reconocer públicamente la ayuda que la Gobernación
de María Eugenia Vidal le suministraba en la materia.
Escobar es un
partido muy interesante para investigar.
Si
se quiere, para observar.
Desde
la jurisdicción federal del puerto en donde se observa la pachorra de
Prefectura, hasta la jurisdicción provincial en donde los puntos de venta de
estupefacientes se montan y desmontan por la dinámica misma del negocio, el rol
poco claro de los preventores y la de una secretaría de seguridad, lícitamente
sobrevaluada.
El entramado es
complejo y subterráneo.
Berni
lo sabe.
Como
también sabe que el principal asesor en materia de seguridad del Gobernador no
es él, sino la protuberancia de lo que quedó del Sciolismo como un cuadro
inamovible en el Partido de Ezeiza.
Con
una mirada sobre la construcción de la seguridad parecida a una pintura:
"El Grito" de Munch.
Un
mirada terrorífica que estimula la destrucción, en apenas cinco meses, de las
acciones positivas que se llevaron adelante durante cuatro años en lo
relacionado a la lucha contra el narco en PBA.
A
pesar de haber sido, la transición Ritondo/Berni, prolija y razonable.
**************************
Por
otra parte, la transición Vidal/Kicillof, fue más tirante.
De
hecho, cada vez que puede, el Gobernador critica los cuatro años de la
Gobernadora con la efervescencia que aún le falta para gobernar.
Es
cierto que no le tocó fácil pero si deja de lado la ira, su gestión podría
evitar la nueva recomposición de la inseguridad.
Tal
vez, Kicillof, necesite asesores con trabajo de campo, más que militantes o
asesores de gestiones pasadas.
Escuchar
más a los componentes humanos de las organizaciones sociales que conocen el
barro profundo como para así poder entender la importancia de luchar contra el
narcomenudeo y la destrucción de las estructuras de venta de droga que ponen en
jaque, fundamentalmente, a niños y adolescentes.
Asesores
que no entren en el infantilismo de los hashtag.
Buscar
miradas superadoras, más allá de la que puede aportarle su vicegobernadora
Verónica Magario en su experiencia como intendente (ta, ta, ta) de La
Matanza, el partido enclave dentro del enclave.
Magario,
la intendente que desplegó su máxima osadía en seguridad, al plotear los
móviles policiales del municipio con su nombre.
Casi,
como una marquesina de teatro de revistas.
La pandemia
consolida al Narco
Los
habitantes de algunas villas del Conurbano Bonaerense transitan la pandemia
entre la indignación y el agradecimiento.
Es
que sin plan de seguridad, los narcos tomaron más espacios y en algunos casos
son los que proveen a los habitantes, sistemáticamente despojados, de la ayuda
que no llega del estado.
Los narcos
aprovechan la oportunidad que el estado les deja servida.
"Si
vos no llegas con lo que prometes, llegamos nosotros".
Es
la premisa de algunos narco menudistas para ganar confianza en el territorio.
Quienes
dicen que el narcotráfico está debilitado, mienten
o ignoran que es uno de los negocios que saldrá más favorecido y fortalecido de
la pandemia a nivel mundial.
No
falta droga.
Los
narcotraficantes hicieron el planeamiento estratégico necesario para sobrevivir
en el trazado de todos los escenarios posibles.
Y
la "frontera amiga y solidaria" de Argentina, despejada de federales,
les fue y es funcional.
Los
habitantes de las villas están hartos del manoseo.
Tanto
de CABA como de PBA.
Así
lo manifiestan por mensaje diversas fuentes de la investigación de las villas 31,
1-11-14, Itatí, Puerta de Hierro, el Tonghi.
"Tenemos
carencias atroces, vivimos en la inmundicia".
"Somos
un experimento para éstos".
"Cuando
nosotros lo vemos a Berni como un astronauta y no tenemos agua potable, la
sensación es nauseabunda".
"Se
piensan que no pensamos.
Yo
soy villera pero estudié.
Estoy
acá por temas que no vienen al caso.
Nos
van a encerrar porque no saben qué hacer más que experimentar".
"Nos
encierran como gallinas".
Al
momento del cierre de ésta nota, las villas están detonadas.
Por
improvisación, el narcotráfico volvió a mostrar que el poder sigue de su lado,
y que en tanto los ministerios de seguridad sean un sorteo de papelitos de
colores acumulará, sin pudor, más poder tentacular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario